El gobierno nacional apunta a destrabar el conflicto desatado por las cámaras empresarias del transporte de pasajeros del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que ayer concretaron un recorte a la mitad de sus servicios en reclamo por el pago de subsidios atrasados.
Para esto, el Ministerio de Transporte se reúne este miércoles desde las 10 con representantes de las cámaras empresarias de Autotransporte de Pasajeros (CEAP), del Transporte Urbano de Buenos Aires (CETUBA) y de la Provincia de Buenos Aires (CTCBA), que durante la jornada de ayer sugirieron que una de las soluciones sería aumentar los boletos de colectivos a 150 pesos, es decir casi siete veces más de lo que hoy cuesta viajar.
La cartera bajo cuya órbita está el transporte público niega la posibilidad de un incremento de ese calibre y prevé una salida acordada con la actualización de los fondos que se les reclama en concepto de subsidios.
En rigor, el gobierno nacional había autorizado un aumento de los subsidios a las empresas para agosto próximo. Pero la impaciencia del lock out realizado ayer, que provocó severas demoras en los servicios de unas cien líneas de colectivos y un fuerte malhumor en el amplio espectro de trabajadores y trabajadoras que viajan a diario, llevó a la apertura de una mesa de diálogo para zanjar la situación.
Largas filas para los colectivos
Desde el martes, miles de pasajeros de la zona del AMBA hicieron largas filas en las principales estaciones de colectivos y esperaron entre 40 y 50 minutos la llegada de las unidades en las principales terminales como Plaza Constitución y Once, con el agravante de que muchos colectivos no se detenían al llegar cargados de pasajeros.
El reclamo de las empresas
Lo que reclaman las empresas que decidieron recortar a la mitad el funcionamiento del transporte público es que hay un “agotamiento de los recursos” propios producto del incremento de los gastos de mantenimiento de las unidades y encarecimiento del gasoil.
Aseguran que hay empresas que ya no tienen posibilidad de funcionar y que si el conflicto no se soluciona a la brevedad habrá algunas líneas que directamente no saldrán a las calles.
“Es un problema por escasez de recursos de dinero necesario para comprar o conseguir los insumos vitales para seguir funcionando”, dijo el presidente de la CEAP, José Troilo, y apuntó gastos como combustibles, cubiertas, modernización de las flotas y aumentos en los salarios del personal.