La extraña naturaleza no deja de sorprender: animales con ojos rojos o celestes, la piel rosada y el pelaje blanco, únicos y especiales. Aunque con poca frecuencia, el albinismo es una condición que se presenta en muchas especies. Para muestra vale recordar, el caso de Copito de Nieve, el gorila albino capturado en 1966 por el doctor Jordi Sabater Pi en la Selva de Nko, Guinea Ecuatorial, y cuyo descubrimiento produjo un verdadero revuelo. Copito fue el animal más visitado en el zoo de Barcelona hasta su muerte, en 2003.
¿Qué es el albinismo? En diálogo con la Agencia de noticias científicas de la UNQ, el divulgador científico, Sebastian Kamin, lo explica así: “Hay varios genes en los animales que están involucrados en la producción de un pigmento que se llama melanina. Este pigmento está presente, principalmente, en la piel, el pelo y los ojos. En ese sentido, los animales albinos no producen melanina o, en caso de que lo hagan, lo hacen en cantidades muy bajas. Es decir, el albinismo se da cuando existe una pérdida en la capacidad de producción de melanina”.
Genética y consecuencias
Al igual que en los humanos, el albinismo viene dado por la genética. En los genes se hallan las instrucciones que indican al organismo cómo debe ser y de qué manera funcionar; unos son dominantes y otros, recesivos. Cuando se forma un embrión, la mitad de la información genética proviene de la madre y la otra mitad, del padre. Según detalla Kamin, los animales reciben una copia de cada uno de sus progenitores; y para que se presente el albinismo, “tienen que tener ambas copias mutadas de alguna manera que pierdan su funcionalidad. Si tienen una sola copia mutada pueden cargar el gen pero no presentarlo”.
¿Qué consecuencias le trae a un animal el ser albino? Kamin responde que la melanina funciona como un protector contra la luz ultravioleta y que por eso “son animales con muchos problemas de piel, justamente por el daño que genera esta luz, al igual que ocurre en las personas”. Y agrega que, como también está presente en los ojos, suelen tener problemas de visión: los animales albinos son, por tanto, “muy propensos a sufrir problemas oculares o de la piel”.
En ese sentido, con frecuencia se observan alteraciones de la vista, como consecuencia de la ausencia de pigmento en el iris, que hace que el ojo sea más sensible a la luz. En ocasiones, para compensar esta hipersensibilidad, desarrollan estrabismo o incluso nistagmo (movimientos oculares hacia los lados). También se puede observar con relativa frecuencia problemas dermatológicos, como dermatitis o incluso algunos tumores de piel, como el melanoma.
Más visibles para sus presas
A estas consecuencias, se suman otras: generalmente no viven en lugares de nieve o en lugares donde tengan algo blanco donde esconderse, entonces son mucho más visibles para sus presas y para sus predadores. “Las presas los divisan más fácil, por eso tienen una menor posibilidad de cazarlas y conseguir su alimento”, dice Kamin.
A su vez, los depredadores los divisan más fácilmente porque son más distinguibles en el ambiente donde están, y entonces también tienen menos probabilidades de sobrevivir porque los cazan más rápido. Les cuesta más conseguir su alimento y escapar de sus predadores. “Incluso, en ciertos grupos animales, los individuos albinos son rechazados. Precisamente, al ser identificados con mayor facilidad, hacen que todo el grupo corra un mayor riesgo de ser depredado. Son observados de manera inmediata por sus predadores”, asegura el divulgador científico.
¿Gato blanco o albino?
Al igual que sucede en otras especies, en los animales domésticos, como perros y gatos de compañía, también pueden darse casos de albinismo. En estos casos, el pelo es de color blanco, aunque no debe confundirse ya que no todos los perros y gatos de pelo blanco son albinos.
Para determinarlo no basta con fijarse en las características físicas (piel rosada, pelaje blanco y ojos rojos o celestes); aunque, si las cumple todas, hay una alta probabilidad de que lo sea. También es necesario realizar un análisis genético por parte de un veterinario y un laboratorio especializado.
¿Cómo cuidarlos para una mejor calidad de vida?
En el caso de los animales albinos, la piel queda menos protegida por lo que los cuidados principales irán enfocados a protegerla. Para ello es necesario evitar la exposición prolongada al sol, ya que se pueden producir quemaduras en zonas desprovistas de pelo, como el abdomen. Pero, además, agentes como el polvo o algunas sustancias químicas, podrían ocasionar daños.
Otro factor a tener en cuenta es la calidad del pelo. Si el pelo está bien nutrido y fuerte, proporcionará mayor protección a la piel, por lo que se debe procurar una alimentación de calidad para evitar que el pelo se debilite y se caiga, y la piel se reseque.
Con todo, la biodiversidad de la Tierra comprende la riqueza natural de un ecosistema conformado por la cantidad y variedad de especies que hacen vida en él, donde todas son necesarias y ninguna es mejor que otra.