Trasladada a un segundo plano por la fuerte interna que atravesaba al Frente de Todos, un tuit de Cristina Fernández de Kirchner reflotó las expectativas en torno a una reforma de la Corte Suprema. "Los argentinos y las argentinas deben saber que será muy difícil mejorar las condiciones de vida de todos y todas con esta Corte", puntualizó la vicepresidenta en el video que subió a sus redes sociales el lunes pasado, redireccionando así todas las miradas hacia el proyecto de ampliación del Máximo Tribunal a 25 integrantes que reposa en el Senado y que, hasta hace menos de un mes, el oficialismo daba por asegurado que aprobaría. En el medio pasaron cosas: el senador puntano Adolfo Rodríguez Saá sorprendió resistiéndose a acompañar el proyecto de los gobernadores, lo que, en un escenario de ajustada mayoría para el oficialismo, terminó haciendo tambalear la sesión. Ahora, sin embargo, el oficialismo se prepara para relanzar la discusión para principios de agosto, convencidos de que tendrán los números para su media sanción. "La situación económica puede ser que lo dilate, pero lo vamos a tratar", aseguró un senador del FdT.
El debate por la ampliación de la Corte Suprema comenzó en el Senado hace casi tres meses, solo unos días después de que Horacio Rosatti hubiese desembarcado en el Consejo de la Magistratura como resultado de un fallo de inconstitucionalidad que él mismo firmó. El bloque oficialista decidió entonces responder a la avanzada de la Corte impulsando la discusión por su ampliación, dándole tratamiento a varias iniciativas que ya se habían presentado - entre las cuales se encontraban proyectos de Alberto Weretilneck, Clara Vega y Adolfo Rodríguez Saá: tres figuras que luego se volverían clave - y, finalmente, dándole todo su respaldo al proyecto impulsado por los gobernadores peronistas. La propuesta de los gobernadores consta de apenas cuatro artículos que, en líneas generales, lo que hace es establecer una composición de 25 integrantes (aclarando que los cuatro supremos actuales se mantendrían en sus cargos y solo se cubrirían las vacantes). Los detalles del funcionamiento de esta nueva Corte deberán ser establecidos por "una ley especial" pero, durante la discusión del proyecto, les senadores adelantaron que habían acordado con el Ejecutivo que cada provincia enviaría cuatro postulantes (dos mujeres y dos hombres) y que el presidente escogería a uno o una en cada distrito y, luego, remitiría sus nombres al Senado. Con esto, el proyecto se aseguraba su espíritu "federal" y "paritario".
El proyecto consiguió dictamen el 29 de junio y el objetivo del FdT era aprobarlo a principios de julio, justo antes de que comenzara el receso invernal. Sin embargo, cuando llegó la fecha, el titular del interbloque oficialista, José Mayans, debió postergar la sesión porque no tenía los números. El principal foco de conflicto fue la resistencia de Adolfo Rodríguez Saá, senador del oficialismo que decidió insistir con su proyecto de 9 integrantes porque 25 le parecían demasiado. "Lo que no le gustó es que su hermano haya ido al Congreso a defender el proyecto", ironizó, por otro lado, un senador oficialista, haciendo referencia a la tensa relación entre Adolfo y su hermano Alberto, actual gobernador de San Luis y uno de los principales defensores del proyecto. A su vez, el rechazo del rionegrino Alberto Weretilneck así como las dudas que estaba manifestando la riojana Clara Vega - ambos aliades habituales del oficialismo -, obligó al FdT a poner en pausa la discusión.
El video de CFK contra la "Corte de los cuatro", sin embargo, cambió el panorama. "¿Te parece que Rodríguez Saá va a seguir oponiéndose con Cristina y Alberto pidiendo una reforma de la Corte?", razonó una fuente del Senado. En efecto, si bien Rodríguez Saá continúa respaldando su proyecto, senadores del oficialismo confían que, una vez finalizado el receso, podrán reunirse con él en persona y negociar. "Va a ser como Weretilneck con el Consejo de la Magistratura que tensó hasta último momento pero después acompañó", vaticinó un senador del FdT que, sin embargo, aseguró que "los números están con o sin Adolfo".
El FdT cuenta con 35 bancas en el Senado y necesita siempre dos más para alcanzar el quórum. Juntos Por el Cambio se opone a cualquier modificación de la actual Corte Suprema - con la cual se siente muy cómoda -, por lo que el objetivo del oficialismo es conseguir el apoyo de Weretilneck, Vega y la misionera Magdalena Solari Quintana. En el oficialismo descuentan que tendrán el acompañamiento de Vega y Solari Quintana - aunque Vega, en privado, juega aún al misterio -, pero el rionegrino es más complicado. "No va a negociar, él tiene su propio proyecto", aseguran desde el entorno de Weretilneck. Si bien el bloque podría aprobar el proyecto sin el acompañamiento del ex gobernador, el FdT necesita avanzar en una media sanción con el mayor acompañamiento posible si desea tener una oportunidad en la Cámara de Diputados. Hasta ahora, todas las iniciativas judiciales del oficialismo han sido sistemáticamente trabadas en Diputados, en donde la paridad de fuerzas es mayor y el tejido de alianzas con los bloques del medio es mucho más volátil. Algunos sectores del FdT confían, sin embargo, que esta vez será diferente porque la propuesta involucra a todas las provincias, lo que podría abrir una puerta de negociación con algunos sectores de la oposición (como Gerardo Morales). En Diputados, cabe destacar, no lo ven así.
En agosto la actividad parlamentaria volverá a la normalidad y, desde el oficialismo, anticipan que el debate por la reforma de la Corte volverá a estar en agenda. La tormenta política y financiera de los últimos días, sin embargo, despierta las alarmas de algunos senadores que consideran que el contexto no es el más propio para debatir una reforma judicial. "La oposición le va a sacar mas rédito político que nosotros, diciendo que en un momento crítico estamos tratando un proyecto que ni siquiera tiene los números en Diputados", reflexionó una importante espada legislativa. Frente a esto, el FdT avanzará con cautela, a la expectativa de ver cómo se va desenvolviendo la inestabilidad económica durante los próximos días.