Estados Unidos produjo una conmoción en Paraguay: en una declaración oficial, por escrito, se hizo saber a la población que el secretario de Estado, Antony Blinken, declaró al expresidente Horacio Cartes -íntimo amigo de Mauricio Macri- como “significativamente corrupto”. Washington, de esa manera, anunció que cancela tanto su visa como la de su familia y acusa al exmandatario de obstruir una investigación de crimen trasnacional que involucraba a uno de sus socios. “Eso le permitió a Horacio Cartes seguir participando de actividades corruptas, incluyendo sus lazos con organizaciones terroristas y otras entidades sancionadas por Estados Unidos”.
Una enorme cantidad de hechos emparentan a Cartes con la Argentina. La más notoria y asombrosa es su amistad -¿y sociedad?- con el expresidente Macri. En julio de 2020, en lo peor de la pandemia, Macri viajó a Paraguay por un día en un avión privado puesto a disposición por Cartés. No cumplieron ninguno de los protocolos y hubo un verdadero escándalo en Paraguay porque en aquel entonces regían estrictas medidas sanitarias. Su custodio, perteneciente a la Policía Federal, no informó del viaje y nadie explicó nunca a qué fue. Se intentó justificar el vuelo por su cargo en la FIFA, pero el organismo desmintió cualquier vinculación.
La segunda relación reciente de Cartes con la Argentina es que su empresa de cigarrillos utilizó el avión venezolano de Emtrasur para trasladar en mayo un cargamento de cigarrillos a la isla de Aruba, que tiene administración de los Países Bajos. El Jumbo estuvo en Ciudad del Este tres días y llegó y partió sin problemas. La cuestión fue usada por el actual presidente Mario Abdo, en guerra contra Cartes, para difundir supuestas informaciones de servicios de inteligencia, por ejemplo, referidas a que un mecánico estuvo en Cuba y se hizo una operación de cambio de cara. Nada de eso se confirmó en la causa judicial y el propio mecánico le hizo saber a Página/12 que nunca estuvo en Cuba y que nunca se operó de nada, ni siquiera del apéndice.
Hay un tercer vínculo indirecto, pero que exhibe el entramado. Cartes tenía un vínculo muy cercano con Dario Messer, el doleiro -cambista- brasileño a través del cual se cursaban buena parte de las coimas del gigante de la construcción Odebrecht. La empresa brasileña estuvo asociada al grupo Macri, en especial en el soterramiento del Sarmiento.
Una sospecha muy fundada es que los dólares que el exsecretario de Obras Públicas, José López, tiró en el convento de General Rodríguez, provenían en parte de Odebrecht, ya que se encontró el certificado de una operación de cambio en Hong Kong, la ciudad en la que la constructora giraba las coimas. Messer -condenado a 13 años de prisión- estuvo en Paraguay en tiempos del gobierno de Cartes.
La repercusión obviamente no se dará sólo en la Argentina y Brasil. Cartes era amigo de Bibi Netanyahu, exprimer ministro de Israel. A tal punto que durante su mandato, Cartes mudó la embajada de Paraguay a Jerusalem, medida que luego Abdo revocó. En Paraguay hay incluso rumores de que Cartes podría asilarse en Israel, algo más que improbable.
Lo que está claro es que la declaración de Estados Unidos es un golpe mortal para Cartes y liquida la interna en el Partido Colorado. Las acusaciones contra el amigo de Macri siempre fueron demoledoras. Entre otras cosas, se menciona que buena parte de los cigarrillos que produce su empresa son traficados a Brasil por la organización mafiosa más grande del cono sur, el Primer Comando Capital, que domina las cárceles de Brasil y Paraguay.
A principios de este mes, Paraguay aceptó la extradición a Estados Unidos de Kassem Mohamad Hijazi, un contador al que acusan de lavado de dinero de narcotráfico. Hijazi, que es brasileño, tenía actividades en Ciudad del Este y apareció también vinculado al asesinato del fiscal que lo imputó, Marcelo Pecci, al que mataron durante su luna de miel en Colombia.