La disparada de los dólares paralelos no se detiene y está impactando de lleno en la economía real. En los últimos días volvió a acelerarse la suba de precios en múltiples productos y algunos comercios venden a factura abierta o directamente frenaron las ventas ante la falta de certezas sobre cuál será el costo de reposición que deberán enfrentar. El CESO ya proyecta una inflación para julio con un piso del 7 por ciento.
El dólar blue trepó este jueves de 317 a 337 pesos, un 6,3 por ciento. En apenas una semana aumentó 16,6 por ciento y desde la renuncia de Martín Guzmán, el pasado 2 de julio, la suba es del 41 por ciento. La ministra de Economía, Silvina Batakis, buscó restarle importancia al blue al afirmar el pasado 11 de julio que es un mercado donde se realizan operaciones por apenas 3 millones de dólares por día mientras que en el mercado oficial el volumen trepa a los 1000 millones. El dato es incontrastable, pero en los hechos el blue está operando sobre las expectativas de los agentes económicos y, con o sin justificación, se termina trasladando a precios.
El relevamiento de precios que todas las semanas realiza el CESO en los supermercados mostró que entre el 11 y el 18 de julio la inflación fue de 2,2 por ciento y en las últimas cuatro semanas trepó a 6,3 por ciento. El impacto es todavía mayor en electrodomésticos donde la suba llegó al 6,2 por ciento en una semana y al 10 por ciento en un mes. El desagregado de este rubro muestra fuertes subas la semana pasada en los rubros Climatización (+10,1 por ciento), Videojuegos (+9,8), Audio (+8,1),
Celulares y Telefonía (+7,8) y TV y Video (+6,8).
Si bien todavía no hay relevamientos exhaustivos, esta semana la situación pareciera haber empeorado con subas generalizadas. En algunos casos los ajustes oscilan entre 20 y 30 por ciento y parecieran responder solo una sobrereacción frente a la incertidumbre. Los ajustes no solo se observar en la venta de bienes sino también en servicios que prácticamente no tienen costos dolarizados como, por ejemplo, las peluquerías. Además, se multiplican los casos de proveedores que solo entregan mercadería a factura abierta, es decir, sin cerrar un precio.
“Un dato que nos llamó la atención es que esta aceleración de precios se dio sin ningún salto brusco en el dólar oficial. Es una suba motorizada por la incertidumbre general y el dólar paralelo”, remarcó a PáginaI12 Nicolás Pertierra, economista de CESO. “Esta situación es preocupante porque desde hace ya diez años se viene diciendo que el dólar paralelo es un mercado chiquito. Estoy de acuerdo con eso, pero el peso que tiene como referencia para los precios es más importante que en el pasado. En 2012 o 2013 el salto de la brecha cambiaria no impactaba tanto y hoy esa correa de transmisión está más firme”, agregó.
-¿Por qué motivo un mercado tan chico como el blue se termina convirtiendo en una referencia?
-La expectativa es que el tipo de cambio oficial en algún momento va a tener que seguir al paralelo. Ese termina siendo el punto de contacto. En base a las experiencias pasadas, consideran que si la brecha es muy grande en algún momento se puede producir una devaluación del tipo de cambio oficial. -remarcó Pertierra.
Pertierra sostiene el último antecedente de subas de precios semanales generalizadas como en la actualidad, sin variación significativa del dólar oficial ni un impacto internacional fuerte, lo habían notado en octubre del año pasado cuando la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, fue desplazada por Roberto Feletti.
“El tema es que en aquella ocasión observamos una semana de remarcaciones fuertes, mientras que ahora ya relevamos dos semanas por encima del 2 por ciento y si bien esta tercera semana aún no la medimos es muy probable que en este contexto la situación se mantenga”, agregó el economista de CESO. “No lo comparo con marzo de este año, donde también vimos aumentos semanales así, porque en ese momento tenías un impacto internacional más fuerte en alimentos y energía, un shock importante provocado por la guerra”, aclaró.