Distintos dirigentes del Frente de Todos advirtieron este martes el peligro de que la justicia, como lo hizo en Brasil con Lula, intente proscribir cualquier candidatura de Cristina Fernández de Kirchner en 2023. Es cierto que pueden intentarlo y el aparato judicial ya demostró la exuberancia de sus maniobras. Sin embargo, desde la restitución de la democracia hubo sólo dos casos en que se debatió la proscripción de candidatos. El más reciente fue el Carlos Menem, candidato a senador, que resultó condenado en un juicio por el caso del contrabando de armas a Ecuador y Croacia. El fallo había sido confirmado por la Cámara de Casación Penal. En consecuencia, la Cámara Nacional Electoral dictaminó que no podía ser candidato por inhabilidad moral. La Corte Suprema revocó ese fallo alegando que primaba “el principio de inocencia”, de manera que el riojano fue candidato y luego senador.
El máximo tribunal terminó también revocando la condena en el expediente de las armas. El otro caso de proscripción fue el de Raúl Romero Feris, candidato en Corrientes. No sólo tenía condena en un juicio, confirmación de Cámara, sino que estaba preso. La Cámara Electoral impidió su postulación a gobernador en 2003 porque evaluó que tenía “inhabilidad moral” y, además, “sentencia ejecutoriada”. En ese caso, la Corte nunca se pronunció y Romero Feris no pudo ser candidato. Años más tarde, también le impidió asumir como senador.
Raúl Eugenio Zaffaroni no descarta “que haya imponderables, que el montaje sea defectuoso, que los directores locales del libreto sean muy torpes, que alguno tenga temor o un brote de conciencia, que las defensas hagan que los tiempos no den. Pero el plan de proscripción de Cristina está en marcha y tiene las mismas características que el de Lula y mucho más el de Correa. Hasta aparecieron cuadernos en ambos casos. Este libreto está escrito de afuera”, sostuvo el exintegrante de la Corte Suprema.
El estado de las causas
Pese a lo que agitan los voceros del macrismo, la mayoría de las causas contra CFK fueron cayendo o están actualmente con sobreseimiento o falta de mérito. En esa situación están Dólar futuro, la del Memorándum de Entendimiento con Irán, Hotesur-Los Sauces y la llamada La ruta del dinero K en la que sólo aparecieron sociedades y cuentas a nombre de Lázaro Baéz, pero no se pudo encontrar ningún vínculo con CFK. Al mismo tiempo, lo que sí quedó al descubierto es La ruta del dinero M, es decir de la familia Macri, con cuentas y sociedades en Panamá y numerosos paraísos fiscales. Respecto de Cristina, también se terminaron otras causas chicas como las de la supuesta sustracción de documentos históricos o los vuelos que atribuían a transporte de diarios.
El único juicio que está en marcha y avanzado es el de la construcción de rutas en Santa Cruz, el caso al que llaman “causa Vialidad”. El 1 de agosto empezarán los alegatos de los fiscales que ya le han hecho saber a los diarios alineados con el macrismo que seguirán adelante con la acusación contra la vicepresidenta. La cuestión es llamativa: en todo el juicio --seguido de cerca por Página/12-- no hubo ninguna mención a Cristina Kirchner. Ninguno de los centenares de testigos, en tres años de juicio, le atribuyó responsabilidad a la ex presidenta en alguna firma, algún trámite, una licitación o una forma de favorecer al constructor Lázaro Báez. De manera que lo más probable es que la acusación de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola consistirá en que CFK nombró a las autoridades de Vialidad que luego, supuestamente, intervinieron a favor de Báez en las licitaciones y en los valores de adjudicación.
En el juicio se probó lo contrario: las licitaciones, adjudicaciones, el control de las obras no estuvieron a cargo de Vialidad Nacional sino de la Provincia de Santa Cruz. Lo único que hizo el Estado nacional fue financiar las construcciones que, por otra parte, fueron votadas por el Congreso en los respectivos presupuestos. Quedó claro, además, que las rutas se construyeron y que no se pagó nada que no se hubiera construido.
La Corte y las "condenas firmadas"
La Corte Suprema jugó su papel de partido judicial macrista a principios de este mes con un sorpresivo fallo rechazando planteos que la defensa de Cristina y de otros imputados hicieron en 2018 y 2019, o sea hace más de tres años. Eran pedidos orientados a que el juicio no se inicie sin que hubiera al menos las pericias más elementales. La Corte pidió en aquel entonces el expediente, pero ante la reacción de los grandes diarios, lo devolvió de inmediato y permitió que arranquen las audiencias de forma irregular.
Lo asombroso es que ahora, tres años después, resolvieron en contra de Cristina, en un fallo obviamente destinado a marcar la cancha. Como señaló la vicepresidenta, fue una movida para avalar la acusación y tal vez una condena que “a esta altura, me parece que ya está firmada”, redondeó CFK. Habría que agregar que es posible que ante la falta de elementos surgidos en los tres años de audiencias, el máximo tribunal mandó el mensaje de respaldo a la acusación.
Cualquier eventual condena en el juicio de las rutas de Santa Cruz se conocerá a fin de año o incluso después. Los fundamentos difícilmente estén antes de febrero o marzo de 2023 y, por supuesto será apelada. Luego el expediente llegará a la Cámara de Casación en la que intervienen --pese a que fueron recusados-- los visitadores de la Casa Rosada y Olivos, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, además de Javier Carbajo, designado por el macrismo en ese cargo, tras quedar lejos en el concurso. Se supone que la decisión de Casación, por el volumen de la causa, tardará bastante tiempo o sea que, en el peor de los casos, CFK tendrá una condena sin una primera confirmación cuando se realicen las elecciones. De todas maneras, actos de magia más prodigiosos han diseñado en Comodoro Py, por lo que no podría descartarse del todo la existencia de una condena confirmada por Casación, pero con recurso ante la Corte.
En semejante escenario, debería primar lo dicho por el máximo tribunal respecto de Menem. El riojano tenía la pena confirmada por Casación, no sólo a prisión sino a inhabilitación perpetua, pero en ese caso la Corte sostuvo: “sigue primando el principio de inocencia”. Eso significa que CFK no debería tener obstáculos para ser candidata.
El modelo Lula
Sin embargo, hay otra alternativa que tampoco se puede desechar. La Cámara Electoral podría utilizar el doble conforme --fallo en juicio y de Casación-- para declarar la inhabilidad moral como hicieron con Romero Feris, pero sería violando la jurisprudencia de la Corte del caso Menem. En esa hipótesis, el máximo tribunal dejaría correr las cosas, bloqueando así la candidatura de CFK. No parece probable, pero Zaffaroni cree que esa posibilidad existe: “es lo que hicieron en Brasil, donde la condena de Lula no tenía revisión de la Corte y lo excluyeron de las últimas elecciones presidenciales, abriéndole el camino a Jair Bolsonaro”.
“Nadie creyó que harían otras cosas y las hicieron --afirma el exjuez de la Corte--. Insisto, el libreto está escrito de afuera. Ahora se sienten empoderados, bien envalentonados y son capaces de cualquier cosa. Prefiero quedar como alarmista. Miro la región. No sólo Lula y Correa, la suspensión de Gustavo Petro como alcalde de Bogotá, la prisión del vicepresidente de Ecuador, el golpe a Evo, la persecución a sus ministros. Es un libreto que solo tiene directores locales de teatro, pero el libreto es el mismo".