“Cuando nos lo ofrecieron era como un sueño”, reconoce Lucho Milocco, uno de los integrantes del grupo de música para niñes Pim Pau. Es que junto con sus compañeros Cassio Carvalho y Eva Harvaez se presentarán este miércoles y este viernes a las 19 en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner (más conocido como “la Ballena”) en sendos conciertos junto a la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto. En la ocasión oficiará de director invitado Federico Sardella y los arreglos corrieron por cuenta de Javier Mareco. Una adaptación muy especial, pues llevar canciones infantiles con mucha de su potencia puesta en la interpretación corporal a la propuesta orquestal de la Filiberto no era tarea fácil. Pero el ensayo que presenció Página/12 reveló cuánto de lúdico tienen los arreglos y el gusto con el que los músicos se meterán dentro del “universo Pim Pau” para recorrer varios de los hits del grupo (como “Mi mascota”, “Caballito de mar” o “Umacapiruá”) y algunos temas que habitualmente sólo quedan reservados a los discos.
Lucho Milocco: -Ya veníamos hablando, sin saber esto, de hacer un concierto más camerístico, más íntimo. Y justo nos contactaron con esta propuesta que ya estaba por encima. Así se encontraron el deseo y la posibilidad, y el orgullo de poder hacer esto con esta calidad de músicos.
-¿Cómo fue el trabajo de adaptación de los temas?
Cassio Carvalho: -Fue un ida y vuelta con Javier, el arreglador, que ante cada canción nos iba consultando y en algunos casos el arreglo se basó en el disco y otros en el show. A veces de un modo por necesidades de interacción o de profundizar en, por ejemplo, ideas para las cuerdas que es algo que se amplía en la orquesta, o lo que hizo con “El tren”, que la orquesta suena a “tren”. O si una frase del piano tiene que ver con el canto del zorzal, veamos cómo lo llevamos a la orquesta. Porque no lo dirá la letra, pero era una preocupación nuestra en el arreglo original.
-L.M.: Javier interpretó muy bien a la hora de escribir los arreglos nuestra mirada lúdica. Hay picardías que aparecen desde lo poético pero también desde el juego, con instrumentos que aparecen y apoyan una idea desde ese lugar. Él estuvo muy comprometido con el repertorio. Y a la vez pensamos un repertorio alternativo a nuestra “Fiesta Tacumpá”.
Eva Harvaez: -Van a aparecer también las canciones más oníricas porque la posibilidad de tener una orquesta tocando hizo que pensemos un repertorio para poder aprovechar esas posibilidades sonoras y lúdicas. Eso le va a dar un tinte diferente a nuestro show, que está más apoyado en lo corporal. Acá está más en lo onírico.
-¿Cómo van a llevar esa cosa más corporal a este concierto?
E.H.: -En algunas canciones vamos a tener lo inalámbricos como para poder hacer las coreografías y tener una posibilidad de movimiento más libre, y otras más con el micrófono de pie porque están más apoyadas en lo vocal. Creo que de todas maneras vamos a vivir la experiencia en el presente. Si bien hay mucho pensado, hay algo que sucede en el momento en que enfrentás al público, más allá del repertorio, que se da en el instante. Y nosotros trabajamos mucho con eso. Con pautas y lugares por donde pasar, pero siempre se da algo que tiene que ver con el presente que nos sorprende y que sorprende a los demás.
C.C.: -Acá la interacción se da también con la orquesta. Apoyarnos en la orquesta es bárbaro. Por eso también adaptamos el repertorio, para no forzarlos al baile.
E.H.: -Igual tocar un instrumento es una experiencia física, porque si bien tenés una mediación con el objeto, que es el instrumento, hay algo que pasa por el cuerpo cuando tocás. Y creo que eso va a estar.
L.M.: -También hay una estimulación sonora y el oído es parte de lo corporal, y lo que nos pasó en el ensayo al escuchar los arreglos es que uno recibe una cantidad de información, de estímulos, con muchos instrumentos dialogando en paralelo, y eso ya es sumergirse en un mundo.
E.H.: -Es que es una experiencia sonora increíble, ¡tanto para infancias como para adultos!
-En el ensayo era imposible no constatar cuánto trabajo hay puesto en un “hit” para chicos, como en “Mi mascota”, ¿cómo se trabajó eso?
-C.C.:En el monstruo, porque es un juego más desde la música, que a los niños les sale fácil pero pautarlo con los músicos es mucho más difícil.
-E.H.:Además son como 40, hay que tener acuerdos para entrar todos en la misma sintonía.
-L.M.:También está esa picardía que tuvo Javier, que cuando nosotros decimos “monstruo” la orquesta empieza a sonar como con un misterio, que se cocina como un guiso teatral
-C.C.:Ese efecto de la orquesta potencia cualquier idea, eso que en el video era un primera plano a una morisqueta nuestra, como a una transformación física, con ellos vemos que la orquesta hace su propia morisqueta, ¡pero sonora! Va a ser muy lindo vivirlo.