Linda Evangelista, la célebre modelo que reinó en las pasarelas y vistió las prendas más exclusivas del mundo de la indumentaria en los noventa, protagonizó esta semana la campaña publicitaria de la casa de moda italiana Fendi, que en septiembre realizará un importante desfile en la ciudad estadounidense de Nueva York. La canadiense se había alejado de las cámaras hace años, luego de someterse a una cirugía estética que culminó en una mala práxis y que le provocó una deformación corporal.

La modelo, de 57 años, compartió este martes en su cuenta oficial de Instagram una imagen del backstage de la producción encabezada por el reconocido fotógrafo Steven Meisel, donde se la ve en el set de maquillaje. 

Horas después, posteó otra imagen en la que describe con un texto el presente del juicio que inició hace tiempo contra la empresa de cirugías estéticas que condicionó su carrera profesional: "Estoy conforme de haber llegado a un acuerdo en el caso CoolSculpting. Estoy tratando de comenzar un nuevo de mi vida, junto a mis amigos y familia; y estoy feliz de dejar este asunto atrás”, anunció.

El posteo de la noticia fue celebrado por sus admiradores, que en conjunto reunieron más de 177 mil "me gusta", y expresaron decenas de elogios y mensajes de cariño. "Estoy realmente agradecida por el apoyo recibido de aquellos que se acercaron a mí", expresó la diva.

En el 2021, Evangelista inició una demanda contra la compañía Zeltiq Aesthetics Inc., a la cual responsabilizaba por el tratamiento estético fallido. Solicitaba la retribución de 50 millones de dólares, dado que alegaba que le era imposible retomar su trabajo después de haberse sometido a siete sesiones de criolipólisis desde agosto de 2015 hasta febrero 2016.

El caso de Linda

Linda Evangelista era una de las modelos más famosas y envidiadas entre las pasarelas en la década de los noventa. Sin embargo, su reinado sucumbió hace poco más de siete años, cuando al realizarse un tratamiento estético de criolipólisis, algo salió mal, su cuerpo cambió de forma rotunda, y decidió ocultarse de las cámaras y los eventos por un prolongado tiempo.

Ante la preocupación de sus admiradores y el elevado tono que habían cobrado los rumores sobre una mala práxis, la propia modelo confirmó su situación en sus redes sociales el año pasado. En una publicación de Instagram, reveló que había sido "brutalmente desfigurada" luego de haberse sometido a siete cirugías en el lapso de 6 meses, entre el 2015 y el 2016. "Hicieron exactamente lo opuesto de lo que me habían prometido", aseguraba.

Evangelista reconoció que en consecuencia de este proceso, atravesó una fuerte depresión, y denunció la presión de la prensa, la cual afirmaba que la modelo estaba "irreconocible". Es por esto que admitió que se "recluyó" de los medios y de su propia profesión, afectada por la vergüenza y el dolor que le producía no reconocerse a sí misma en el espejo.

En tanto, en febrero del 2022,  dio más detalles de su experiencia con las cirugías estéticas en un artículo publicado por The New York Times, titulado “Exponiendo la violencia detrás de la cultura de la belleza”. Se trató de una suerte de denuncia mediática en la que daba detalles de lo sucedido en el quirófano y en la cual especificaba en qué partes del cuerpo se habría aplicado el tratamiento

Según indicó, el tratamiento de la criolipólisis se había practicado en sus muslos, abdomen, caderas y bajo la barbilla. En tanto, explicó que las lesiones que sufre desde entonces son unos bultos en distintas partes de su cuerpo.

Asimismo, en diálogo con la revista estadounidense People, expresaba días después: “Amaba estar en la pasarela. Ahora temo encontrarme con alguien conocido”. Linda señaló que no quería vivir más entre las sombras, condicionada por la vergüenza y afirmó que había decidido hablar de una vez por todas sobre su situación.

En esa entrevista, Evangelista precisó que al cumplirse los tres meses de la cirugía, comenzó a notar un desmedido crecimiento de masa corporal, sobre todo en las áreas que había tratado. Esos bultos se endurecieron con el correr del tiempo, y las áreas sufrieron una pérdida de sensibilidad total.

“Traté de arreglarlo creyendo que estaba haciendo algo mal. Llegué al punto de dejar de comer por completo”, recordó. Fue entonces cuando un médico le diagnosticó que padecía de hiperplasia adiposa paradójica, o PAH, por sus siglas en inglés, un efecto que según Zeltiq Aesthetics Inc. se da en uno de cada 4000 tratamientos, pero según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos de los Estados Unidos puede ocurrir en 1 de cada 138 casos.

La compañía responsable del tratamiento le ofreció una liposucción para corregir su error, informó la modelo, tras dar a conocer el diagnóstico, pero al solicitarle que firmara un "acuerdo de confidencialidad", se negó de forma rotunda. Ya se había sometido a dos operaciones correctivas, pagadas de su propio bolsillo, y sin embargo, los bultos no tardaron en reaparecer.

“Ya no puedo poner los brazos al costado de mi cuerpo. No creo que ningún diseñador quiera vestir a alguien con eso”, señaló la modelo. Y agregó: “No me miro al espejo. No soy yo”, afirmaba. No obstante, recuperada de los efectos que le generó la mala práxis y su cambio de vida, la modelo se muestra dispuesta a seguir adelante y a compartir su experiencia para desafiar los cánones de belleza hegemónicos que dañan el autoestima y que pueden provocar daños irreversibles en la salud.