El nuevo Código Urbanístico (CUR) de la Ciudad de Buenos Aires sigue sumando rechazos en los barrios porteños. En el Barrio Parque General Belgrano, conocido como Barrio River, vecinos y vecinas se organizaron para presentar un proyecto de ley y una acción de amparo con el objetivo de frenar el avance de "intereses inmobiliarios en contra del bienestar vecinal", algo que aseguran que generó la modificación del Código de 2020. Según las agrupaciones vecinales, tras la ampliación de la capacidad constructiva autorizada en esa zona comenzaron a instalarse desarrollos inmobiliarios que "desconfiguran la fisonomía del barrio".
La imagen satelital permite distinguirlo fácilmente: la herradura heredada del trazado del ex Hipódromo argentino, las calles cortas, el boulevard Lidoro Quinteros y la Plaza Alexander Fleming, la cercanía con el estadio de River Plate, identifican al Barrio River. Pero al oficialmente llamado "Barrio Parque General Belgrano" lo identifican, sobre todo, sus tradicionales casas bajas. "La modificación del CUR en pandemia, sin participación ciudadana, aumentó las alturas y la capacidad constructiva. Ya se construyeron propiedades de mayor altura con perjuicios irreversibles, porque se pierde la visual, la luz y el aire. Se termina desconfigurando la fisonomía del barrio en favor de los negocios inmobiliarios y por encima de los vecinos", dice a Página/12 Silvia Najul, presidenta de la Asociación de Fomento Vecinal del barrio.
En noviembre de 2020, a través de la Ley 6361, el oficialismo porteño incorporó en la Legislatura nuevas modificaciones al CUR que había aprobado en 2018. Allí, el Barrio River quedó catalogado como la Zona 10 de la U23 - Barrio Nuevo Belgrano, delimitada por las avenidas Del Libertador, Udaondo, Figueroa Alcorta, y las calles Sáenz Valiente y Eduardo Romero. A su vez, "autorizaron la construcción hasta la Línea Interna de Basamento reduciendo las dimensiones del centro libre de manzana y eliminaron las restricciones constructivas", según se detalla en la acción de amparo presentada por vecinos y vecinas junto al Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC). La consecuencia de esos tecnicismos es que "se incrementó la posibilidad de ocupación de la parcela y su capacidad constructiva entre un 300 y un 400 por ciento generando un proceso acelerado de renovación inmobiliaria y urbana".
Por todo esto, el amparo solicita que se declare "la inconstitucionalidad y nulidad de la actual regulación urbanística" sobre el barrio, argumentando que "viola la protección que dispone el Plan Urbano Ambiental para los sectores residenciales de casas bajas consolidados y para las identidades barriales". Lo que habilita la modificación también "lesiona el derecho a un ambiente urbano sano y equilibrado y el derecho a la protección del patrimonio urbanístico", indica.
En este sentido, la presentación pide que se restablezcan los parámetros previos y que se suspendan los permisos de obra otorgados bajo la nueva legislación. Jonatan Baldiviezo, abogado y titular del ODC, confirmó que la demanda ya fue formalmente presentada, aunque, añadió, "todavía no sabemos en qué lugar quedó radicada". "Comenzó la feria y el juez que se había sorteado la mandó nuevamente para que vaya a otro juzgado", explicó.
Pero vecinos y vecinas no irán solo por la vía judicial: también presentaron un proyecto en la Legislatura, que ya fue tomado por la legisladora porteña Claudia Neira (Frente de Todos), quien lo impulsa en la Comisión de Planeamiento Urbano. "El proyecto busca modificar la normativa tendiendo a bajar las alturas y preservar los pulmones de manzana", explicó Najul. En los fundamentos de la iniciativa, vecinos y vecinas precisaron que el objetivo "es mantener la densidad de edificación baja" en un barrio con viviendas "muy próximas por la dimensión de sus lotes cortos, calles angostas y manzanas estrechas". En este sentido, el proyecto busca limitar la altura a nueve metros para preservar la "banda edificable existente de entre ocho y doce metros".
"Es insoslayable mencionar, por su incidencia en el área barrial, al Parque de la Innovación y tampoco dejar de considerar los emprendimientos que se erigen y proyectan en barrios aledaños", agregaron en los fundamentos. Para Najul, en el Parque de la Innovación proyectado en los terrenos vendidos del ex Tiro Federal, justo al lado del Barrio River, "tendremos una zona con construcción en altura y también hay proyectos de obras de ese tipo en Figueroa Alcorta".
Referentes de la asociación vecinal adelantaron que en las próximas semanas podrían realizar alguna manifestación en contra del nuevo CUR. "Nos sentimos en una situación de indefensión porque no hay una verdadera participación ciudadana. Podemos participar recién cuando el hecho ya está consumado, pero las organizaciones vecinales no estamos para convalidar proyectos ya cocinadas a nuestras espaldas cuando ya es muy difícil contrarrestar los efectos negativos. Hay varias construcciones que ya están ejecutadas y no se puede volver atrás", concluyó Najul.