Un equipo de científicos demostró que la combinación de vacunas y el período de administración de las mismas son determinantes para lograr respuestas inmunes frente al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
El estudio fue liderado por la doctora Beatriz Perdiguero y el virólogo Mariano Esteban, ambos miembros del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, quienes lograron encontrar una beneficiosa respuesta temprana y de memoria ante el virus causante del SIDA.
Los especialistas estudiaron en un grupo de monos la combinación de vacunas y los diferentes tiempos de administración para evaluar una mejora en la efectividad de la respuesta contra el VIH. El resultado del análisis fue publicado en la revista Frontiers in Inmunology y financiado por la Fundación Gates.
“En este proyecto internacional, europeo y americano, hemos caracterizado en monos el efecto de combinar tres tipos de vacunas: una basada en ácido nucleico (ADN), otra en un vector de poxvirus no replicativo en células humanas (NYVAC) y una tercera en la proteína Env de la envoltura del VIH junto con adyuvante”, detalló Esteban en una nota difundida por el CSIC.
Además, especificó que en el estudio se probaron diferentes combinaciones de los tres tipos de vacunas y se comprobó además el efecto que la re-inmunización a las 36 y 48 semanas podía tener sobre la mejora en la respuesta inmune por las dosis de recuerdo tardías.
Para controlar el efecto del virus en el cuerpo se requiere una respuesta inmune "potente mantenida en el tiempo", explicó el virólogo. Eso se logra con generación de anticuerpos neutralizantes de amplio espectro de acción, y la activación de "linfocitos B y T" de memoria específicos frente al virus.
“Debido a la importancia de la infección por el VIH y la enfermedad que provoca, es fundamental desarrollar una vacuna eficaz frente a este patógeno, que produce unas 700.000 muertes anuales”, agregó el texto.
En principio, los investigadores buscan que los marcadores inmunes puedan ser esenciales para conseguir un control de la infección por VIH. Desde ese lugar, se concluye que el uso de la proteína Env como primera dosis de vacunación administrada conjuntamente con ADN o con el vector NYVAC representa un protocolo "optimizado" de inmunización frente al VIH.
Según sostuvo Esteban, estos trabajos también dan detalle acerca de la administración continuada de vacunas y confirma que no incrementa de forma exponencial la respuesta inmune inducida más allá de la cuarta dosis, lo que puede ser aplicable al efecto que el aumento de dosis puede tener frente al coronavirus SARS-CoV-2.
Prueban en humanos una vacuna contra el VIH
Las primeras dosis de una vacuna contra el sida con tecnología de ARN mensajero fueron administradas a humanos en febrero de 2022, anunció la empresa Moderna. El ensayo de fase 1 se lleva a cabo en Estados Unidos, en 56 adultos sanos y sin VIH.
El objetivo de la vacuna que se está en fase de prueba es estimular la producción de un determinado tipo de anticuerpos (bnAb), capaces de actuar contra las numerosas variantes circulantes del VIH, el virus que causa el sida.
La vacuna pretende educar a las células B, que forman parte de nuestro sistema inmunitario, para que produzcan estos anticuerpos. Para ello, el ensayo probará la inyección de un inmunógeno inicial, es decir, una sustancia capaz de provocar una respuesta inmunitaria, y un inmunógeno de refuerzo inyectado posteriormente.
David Diemert, científico jefe del ensayo explicó que "serán necesarios otros inmunógenos para guiar al sistema inmunitario por el camino correcto, pero esta combinación de un refuerzo y un potenciador podría ser el primer componente clave de un posible régimen de vacunas contra el VIH".
Los inmunógenos utilizados fueron desarrollados por la organización de investigación científica Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el Sida (IAVI) y el Instituto de Investigación Scripps, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAD) de Estados Unidos, y Moderna.
El año pasado, un primer ensayo, en el que no se utilizó el ARN mensajero, sino que probó el primer inmunógeno, demostró que se obtuvo la respuesta inmunitaria deseada en varias docenas de participantes. El siguiente paso fue colaborar con Moderna.
"Dada la rapidez con la que se pueden producir las vacunas de ARN mensajero, esta plataforma ofrece un enfoque más flexible y receptivo a la hora de probar y diseñar una vacuna", señalaron los expertos.