Para evitar que cinco películas dirigidas por Leonardo Favio caigan en una subasta judicial, el Gobierno nacional las declaró como "Bienes de Interés Artístico Nacional". Se trata de las películas "Gatica", "Crónica de un Niño Solo", "Nazareno Cruz y el Lobo", "Soñar Soñar" y "El Dependiente". A raíz de esta medida, los negativos de estos filmes —que habían quedado en medio de una disputa judicial— no van a poder ser comercializados.
La medida, publicada este jueves en el Boletín Oficial, apunta a garantizar la conservación del soporte material de estas películas, ya que son consideradas un "testimonio de la producción cinematográfica nacional".
Actualmente, los negativos de estas cinco películas de Favio se encuentran en el depósito judicial en el Banco Ciudad y son propiedad de Negocios Cinematográficos S.A., una firma que tramita su quiebra en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 23. Por eso, corrían riesgo de ir a subasta judicial.
En mayo de este año, la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos había propuesto que las películas fueran protegidas, ya que la UNESCO recomienda la conservación de las imágenes en movimiento por considerarlas "una expresión de la personalidad cultural de los pueblos".
Según este organismo internacional, los trabajos cinematográficos son "un modo fundamental de registrar la sucesión de los acontecimientos, y que por ello constituyen, debido a la nueva dimensión que aportan, testimonios importantes y a menudo únicos de la historia, el modo de vida y la cultura de los pueblos así como de la evolución del universo", considera el organismo internacional.
Homenajes al cine argentino
Desde abril del 2021, la sala principal del Cine Gaumont lleva el nombre del reconocido director argentino Leonardo Favio. Las otras dos salas del complejo y las cabinas de proyección también llevan los nombres de personas influyentes en el séptimo arte local.
La sala dos homenajea a María Luisa Bemberg, una de las directoras pioneras en brindar una mirada femenina del cine y quien en los comienzos de la restauración democrática realizó producciones que reflexionaron sobre el autoritarismo y denunció del rol social de las mujeres.
Por su parte, la sala tres se llama Fernando Birri, en reconocimiento de uno de los fundadores y figura relevante del Nuevo Cine Latinoamericano, y del Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral. Birri fue un referente de las nuevas generaciones de documentalistas latinoamericanos.