El optimismo nunca falta pero la preocupación siempre está. En Mar del Plata se trata de ponerle la mejor cara a un invierno que se sabe duro. Y las vacaciones no son la excepción: entre los saltos del dólar, la inflación y tanta incertidumbre económica, el turismo también se resiente y deja como saldo bajos niveles de ocupación y consumo.
“Este fin de semana arrancó muy pero muy flojo. La ocupación no pasó del 40 por ciento. Y creo que es algo lógico: hoy la gente está preocupada por otra cosa, por la incomodidad económica que hay en general. Este clima de crisis que se vive realmente no ayuda para nada”, razona Jesús Osorno, titular de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica.
El mismo panorama se advierte puertas afuera, en las calles, en voz de los taxistas. “Lo que hasta ahora se ha visto es muy poco movimiento. Y la verdad que no creemos que la actividad mejore en los días que siguen”, señala a Página/12 Raúl Vicente, a cargo de la Sociedad de Conductores de Taxi, quien grafica: “Estas vacaciones andan en parámetros de cuatro o cinco puntos. No más que eso”.
En el gobierno de Guillermo Montenegro también son concientes del impacto de la crisis pero tratan de no perder optimismo. “Esta incertidumbre es el peor enemigo que tiene el turismo. Sabemos que este contexto conspira contra la decisión final de los turistas de viajar pero igual creemos que habrá una muy buena afluencia de público y que vamos a tener unas vacaciones excelentes”, dice Bernardo Martín, quien preside el Ente Municipal de Turismo.
El balance más positivo se encuentra en las inmobiliarias. El sector había pronosticado una ocupación del 70 por ciento que “de a poco se va cumpliendo”. “Teníamos muy buenas expectativas y se van concretando. Si bien los primeros días son más flojos a nivel de turismo, ya se notó algo de movimiento el fin de semana”, destaca Guillermo Rossi, titular del Colegio de Martilleros.
La brecha de ocupación entre las plazas hoteleras y extrahoteleras también expone un patrón del turista que privilegia el bolsillo ante todo. Este año, por primera vez, la institución que preside Rossi dio a conocer para esta época valores de alquiler de referencia en la ciudad, con opciones accesibles que oscilan entre 6 mil y 10 mil pesos según la zona, el tamaño y la calidad de instalaciones del departamento.
Los distintos actores consultados remarcan, de todos modos, que estas vacaciones suelen ser “flojas” y es cierto: Mar del Plata no es una plaza por excelencia en invierno. Pero también es cierto que hace un año, cuando el coronavirus todavía asomaba como amenaza y hasta justificaba la exigencia de un certificado para poder viajar, la ciudad mostraba una mejor cara en términos de ocupación y visitas.
En las vacaciones del 2021, “La Feliz” cosechó 293.352 visitas y la ocupación en los establecimientos hoteleros se mostró cercana al 60 por ciento. Incluso fue el destino más elegido del país, por encima de Bariloche y Córdoba, de acuerdo a lo que había revelado la comparativa de la cantidad de pases que se tramitaron para el ingreso a las diferentes localidades.
Este primer termómetro turístico del receso parece poner, por lo pronto, un freno a la tendencia en alza que sostenía la actividad en Mar del Plata. En marzo, abril, mayo y junio, se reportaron oficialmente cifras de visitas “récord”. En lo que va del 2022, General Pueyrredon ya contabilizó 4.867.607 turistas, el dato más alto desde el 2015.
“Acá ni hay reservas”
El escenario se replica a lo largo y ancho de la Costa Atlántica. “Hasta ahora no hubo un movimiento para destacar. En realidad, tampoco hay reservas para lo que es la última semana. En hoteles, por lo menos, todo lo que se trabaja es por mostrador o alguna consulta telefónica cada tanto. Las expectativas no son alentadoras. Y hay mucha gastronomía y mucho comercio cerrado”, comenta Jorge Cocco, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Afines de Villa Gesell.
En Pinamar, por ejemplo, la ocupación ronda el 38 por ciento en hotelería y un 40 por ciento en cabañas, registros que también se repiten en apart hoteles de Cariló y Valeria del Mar. “Estamos muy preocupados y afectados. La crisis económica nos golpeó muy fuerte”, advierte Pedro Marinovic, referente de la Asociación Hotelera y Gastronómica de la ciudad.
“Nosotros veníamos con una cantidad de pedidos de reservas que no era muy importante pero sí continua. Y con la salida de Guzmán y los cambios que hubo en el Ministerio de Economía, se cortó y se retrajo todo terriblemente”, asegura el empresario pinamarense, al ser consultado por este medio.
La última esperanza
Los operadores turísticos aspiran a que la situación mejore en el transcurso de la última semana. Algunas reservas anticipadas ya permiten ilusionarse con una perfomance más favorable, mirada que se refuerza gracias a las visitas espontáneas que “siempre se deciden sobre la hora”. “Hacia el miércoles que viene está repuntando bastante bien. Podría haber hasta un 70% de ocupación”, confía el hotelero marplatense Jesús Osorno.
“Este jueves y viernes creemos que va a venir la mayor cantidad de turistas. Históricamente, siempre ha venido más turismo cuando se acerca la última semana de las vacaciones de invierno. Así que en nuestro caso las expectativas fueron muy buenas y siguen siendo así”, ratifica, en la misma sintonía, el presidente del Colegio de Martilleros de Mar del Plata.