“Nada se pierde. Todo se transforma”. Con esa bandera, sale a escena la Compañía Amichis para presentar su más reciente trabajo: Unidiverso, pieza teatral que invita a emprender un viaje tan fantástico como necesario. Con dramaturgia de Virginia Kaufmann, Cecilia Miserere y Martín Palladino, y dirección de Miserere, la propuesta ofrece a chicos y grandes, desde el juego y la creatividad, una reflexión profunda acerca de la identidad. La cita es en Itaca Complejo Teatral (Humahuaca 4027), los domingos a partir de las 15.30, y las entradas se pueden obtener a través de Alternativa Teatral.

Ganadora de 7 premios Atina (Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud), la obra está interpretada por Kaufmann, Palladino y Giancarlo Scrocco. Con títeres, y trajes coloridos y surrealistas, el trío narra la historia de Epomasio y Upanella, dos amigos que crecen juntos, como tantos otros “Epas” y “Upas”, en Entelequianía, un espacio sin tiempo, perdido en los mapas de la memoria. Allí, cada género celebra un ritual que marca la transición hacia la adultez, y es en ese marco que Epomasio terminará por confirmar que su deseo no está en ser el que los demás esperan que sea. Por fortuna, su amiga Upanella lo ayudará en ese descubrimiento y juntos, entonces, se enfrentarán a las rígidas costumbres de su pueblo.

El proyecto nació inspirado por el libro Yo nena, yo princesa, de Gabriela Mansilla, la mamá de Luana, la niña que en 2013 sentó un precedente poderoso para los derechos de las disidencias al convertirse en la primera en el mundo en obtener su DNI de acuerdo a su identidad de género autopercibida. Así lo cuenta Cecilia Miserere, directora de la puesta: “Hace unos años atrás Giancarlo Scrocco, integrante de la compañía, nos prestó el libro a mí y a Martín Palladino, y en lo personal la historia me atravesó profundamente y me conmovió mucho, fundamentalmente como madre. Y lo mismo le ha sucedido a Martín, por eso, de inmediato, decidimos que teníamos que crear un espectáculo para las infancias que pudiera contar, de alguna manera, el relato de esta mamá tan valiente”.

La cocina del teatro

La premisa era clara: tomar de referencia el caso real, pero no para reproducirlo de forma literal, sino para crear a partir de él. “Queríamos respetar la impronta de trabajo de la compañía que es mostrar la cocina del teatro, utilizando las herramientas del clown y de lo musical. Y a partir de ahí, junto a Martín y Virginia Kaufmann, comenzamos el juego de la creación de este mundo de ensueño que es Entelequianía”.

Según comparte la directora, trabajar con una temática compleja y sensible los llevó a un proceso de investigación y aprendizaje para que la fantasía del texto no descuidara el contenido. “Queríamos que todo lo dicho en la obra fuera correcto en cada detalle o decisión. Por eso, a la hora de escribir, contamos con el asesoramiento de profesionales que trabajan cuestiones de género y diversidad, e inclusive dialogamos con Giancarlo que trabaja desde hace bastante tiempo en la Asociación Infancias Libres”.

Desde 2005, la Compañía Amichis trabaja, desde su propia poética, materiales con diferentes disparadores, y siempre con una mirada comprometida con las infancias. Y desde 2013, recorren festivales y distintos lugares con sus presentaciones para toda la familia. Actualmente, el grupo también ofrece funciones del espectáculo Aquel loco elenco, un auténtico clásico de su repertorio, en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930), con próximas funciones el 26, 27 y 28 de Julio a las 14, con entrada gratuita.

Tiempos de debate

La temática de la diversidad dirigida a las niñeces es uno de los tópicos fuertes en la cartelera de estas vacaciones de invierno y, en ese sentido, la Compañía Amichis siembra la semilla del debate y logra empatizar con el público. “En la mayoría de nuestros espectáculos, solemos trabajar con diferentes capas, tanto desde lo textual y el trabajo actoral, como desde el aspecto visual y estético. Y eso genera que los más pequeños se vean atraídos por los personajes, títeres, elementos escenográficos y el humor de la puesta en escena. Por otro lado, los más grandes también se sienten interpelados por esta obra, e incluso se nos acercan con lágrimas en los ojos. Y nosotros nos sentimos orgullosos, porque creemos que esto llega en un momento justo para que la familia salga de la sala y pueda hablar y reflexionar”.