Momentos de inquietud e impaciencia fueron los que sufrió el presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante la cumbre que se desarrolló en la capital iraní, Teherán, y en la cual participaron el líder local, Ebrahim Raisi, y el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
La incómoda situación ocurrió antes de la reunión tripartita, en la cual reafirmaron sus deseos de paz y la lucha contra el terrorismo en el conflicto sirio y avanzaron con el desbloqueo de granos en Ucrania.
Un video difundido por la presidencia de Turquía mostró a Putin parado frente a su silla y las banderas rusa y turca. En las imágenes se lo puede ver al presidente de la Federación Rusa con las manos juntas, gesticulando casi de manera constante con su boca y realizando movimientos impacientes durante casi un minuto, aguardando la llegada de Erdogan.
Una vez que llega su par turco, Putin lo saluda de manera afectuosa con la mano y ambos posan para la foto oficial.
La reunión en Irán fue la primera del presidente ruso con un líder de la alianza de la OTAN desde que se desató el conflicto en Ucrania, a finales de febrero.
¿Venganza?
Los medios de comunicación compararon la situación con otros en los que Putin dejó esperando a líderes mundiales en el pasado, especialmente en Moscú en 2020, cuando el líder ruso hizo lo propio con Erdogan durante dos minutos antes de una reunión. "¿Fue una venganza?", se preguntó la web turca T24.
Al mismo tiempo, Joyce Karam, corresponsal de la organización de medios de comunicación de Oriente Medio National News, remarcó que "esos 50 segundos en los que Erdogan hizo esperar a Putin, con cara de agotamiento ante las cámaras, dicen mucho de lo mucho que ha cambiado después de Ucrania". Karam calificó el episodio como una "dulce revancha" recordando esa reunión entre ambos del 2020.
La cumbre
La cumbre se centró en el enfrentamiento sirio, donde Rusia, Turquía e Irán son actores principales en la guerra que castiga el país desde 2011. Tanto el presidente ruso, Vladimir Putin, como el presidente iraní, Ebrahim Raisi, apoyan al gobierno de Bashar al Assad, el actual dirigente sirio. Mientras que el mandatario turco apoya a los rebeldes del autoproclamado Ejército Nacional Sirio.
Durante su intervención, Putin se mostró convencido de que Rusia, Turquía e Irán deben continuar "desempeñando un papel clave en los procesos dirigidos a la normalización de la situación en Siria y el establecimiento de una paz duradera" en el país árabe. Además, reiteró el apoyo de Moscú a la "soberanía, independencia, unidad e integridad territorial" de Siria y denunció la política "destructiva de países occidentales, presididos por Estados Unidos" en relación con el país árabe.
El presidente iraní también dijo unas palabras sobre el conflicto en Siria: "Hoy, han pasado once años desde el comienzo de la crisis siria, Irán todavía cree que la única solución a la crisis es política, y la acción militar no solo no es una solución, sino que también conduce al deterioro de la situación" En este punto, el jefe de Estado iraní hizo referencia a las sanciones unilaterales de algunas potencias internacionales, mencionando en concreto a Estados Unidos, y cuya principal consecuencia es "una presión adicional sobre el pueblo sirio", al que se le ha "privado de la posibilidad de una vida normal".
El conflicto de Turquía y Siria
Rusia, Turquía e Irán prometieron este martes seguir cooperando para "eliminar terroristas" en Siria. Las tres naciones "reafirmaron la determinación de continuar con su cooperación actual con el fin de eliminar a los individuos, grupos, proyectos y entidades terroristas, y garantizar la protección de los civiles y de las infraestructuras civiles de acuerdo con el derecho internacional humanitario", señala el texto.
Este comunicado conjunto se dio a conocer después de que el presidente turco pidiera a Rusia e Irán que apoyen sus esfuerzos en la lucha contra el "terrorismo" en Siria. Ya que desde 2016, Turquía llevó a cabo varias operaciones militares en Siria contra combatientes kurdos y contra el grupo yihadista.
Frente a esto, Turquía amenaza desde fines de mayo con lanzar una nueva operación militar en el norte de Siria, donde pretende crear una "zona de seguridad" de 30 kilómetros en la frontera. "No hay lugar en la región para los movimientos terroristas separatistas y sus aliados, esto debe quedar claro para todos. Continuaremos nuestra lucha contra las organizaciones terroristas", afirmó el jefe del Estado turco. Sin embargo, en las últimas semanas, Irán y Rusia advirtieron a Turquía de los riesgos de "desestabilización" de la región de una operación de tal calibre.
La exportación de granos
En cuanto a las expectativas sobre el desbloqueo de las exportaciones de granos ucranianos, Putin destacó que las negociaciones están avanzando, aunque "aún hay asuntos sin resolver". Por otro lado, el asesor del presidente ruso para asuntos internacionales Yuri Ushakov señaló, en el marco de esta reunión, que se llegó al acuerdo de "preparar un documento conjunto, que defina las bases legales y los mecanismos generales de exportación de grano de los puertos ucranianos".
Las negociaciones buscan concretar la salida por el Mar Negro de unos 20 millones de toneladas de cereales acopiados en silos ucranianos, en particular en la ciudad sureña de Odesa, y facilitar la exportación rusa de granos y fertilizantes.
Por su parte, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió esta semana que la reanudación de las exportaciones de granos desde Ucrania es una "cuestión de vida o muerte". Preocupado por la inseguridad alimentaria que genera el conflicto entre Rusia Y Ucrania, Borrell remarcó que "La vida de (...) decenas de miles de personas depende de este acuerdo”.
El avance nuclear iraní
Otro de los temas que estaba sobre la mesa de Rusia e Irán, es el acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Rusia lleva más de un año participando en las conversaciones entre Irán y las principales potencias para reactivar el acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear iraní. Este acuerdo permitió el levantamiento de las sanciones internacionales contra la capital iraní, Teherán, a cambio de restricciones a sus actividades nucleares.
Mientras tanto el jueves, durante su visita a Israel en el marco de una gira por Medio Oriente, Joe Biden firmó un pacto de seguridad con el primer ministro israelí, Yair Lapid, por el que Washington se comprometió a no permitir que Irán adquiera armas nucleares. Además, el sábado en Arabia Saudita, Biden dijo ante líderes árabes que su país no se "alejaría" de Medio Oriente, dado que eso dejaría "un vacío que podría ser llenado por China, Rusia o Irán". Sus palabras fueron condenadas por Teherán, que acusa a Washington de agitar las tensiones en la región.