Este sábado, como cada 23 de julio, se celebra en todo el país el Día del Musicoterapeuta en homenaje a los profesionales que promueven el mejoramiento de la salud y la calidad de vida de sus pacientes mediante experiencias con el sonido y la música.
Un 23 de julio, pero de 1966, en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires se realizó el acto de fundación de la Asociación Argentina de Musicoterapia, asociación pionera y propulsora de la primera carrera de musicoterapia con grado universitario en Latinoamérica.
La musicoterapia tiene como objetivo proteger la salud de las personas, a través del abordaje y el reconocimiento de las modalidades sonoras, tanto expresivas y receptivas, como relacionales.
¿Cómo se aplica la musicoterapia?
La intención de los profesionales que promueven el avance de la salud y la calidad de vida de sus pacientes es mejorar los síntomas de las diferentes patologías y condiciones médicas.
Se aplica, por ejemplo, en trastornos del lenguaje, enfermedades neurológicas, trastornos en la esfera cognitiva, deterioros cognitivos y/o conductuales, dificultades en la lectura, alteraciones en el lenguaje, discapacidades intelectuales y motoras, entre otras.
Sonido y música, organizadores de procesos saludables
La Ley Nacional N° 27.153, que regula la profesión, la define como “la aplicación, investigación, evaluación y supervisión de técnicas y procedimientos en los que las experiencias con el sonido y la música operan como mediadores, facilitadores y organizadores de procesos saludables para las personas y su comunidad, abarcando diferentes ámbitos en tratamientos de salud, prevención y educación”.
En ese sentido, destaca que “la atención musicoterapéutica se orienta al despliegue y evolución de los modos expresivos que conforman la vinculación en función de los lenguajes sonoros y corporales involucrados en los intercambios humanos”.