La renovada crisis política en Brasil impactó a la baja en las estimaciones de crecimiento de la economía del país vecino para este año. El Banco Central brasileño difundió ayer que la proyección de mejora de la economía del 0,5 por ciento se redujo al 0,41 por ciento. Es un dato negativo también para la Argentina, que envía a Brasil una porción importante de las exportaciones de bienes industriales y de manufacturas agropecuarias.
En el período enero y mayo, el intercambio comercial bilateral arroja un déficit para la Argentina de 2353 millones de dólares, un avance del 70 por ciento frente al rojo de 1388 millones del mismo período del año pasado. El deterioro del comercio se explica a raíz de un fuerte avance de las importaciones, que en muchos casos ingresan a precio de remate.
Otro efecto de la profundización de la crisis económica de Brasil es la baja del consumo y su impacto sobre los precios. Según las estimaciones de las consultoras brasileñas, la inflación esperada para este año se redujo del 3,9 al 3,7 por ciento, por debajo de la meta del 4,5 por ciento que estableció el Banco Central. La suba de precios en el país vecino alcanzó un máximo del 10,7 por ciento en 2015 y se ubicó en el 6,3 por ciento en 2016, jaqueada por la recesión. También cayó la proyección de crecimiento del PIB de Brasil para el año que viene, del 2,4 al 2,3 por ciento. El clima económico en Brasil volvió a empeorar después de un primer trimestre con un alza del PIB de 1 por ciento frente a los tres meses anteriores, después de ocho trimestres consecutivos de caídas.