"Pedite el flat white con leche de almendra", recomienda Simón Saieg con un convencimiento tal que es imposible resistirse. Como si lo sugiriera un barista. Es uno de esos ocasos invernales en los que Buenos Aires recuerda que la humedad es lo que mata. Entonces hay que entrar en calor, al igual que lo hizo el otrora líder de Perras on the Beach tras lanzar el 23/6 su nuevo single, Metamorfosis, y pautar su toque en la Sala Argentina del CCK, este viernes 22/7 a las 20.

Si bien en abril le antecedió Aquiles, ésa en realidad era una canción de Wiranda Johansen en la que el artista mendocino se prestó para hacer algo extraño, pero fulminante en su todavía breve obra: consumar un featuring. Algo tan raro como su escasez musical de los últimos años, si se toma en consideración esa prolificidad que deslumbró a dos y hasta tres generaciones de público. Entre los que estaban varios colegas suyos, tan encantados con esa frescura que corrieron su ego a un lado para ser espectadores de un fenómeno increíble.

Simón fue, es y será el no músico que encendió una de las mechas de la revolución que disfruta hoy la escena musical argentina. O cuanto menos la dejó en evidencia, inspirando a una nueva generación de ese movimiento cada vez más federal que es la música independiente centennial, con una propuesta que nadie vio venir desde Cuyo. Manso.

► Simón vuelve

Apenas se separó su banda, Simón anunció que Poxyran y Saieg se transformarían en Doppel Gangs (término literario alemán con el que se denota un álter ego malvado o fantasmagórico), lo que decantaría en un segundo disco solista: Atlas. Pero vinieron la pandemia y el nacimiento de su hijo, Astro.

Así que Metamorfosis representa la vuelta de Simón. O más bien de su otro yo. O quizá de ambos. "En estas últimas semanas, siento que volví", dice. "Todo lo humano está más vivo que nunca. Esto era algo que tenía que sacarme de adentro, y lo hablé mucho. Necesitaba sacar esta canción."

--¿Qué tan nueva es?

--Existe desde 2020, pero la letra era medio chota. Muchísimas cosas de la estructura quedaron. El relleno fue el rap que se escucha en el medio. La volvimos a agarrar hace tres meses. Metamorfosis es el comienzo de este proyecto, pero ni siquiera es parte del disco, y eso es como muy loco.

A pesar de que el inminente repertorio parecía romper con lo que hizo grupal y unipersonalmente, este flamante tema bebe de la psicodelia de Oss (el último corte de Perras on the Beach), mimetizado con los flirteos traperos que distinguen a Simón. Aunque la rareza del tema radica en el drum and bass.

"Entre la grabación del disco y este tema, empezó a salir mucha música nueva. Eso nos hizo replantearnos ciertas cosas que veníamos haciendo", confiesa el artífice de 24 años. "Quizá Metamorfosis suene más a drum and bass, pero nuestra intención era hacer jungle, que es un estilo afro. Un dub rapidísimo."

Técnicamente, el jungle es el antecesor inmediato del drum and bass, que es un género de música electrónica parido en Inglaterra poco luego del desembarco de las raves, a comienzos de los '90. Simón llegó al jungle "por el último disco de John Frusciante", Maya. "Hace un montón de años, él flasheó con el jungle. Y en 2020 sacó ese disco que nos explotó el cerebro", reconoce quien también anda "escuchando muchísimo a Rusowsky, de España, y música más rara y vieja que tiene que ver con ese mundo". M.I.A. fue la referencia número uno para encarar Metamorfosis, y atrás Tyler, the Creator: "Convive esa parte hiphopera con ese delirio electrónico".

► Un poco de narrativa poxyrán

"No capto la profundidad de lo que estoy diciendo", versa uno de los pasajes de Metamorfosis. Si bien sus letras comenzaron recreando el arrebato adolescente, Simón maduró con ellas. Al punto de que progresivamente reflejaron su interior, y sus preocupaciones. No obstante, aclara: "Atlas fue compuesto antes del nacimiento de Astro, por lo que mi hijo no influyó en las letras. Puede que en el nuevo tema sí haya tenido algún tipo de peso. Es más personal porque habla de la transformación, de lo que viene. Pero a grandes rasgos intenté meterme en el personaje del disco."

--¿De qué personaje hablás?

--Por más que haya analogía y metáforas del mundo real, Atlas es un disco fantástico. Hay oscuridad, luz y vida cotidiana, aunque contadas de una forma más abstracta. Las canciones las escribí pensando en una historia. También es más político que antes, porque hoy soy más consciente. Y más si voy a hablar de veganismo o de la oscuridad del sistema. Antes todo era "fuck the world".

--¿Decidiste llamarte Doppel Gangs para romper o para continuar con lo anterior?

--Para mí es el mismo proyecto, pero evolucionó. A partir de Atlas, va a comenzar una historia conceptual, de ciencia ficción. Todo lo que pasó antes también soy yo. Mi metamorfosis es el puente entre esa fantasía y mi realidad. Saieg es algo súper personal, sobre el duelo de mi papá. Necesitaba sacarme esos sentimientos, pero se convirtieron en música. Si bien pasaron un montón de cosas increíbles, hoy las encaro de otra manera.

--¿Y nunca llegaste a pensar en cortar con lo que hiciste?

--Me planteé hacer un proyecto nuevo, porque en realidad lo es. Pero para mí era una camino que tenía que seguir recorriendo, y que lo abandoné entre otras cosas por miedo.

Atlas es todo un misterio. No tiene aún una fecha de salida. Antes van a seguir pasando cosas con Metamorfosis, como un remix de 0600 y Neo Pistea. "Existe una admiración mutua, y hay una conexión. Esa fórmula es increíble, y más aún el track que hicieron. Hay muchos elementos divertidos para desarrollar."

--¿Podés adelantar algo más?

--Atlas tiene 13 canciones. Musicalmente es súper moderno y súper retro, tiene muchos sintetizadores analógicos, y de varias épocas. Hay texturas y capas ochentosas, noventosas y dosmileras. También hay máquinas de ritmo, bajo y baterías reales. El disco no tiene un género. Pero si tuviera que definirlo, es psicodélico y popero. No deja de ser raro, vanguardista y deforme.

Además, Simón señala que el brazo audiovisual del proyecto es una mezcla entre live action y animación. "Son dos universos que conviven", desliza. El video de Metamorfosis reencuentra a Simón con la dirección de sus propias piezas audiovisuales, algo que solía hacer antes de pensarse como músico. "Después la vida me dio vuelta, pero ahora hay una similitud con esa época, al punto de que recuperé el Súper 8 y el VHS. Siento que es un poco de lo que va a pasar después con Atlas."

► Family Values Tour

Al mismo tiempo que el ex Perras on the Beach ponía a circular este single, y su respectivo video, lo mismo hacía Mariano Di Césare con La araña, lo nuevo de Mi Amigo Invencible. Amén de su origen mendocino y de la relevancia de ambos en la escena musical local, si algo los aúna es su admiración mutua.

"Nos conocemos hace un montón. Nos queremos mucho y pasamos momentos hermosos, pero siempre nos costó coordinar algún encuentro", explica quien también tocará en agosto en Wakal (Complejo Art Media) y noviembre en el Primavera Sound. "Nos volvimos a juntar por nuestros hijos, y eso es re loco."

--¿Cómo se lleva la paternidad con la figura del rockstar?

--Cuando estaba en Perras on the Beach, empecé a sentir que todo eso era medio falso. En ese momento me di cuenta de que no quería ser eso. Me comí la peli. Pero llegó Astro y me borré del mapa. Hoy ya van cinco años en los que no saqué nada. El coronavirus me dio tiempo para pensar. Ahora que tengo que empezar de cero, quiero hacer el camino real de lo que verdaderamente soy.

--Cuando fuiste padre, ¿temiste dejar la música?

--En ningún momento pensé que iba a dejar lo que estoy haciendo. Pero sí me vi obligado a parar en un momento. Siento que mi vida cambió para siempre. Ahora Astro es mi prioridad y mi mejor proyecto. Un segundo con él me demuestra que lo demás no importa. Es luz pura en un mundo tan oscuro.

--¿Cómo te llevás con Buenos Aires? ¿O Buenos Aires te lleva a vos?

--Hace años dejamos de comer animales y empezamos a tener un montón de conciencia sobre eso y sobre el planeta. Es tan increíble que nos olvidamos de él en una ciudad como ésta, donde la gente no para y no mira a ningún lado. Nos tratamos horrible. Sin embargo, amo Buenos Aires y desde acá espero construir esa empatía que tanta falta hace. Entre nosotros y con los animales.

--A propósito de la familia, ¿cómo es trabajar con Cajú, tu cuñado, en esta etapa?

--Es increíble. Nos hicimos amigos, y cuando entramos en el estudio siento que estamos en nuestro mundo. Nos complementamos, chocamos y pasan muchas cosas. Nunca trabajé con un productor en serio, y con él me puedo sentar a producir. Todo lo otro fue muy espontáneo, por más que Juan (Mango, su hermano) y Luca Bocci me ayudaran a producir. Lo mismo que los pibes cuando sacamos Flow de Cuyo. El tiene la parte técnica, mucha información y es un melómano sacado, y yo tengo otra cosa. Hay un ida y vuelta interesante.

--¿Seguís en contacto con los otros Perras on the Beach?

--Tenemos un grupo nuevo llamado Joky. Estamos produciendo con nuestros tiempos. Aparte de Rodri, Fabri también está en Buenos Aires y Nacho pronto vendrá. Los cuatro le damos forma a esta banda que ya tiene varias canciones. Estamos tranca, queremos hacerlo bien y lo estamos llevando de otra manera. Es re moderno, pero cancionero. Súper pop.

--¿Y cómo llevaste el duelo de tu ex banda?

--Fue horrible. Comunicamos que la banda se había separado. Era un momento en el que sabíamos que la banda se iba a terminar. Desde 2019 se estaba palpitando. Fue un duelo que transcurrió mientras la banda seguía tocando. Una vez que el grupo se separó, nunca más entramos en una sala a tocar esas cinco personas. Quizá ahí me cayó la ficha. Yo no quería que Perras se separara.

--¿De qué forma convivís con algo que no está más?

--Ya me acostumbré. En algún momento me molestaba y me pesaba mucho este proceso personal del éxito. Pero pensá que la mayoría de la gente me conoce por la banda. Aún me toca hacer mi camino como solista.