Los aplausos y frases de aliento retumbaron ayer al mediodía en la rampa de egreso del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde se vivió un momento de alegría: tras 55 días internado, el policía Gabriel Sanabria, herido con una decena de disparos en un ataque durante un control vehicular, recibió el alta médica y fue trasladado a un centro de rehabilitación para continuar con su recuperación. El agente de 26 años salió en una camilla, con el torso erguido y un brazo en alto para saludar a quienes lo apoyaron y desearon que llegara este momento, luego de haber estado durante varias semanas luchando entre la vida y la muerte. 

“Estamos felices, no se pueden contener las lágrimas. Gabriel está muy contento y bien de ánimo", dijo el papá, que agradeció a todo el equipo profesional que lo asistió durante su estadía, y luego de que la familia viviera momentos difíciles y de angustia. "Es el momento más lindo. Llegó sin vida y me lo resucitaron”, agregó su hermano en Canal 3, con palabras de agradecimiento al equipo que asistió a Sanabria.

La emoción y los abrazos en el Heca conmovieron durante la salida del agente de la policía Motorizada, cuando tanto sus familiares, como el personal médico del centro de salud público, personas que acompañaron a sus allegados y hasta vecinos y transeúntes se apostaron en la explanada para verlo ya prácticamente recuperado, como tanto habían deseado.

 

"Estamos todos muy contentos. Él esta muy bien y entero con una debilidad generalizada en sus músculos, que hay que recuperar con una rehabilitación integral. Acá se inició una rehabilitación temprana. Éste es el resultado exitoso de un trabajo de toda la red de salud municipal y servicios del hospital", resumió el director del Heca, Jorge Bitar, sobre lo que fue la estadía de Sanabria, que estuvo alrededor de un mes y medio en terapia intensiva y luego pasó a la sala general. "En un momento estuvo muy crítico, cerca de la muerte. Fue operado seis veces. Fueron fundamentales los tiempos de la atención médica y también su edad y estado físico previo al ataque", señaló el profesional. 

Sobre cómo continuará la recuperación, estimó que "la rehabilitación podría ser durante un mes largo, pero si queda con alguna secuela no va a ser importante. Ya se puso de pie en varias oportunidades y pudo ducharse solo, va a poder caminar", aseguró.

Según se pudo saber, Sanabria -oriundo de San Javier- continuará su recuperación en un centro de neuro rehabilitación integral de la ciudad, ubicado en Paraguay al 2000, hasta donde ayer fue trasladado en una ambulancia desde el hospital, que en estos meses fue lugar de encuentro y abrazo simbólico de sus compañeros de trabajo para darle fuerzas, en varias oportunidades. 

El ataque contra Sanabria ocurrió el 27 de mayo pasado, en Arijón al 400, desde el interior de un auto al que intentó identificar en el marco de un operativo, cuando recibió disparos desde adentro. El Peugeot 206 tenía pedido de captura.

La causa. El último de los imputados en la investigación del hecho fue Sebastián Coronel, a quien el lunes la fiscal Gisela Paolicelli le atribuyó ser parte del grupo que actuó "en forma conjunta y bajo un mismo plan, con clara intención de darle muerte (al policía)". En los primeros momentos fueron detenidos dos adultos, entre ellos la madre de Coronel, imputada porque en su casa de Hungría y Ayacucho se incautó una mochila con armas. Además, ella y otro hombre fueron acusados por refugiar a personas sospechadas de haber disparado en el ataque. En esos primeros días, también fueron arrestados dos adolescentes de 17 y 16 años, cuya causa lleva la Justicia de Menores. En tanto, Coronel sumó una imputación -junto a una joven- por el homicidio de Ángel Ocampo, cometido al día siguiente del ataque a tiros al policía. Por ambos hechos, estará en prisión preventiva por el plazo de ley.