Quienes conocían la relación entre Marianela y Estefanía dicen que estaban siempre juntas y que eran "muy compinches". El martes pasado, un día antes de ser víctimas de femicidio y que sus cuerpos fueran hallados con varios disparos en una zona descampada de Pérez, las hermanas Gorosito se prepararon desde temprano para salir. Alrededor de las 18 fueron a merendar a un bar de Oroño y Salta. Según la descripción que hizo el fiscal Patricio Saldutti, a la salida "las abordaron, las subieron a un auto, las trasladaron -al mismo tiempo que las desapoderaron de sus celulares, llaves y anillos de oro que solían usar, con (el uso de) al menos un arma de fuego- hasta una zona despoblada y les dispararon". El recorrido quedó trazado por los impactos de antena del celular de una de ellas. A menos de 500 metros del lugar donde las "descartaron", los agresores que se encontraron con un procedimiento de Gendarmería, dieron marcha atrás con el Citroën C3 en el que se movilizaban y luego se bajaron del auto y salieron corriendo. Un joven de 18 años fue alcanzado, quedó detenido y ayer fue imputado junto con el dueño del auto, en cuyo interior los gendarmes encontraron manchas de sangre y vainas de proyectiles. Ambos quedaron en prisión preventiva, acusados de haber sido parte del grupo atacante.
"Femicidio, en concurso ideal con homicidio criminis causae y en concurso premeditado por dos o más personas, robo y portación de arma", fue la calificación penal que hizo ayer el fiscal para William E. y Damián R., y que fue aceptada por la jueza Trinidad Chiabrera. Al segundo, también le atribuyó el delito de falsa denuncia, en relación a sus dichos sobre el robo del auto. En la causa, se busca a otras personas, entre quienes aparece mencionado Lucas C., quien habría mantenido relación con una de las víctimas.
Para el fiscal está claro que el caso se configura como "la muerte violenta de dos mujeres, víctimas vulnerables, madres con hijos menores (uno cada una), en un contexto de violencia de género de relieve, por la violencia y la atrocidad con la que se cometió y por la forma y lugar de descarte de sus cuerpos", dijo en la audiencia.
Sobre la motivación, Saldutti indicó que está en investigación: "No tenemos todavía demasiada información sobre el móvil. Hay datos sobre otras personas. No son los dos detenidos los únicos que participaron del hecho y estamos con investigaciones en curso que nos podrían llegar a dar más profundidad sobre el móvil", expresó.
Durante la primera parte de la audiencia, el primero de los detenidos en la causa pidió la palabra para despegarse de la parte más grave del hecho, y expresó que a él lo "contrataron para hacer un choreo", en relación a objetos de oro. Según describió, dos hombres -de los cuales dijo conocer a uno- y una chica lo pasaron a buscar por su casa en el C3. De allí fueron al bar donde estaban las hermanas, que -en su descripción- subieron a un Chevrolet Cruze con otras dos mujeres. De allí, fueron a un kiosco de la zona oeste donde según sus dichos cometió el robo, en relación a las joyas que tenían las víctimas, y cuando salió corriendo escuchó un disparo. Según indicó, las hermanas fueron subidas al C3, donde él volvió a subir a las dos cuadras, como copiloto, y desde allí, con los otros dos hombres, se dirigieron al descampado. Las otras chicas iban en el Cruze.
Al llegar, dijo que "ahí las bajaron", que los dos varones tenías armas, las chicas las arrastraron, y agregó que desde el auto escuchó tres tiros. También se despegó: "En ningún momento disparé".
Minutos después, alrededor de las 20.30 ocurrió el episodio con Gendarmería donde quedó detenido. Es decir, la noche antes de que se encontrara a las víctimas. Al día siguiente se realizaron cinco allanamientos y fue detenido el dueño del auto, quien intentó denunciar el robo, pero para el fiscal "no es creíble", ya que entiende que "podría ser el tercer hombre mencionado". Sin embargo, en la audiencia también se despegó: "Yo no tengo nada que ver", dijo el propietario del C3, y aseguró que con su familia son "gente humilde y trabajadora".
En tanto, sobre la versión que en los últimos días dio cuenta de que ambas tenían una deuda relacionada con personas detenidas, se pudo saber que Fiscalía no cuenta por el momento con elementos para dar cuenta de ello.
Ambas víctimas eran madres y vivían junto con su madre y el resto de sus hermanos. Testimonios dieron cuenta de que a las hermanas les gustaba usar cosas de oro que adquirieron "con su trabajo porque vendían ropa". Además, un testigo de identidad reservada relató que Estefanía había salido con el hombre que está siendo buscado, identificado como Lucas C., y sospechoso de ser uno de los que intervino en el hecho esa noche.
Familiares y allegados dijeron que las hermanas de 25 y 28 años siempre estaban juntas, pero que nunca se incomunicaban, lo que les preocupó la noche del martes. El periódico Comunicación Pérez dio a conocer una publicación de una hermana de las víctimas: "Hoy me tocó decir hasta siempre. No se imaginan el dolor que sentí verlas donde nunca imaginé que estarían. Las voy a extrañar cada día de mi vida, mis dos ángeles, las amo y siempre las voy amar".