Una simple hoja de papel es todo lo que necesita la artista galesa Polly Verity para hacer pequeñas piezas escultóricas. Piezas que, en algunos casos, presentan intrincados patrones geométricos convirtiéndose en mosaicos abstractos, tridimensionales. Y en otros casos, son obras figurativas, como su celebrada serie en torno al beso. Verity no se vale de cortes ni de pegamento: solo humedece su materia prima para volverla un poco más maleable, y va trabajándola con manos ágiles hasta conseguir que aparezcan dos rostros que rozan sus labios… “Cambios muy sutiles pueden marcar una gran diferencia”, cuenta con palpable entusiasmo, a la par que reconoce: “El hecho de que el papel no pueda estirarse, tan solo doblarse, es una limitación que puede resultar frustrante pero, a la vez, siempre está la satisfacción de haber logrado sortearla”.

Recuerda Verity que sus primeros pasos en el arte del origami fueron a los tempranos 8 años, cuando el esposo de su abuela -Eric de Maré, tenido como uno de los grandes fotógrafos de arquitectura británicos, dicho sea de paso- le obsequió un libro que había escrito unas décadas antes: Your Book of Paper Folding (1968). Allí el hombre explicaba con pelos y señales cómo -plegando y plegando- hacer un casco de caballero o, con mayor nivel de dificultad, una pagoda. La mera idea de tomar una hoja y transformarla en algo más le voló la peluca a la Polly chicuela, experimentando desde entonces con las posibilidades expresivas del papel.

Vale decir que, sin dejar de advertir que esta forma de arte es antiquísima y tiene sus orígenes en Oriente, Polly cita como influencia principal de su obra a los estudios de papel de la escuela de Bauhaus, en los 1920s, cuando el célebre artista y diseñador Josef Albers incitaba a estudiantes a abordar el humilde material prescindiendo -en la medida de lo posible- de herramientas como cuchillos, tijeras, pegamento, en pos de que sus restricciones inherentes (la rigidez, la finura, etcétera) sirvieran de motor para la creatividad. Algo que esta galesa, hija de artistas, ciertamente consigue cuando se pone manos a la obra.