Persuasión 7 Puntos
Persuasion, EE.UU., 2022
Dirección: Carrie Cracknell.
Guion: Ron Bass y Alice Victoria Winslow, sobre novela homónima de Jane Austen.
Fotografía: Joe Anderson.
Intérpretes: Dakota Johnson, Cosmo Jarvis, Richard E. Grant, Yolanda Kettle, Nikki Amuka-Bird, Mia McKenna-Bruce.
Estreno en Netflix.
El crítico del periódico británico The Guardian acusa a esta nueva versión cinematográfica de Persuasión (la segunda en cine, ocho contando las hechas para televisión) de imitar a la sitcom Fleabag, además de achacarle superficialidad y burlas al original. Repasemos: el carácter más saliente de la sitcom Fleabag (además de su corrosividad, su nihilismo y desfachatez) es la complicidad que la solitaria y descreída protagonista establece con el espectador, gracias a sus comentarios autorreferentes, frecuentemente destructivos, que derriban la llamada “cuarta pared” (la “pared” imaginaria que denuncia la ficción como tal). La protagonista de esta nueva Persuasión también lo hace, pero no es ninguna novedad: desde Bugs Bunny en adelante, incluyendo al Jean-Paul Belmondo de Sin aliento, hablarle al espectador es un clásico de la modernidad. Las miradas intencionadas a cámara y los comentarios sobre la ficción que estamos presenciando no las inventó Phoebe Waller-Bridge, la punzante creadora de Fleabag.
Entonces, Mr. Peter Bradshaw, no quiera impugnar por imitativa y “equivocada” a esta nueva rendición de la última novela de Jane Austen. En tal caso, lo que importa es que el recurso funcione. Y vaya si funciona en esta encantadora, desacartonada versión (al menos mientras se mantiene lúdica) de lo que ya en su original es una comedia. Comedia romántica, irónica, autoconsciente, como toda la obra de Mrs. Austen. Austeniana por excelencia, Anna Elliot (Dakota Johnson, tan deliciosa como de costumbre) ve tronchado su amor por el marinero Frederick Wentworth (un impertérrito Cosmo Jarvis) por las normas sociales de la clase alta de comienzos del siglo XIX, a la que pertenece. El muchacho de mar no tiene dinero ni prestigio social, y entonces no sirve para las altas pretensiones del aristocrático --aunque venido a menos-- Sir Walter Elliot, padre de Anne (Richard E. Grant).
Tras ocho años de depresión, la fortuna y la novela quieren que la hija del medio de los Elliot (una especie de Cenicienta, rebajada casi a la condición de sirvienta por sus aborrecibles hermanas) reencuentre por puro azar a quien pintaba para amor de su vida. De ahí en más… de ahí en más el resto de la trama, que opondrá amor, recelos, rivalidad e interés, y que perderá interés cuando quiera ponerse seria. Escrita por Ron Bass y Alice Victoria Winslow, dirigida por Carrie Cracknell, esta Persuasión es veloz, distendida y gozosa. El almidón característico de los films de época es mostrado como tal, pero Anne es una chica moderna, que para olvidar a su enamorado toma vino directamente de la botella (en su cajita de recuerdos guarda una “playlist” --literal-- que le regaló Frederick, y que consiste en un atado de partituras).
Importante, fundamental: por moderna que sea, Persuasión no cancherea. Al contrario de “sobrar” al espectador, los comentarios a cámara de Anne hacen de él o ella, el/la mejor amigx de una chica que vive cometiendo torpezas, haciendo observaciones de lo más lúcidas y riéndose de sí misma y de todos los males de este mundo. “¡Ámame, idiota!”, clama, desesperada, en ausencia del hombre que tuvo la delicadeza de regalarle un mechón de sus cabellos, y otro de su caballo. El ahora capitán Wentworth nunca se caracterizó por su sutileza.