Tras conocerse el informe del Mossad sobre los dos atentados terroristas en Buenos Aires, Memoria Activa compartió un comunicado titulado "Más justicia y menos operaciones de prensa", en el que consideran que se trata de "un nuevo ejemplo del uso de la causa AMIA para favorecer intereses que responden más a la coyuntura política nacional e internacional que a una genuina búsqueda de verdad y justicia".
"Recientemente, The New York Times publicó un artículo donde señala que, según el Mossad (una de las agencias de inteligencia de Israel), los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a la AMIA (1994) no habrían sido realizados por Irán sino por una célula de Hezbollah y sin colaboración local, lo que rebate “las sospechas en Argentina de que funcionarios locales y ciudadanos habían sido cómplices de los ataques”, inicia el texto que la agrupación de familiares y amigos de víctimas compartió en sus redes sociales.
Luego, advierten que "si bien la información de la nota periodística contradice la hipótesis oficial sobre la responsabilidad de Irán, basada en informes de la ex SIDE y agencias extranjeras, en realidad, se trata de más de lo mismo", ya que a lo largo de los años "numerosas operaciones e informes de inteligencia locales e internacionales han nutrido, desde el 18 de julio de 1994, la grotesca investigación del atentado".
"Por eso, un artículo como el de The New York Times tiene idoneidad, aún 28 años después, para conmover una investigación judicial tan patética y corrompida como esta", insisten.
En otro tramo del documento, señalan que desde el inicio de la investigación "quedó claro que se manipuló la causa AMIA en función de intereses políticos locales e internacionales", y mencionan como ejemplos "los cables diplomáticos que, a pocas horas del atentado, daban cuenta de la necesidad de que Argentina e Israel acordaran una versión de los hechos funcional a las conveniencias políticas de los respectivos gobiernos", y "el intento del ex juez Juan José Galeano, con la colaboración de la abogada de la DAIA Marta Nercellas, de instalar, en 2001, que el atentado a la AMIA había sido perpetrado por Al-Qaeda y Bin Laden. Versión muy conveniente por ese entonces".
En ese contexto, sostuvieron que "la causa AMIA necesita más pruebas judiciales y menos informes de inteligencia", y "más apego de los investigadores a la verdad y menos operaciones de prensa".
"Es indispensable que se deje de manipular y usar el caso en función de los avatares de la coyuntura política, nacional e internacional. En definitiva, es imprescindible contar con una Justicia seria y creíble, capaz de garantizar una investigación imparcial que nos acerque, de una vez por todas, a la verdad y a la justicia", culminan.