Los fenómenos meteorológicos extremos y los impactos del cambio climático están afectando distintas zonas de América Latina y el Caribe, según el informe presentado este viernes por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo especializado de las Naciones Unidas.

El estudio señala que el año pasado se registraron las tasas de deforestación más elevadas desde 2009. En la Amazonia brasileña la cifra se duplicó con respecto al promedio de 2009-2018 y alcanzó su nivel más alto desde 2009. En 2021 perdió un 22% más de superficie forestal que en 2020.

Las precipitaciones extremas que se registraron en 2021 ocasionaron crecidas y deslizamientos de tierra. “Se produjeron importantes pérdidas, y en particular cientos de víctimas mortales, decenas de miles de viviendas destruidas o dañadas y cientos de miles de desplazados”, explica la OMM en su informe.

“Las crecidas y los deslizamientos de tierra en los estados brasileños de Bahía y Minas Gerais provocaron pérdidas estimadas en 3.100 millones de dólares”, añade.

Megasequía

Chile es el país que lidera en crisis hídrica en la región. La “megasequía” que afecta al país continuó en 2021 y se trata de la más prolongada en la región en el último milenio, agravando la tendencia al aumento de la sequedad.

Según el informe, "los glaciares andinos han perdido más del 30% de su superficie en menos de 50 años". “El retroceso de los glaciares y la correspondiente pérdida de masa de hielo han agravado el riesgo de escasez de agua para la población y los ecosistemas andinos”, señala.

América Latina es una de las regiones con mayor necesidad documentada de reforzar los sistemas de alerta temprana, que permitan lograr una adaptación eficaz en zonas expuestas a los fenómenos meteorológicos, hidrológicos y climáticos extremos.

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, explicó que “los riesgos hidrometeorológicos, como las sequías, las olas de calor y de frío, los ciclones tropicales y las crecidas, causaron la pérdida de cientos de vidas, ocasionaron graves daños en la producción agrícola y las infraestructuras y provocaron desplazamientos de población”.

“Se prevé que la creciente subida del nivel del mar y el continuo calentamiento de los océanos sigan afectando a los medios de subsistencia, el turismo, la salud, la alimentación, la energía y la seguridad hídrica en las zonas costeras, en particular en las islas pequeñas y los países de América Central”, señaló Taalas.

Según el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Mario Cimoli, “el agravamiento del cambio climático y los efectos combinados de la pandemia de Covid-19 no solo afectaron a la biodiversidad de la región, sino que también estancaron décadas de progreso contra la pobreza, la inseguridad alimentaria y la reducción de las desigualdades en la región”.