Después de ocho días de paro, el conflicto con los choferes de colectivos de la ciudad de Córdoba parecía haber llegado a su fin ayer a última hora, pero pasada la medianoche las empresas de transportes, con al aval del intendente radical Ramón Mestre, se negaron a firmar el acuerdo alcanzado por los trabajadores en el Ministerio de Trabajo provincial y ratificaron los despidos. Frente a la falta de acuerdo, los trabajadores retomaron la medida de fuerza y comenzaron esta mañana el noveno día de paro total de transporte, que mantiene paralizada a la ciudad cordobesa. "Los trabajadores despedidos han perdido sus trabajos y las horas no trabajadas no van a ser abonadas”, afirmó el intendente y dijo que las unidades conducidas por choferes convocados para romper la huelga seguirán circulando custodiadas por fuerzas de seguridad.  

Hacia la medianoche el conflicto parecía cerrado: los choferes anunciaron que levantaban la medida de fuerza a cambio de la firma del acuerdo logrado en la mesa de diálogo del Ministerio de Trabajo provincial. Sin embargo, la situación tuvo un giro inesperado cuando los trabajadores llegaron a la Secretaría de Trabajo local. Allí los funcionarios enviados por el gobierno de Mestre y las empresas se negaron a firmar. “Este acuerdo no va más. El intendente lo desconoce”, les dijeron los funcionarios a los choferes, según contó a Página/12 Marcelo Marín, delegado de Autobuses Córdoba.

El acta-acuerdo planteaba una “amnistía” para los despidos, sanciones y descuentos por los días de paro. “El acuerdo era muy básico. Lo único que establecía era ningún trabajador en la calle. Todo lo demás era a negociar”, sostuvo Marín sobre el acuerdo logrado con las autoridades provinciales, que suponía la reincorporación de los más de 80 trabajadores despedidos el fin de semana en el marco de la medida de fuerza. “Ahora no vamos a movernos. No vamos a dejar el paro mientras haya trabajadores en la calle”, reafirmó el delegado.  

“Se nos ha complicado a último momento”, manifestó apenas pasada la medianoche el ministro de Trabajo de la provincia, Omar Sereno, y comunicó que los empresarios del transporte urbano de pasajeros “rechazaron” el acta que se había acordado con los delegados de los choferes para que en las primeras horas de la madrugada retomaran sus tareas.

El ministro explicó que el acuerdo se negoció en función de una propuesta que los empresarios habían firmado el pasado viernes 9 de junio, en la que se dejaba sin efecto los despidos para que levantaran el paro. Según precisó el funcionario, el sector empresarial consideró anoche que ese beneficio ya expiró, que ha perdido eficacia y efecto jurídico, y en ese marco ratificaron la vigencia de los despidos por no haber acatado la conciliación obligatoria ni la ilegalidad de las medidas decretada por la cartera laboral. “La medida de fuerza estaba levantada. Se presentó una situación no prevista y hoy vamos a convocar a las partes a seguir dialogando”, manifestó el funcionario provincial.

Fue el intendente de la Ciudad de Córdoba, el radical Ramón Mestre, que sin haber participado de las negociaciones, salió a defender con firmeza la posición de las empresas y confirmar la vigencia de los despidos por haber actuado en la “ilegalidad” en el proceso de las protestas. “Nosotros nos planteamos en iguales términos que las empresas, es decir que los trabajadores despedidos han perdido sus trabajos y las horas no trabajadas no van a ser abonadas”, sostuvo el intendente, que confirmó que continuará el Plan de Emergencia con colectivos custodiados por Gendarmería.

El conflicto comenzó a gestarse el 2 de junio último con diversas asambleas hasta la madrugada del lunes 5 cuando arrancó el paro total de actividades, que continúa ininterrumpido desde entonces y alcanza a Aucor, Coniferal, Ersa y trolebuses Tamse, las cuatro empresas que prestan el servicio urbano de pasajeros en la capital cordobesa. El sector reclama un incremento salarial del 32,5 por ciento y la normalización de la UTA local que se encuentra intervenida desde el año pasado.