Por primera vez luego de dos años de pandemia, el presidente Alberto Fernández participará presencialmente de la cumbre de jefes de Estado del MERCOSUR. El encuentro, que se realizará la ciudad paraguaya de Luque, estará atravesado por el debate en torno a los avances de Uruguay en pos de un tratado de libre comercio con China. La disputa en torno a la flexibilización de las reglas para facilitar acuerdos comerciales viene de larga data y se coló también durante la previa del miércoles, cuando se reunieron los cancilleres de los países miembro del MERCOSUR y el representante de Uruguay reafirmó la "potestad" de su país de "negociar con terceros países extrazona". La delegación argentina cuestionó la postura "unilateral" del país vecino, pero luego buscó evitar que las tensiones escalaran. "Seríamos más débiles sin MERCOSUR", insistió el canciller Santiago Cafiero durante el encuentro, en un anticipo de lo que será la postura del presidente el jueves. La novedad del encuentro de cancilleres, por otro lado, fue que, tras más de un año de negociaciones (principalmente entre Argentina y Brasil), el Mercosur terminó de acordar una reducción del 10 por ciento del Arancel Externo Común.
"Estamos dispuestos a dar esta discusión con todos ustedes. Las soluciones deben ser creativas, adaptadas a la etapa en la que vivimos y tomando en cuenta nuestras diferentes opiniones y estructuras. Algunos usan el término 'modernizar'. Para la Argentina 'modernizar' no implica disgregar al bloque y la toma de decisiones unilaterales, sino asumir la responsabilidad de transformar y profundizar el proceso de integración", sostuvo Santiago Cafiero durante la Reunión Ordinaria de del Consejo Mercado Común del MERCOSUR en Paraguay, país que ostenta la presidencia pro témpore del bloque. Bajo la atenta mirada de sus pares en Uruguay (Francisco Bustillo), Brasil (Carlos Franca) y Paraguay (Julio César Arriola Ramírez), Cafiero apuntó así contra el anuncio que el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, había hecho hace unas semanas respecto al inicio de negociaciones con Beijing para avanzar en un tratado de libre comercio. De acuerdo al Tratado de Asunción - ese texto fundacional del MERCOSUR - cualquier acuerdo comercial de ese tipo con un país que no integra el bloque debe ser aprobado por todos los países socios del MERCOSUR. Por ese motivo es que, hace un tiempo ya, Uruguay reclama "modernizar" el bloque (postura a la que la Argentina se opone tajantemente).
Durante su discurso, el canciller uruguayo le respondió a Cafiero y reafirmó la intención de su gobierno de avanzar en un tratado con China. "Reafirmamos nuestra potestad de negociar con países y bloques extrazona. Al tiempo que mantenemos nuestro firme compromiso con el proceso de integración", declaró Bustillo, quien insistió que el Mercosur debía "avanzar en el proceso de integración de forma realista y pragmática". "Es imprescindible ampliar el acceso a terceros mercados", resaltó el funcionario uruguayo y volvió a convocar a sus pares a "modernizar" el Mercosur.
"Para nosotros 'modernizar' es trabajar con nuevas herramientas dentro y no fuera del proceso de integración: tenemos paz, tenemos alimentos, tenemos energía, tenemos capacidades científico tecnológicas y tenemos a nuestra gente, a nuestras empresas y a nuestras culturas profundamente conectadas. Se trata de una plataforma de carne y hueso que no podemos desaprovechar", había declarado también Cafiero en la cumbre unos minutos antes, en una línea similar a lo que el presidente Alberto Fernández sostendrá, según pudo saber Página 12, el jueves a la mañana durante el encuentro con el resto de los presidentes de los países miembro del MERCOSUR (el único que no participará será el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro). "Seríamos más débiles sin Mercosur. Tendríamos menos músculo para enfrentar los cambios en las formas de producción y el comercio por fuera del bloque", insistió el ex jefe de Gabinte y, a modo de cierre, reflexionó: "En un planeta ya no solo regionalizado sino fragmentado, con proyecciones de crecimiento a la baja de todos los organismos internacionales, con serios problemas de desigualdad e incluso hambruna, ¿alguien puede imaginar con el corazón en la mano que vivirá mejor sin sus vecinos y hermanos?". A su lado se encontraba también la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca.
Más allá de los contrapuntos, desde Cancillería le quitaron gravedad a la postura del país vecino. "Es humo político suyo, lo usan para consumo interno de posicionamiento", matizaron fuentes cercanas a Cafiero, quienes recordaron que el propio Lacalle Pou alertaba cuando Tabaré Vázquez era presidente, allá por el 2017, sobre las consecuencias de "avanzar en solitario" hacia un tratado de libre comercio con China. Desde el gobierno nacional saben, además, que el verdadero interés de China es insertarse en los mercados brasileros y argentinos: "¿China quiere cerrar con Uruguay o con el bloque? Son años de negociaciones", deslizaron desde Cancillería.
Reducción del Arancel Externo Común
Por fuera de las diferencias con Uruguay, el gobierno nacional celebró haber logrado llegar a un acuerdo respecto a la reducción del 10 por ciento del Arancel Externo Común para las importaciones extrazona. Desde 2019 que Brasil venía reclamando bajar el arancel - con una propuesta original de reducir en un 50 por ciento todos los aranceles -, pero tras largas negociaciones se terminó acordando autorizar a los estados a reducir un 10 por ciento los aranceles, aunque excluyendo sectores como el automotriz, textil, calzados, juguetes y lácteos. Todos sectores sensibles para la Argentina. "El acuerdo alcanzado preserva el interés argentino de no incluir en este universo al sector automotor, que es el principal sector en las exportaciones argentinas a Brasil, así como preservar los regímenes especiales que mantienen mayor protección de aranceles que el Arancel Externo Común en sectores sensibles", destacaron desde Cancillería.