El papa Francisco llegó hoy a Edmonton, en Canadá, donde fue recibido con los tambores y cantos tradicionales por los representantes de los pueblos indígenas, a quienes pedirá perdón por las responsabilidades de la Iglesia católica en los abusos a los que fueron sometidos.
Tras un vuelo de más de diez horas y debido a la diferencia horaria, los organizadores del viaje prefirieron que el papa descansase el resto de la jornada para afrontar mejor el resto de la agenda que comenzará mañana, lunes.
Debido a sus problemas de rodilla, el papa bajó el avión en un ascensor y no por las escalerillas. Luego, en silla de ruedas, se dirigió a uno de los hangares del aeropuerto, donde le esperaban la gobernadora general de Canadá, Mary Simón, la primera indígena en ocupar este cargo, y el primer ministro, Justin Trudeau.
El papa fue recibido por un grupo de tambores de seis personas y cantantes que interpretaron sus cantos tradicionales y después, en un gran silencio con Simon, Trudeau y el papa sentados, se produjo el intercambio de saludos de las delegaciones.
Se trató de una ceremonia breve como serán todos los eventos de este viaje para que el papa Francisco, de 85 años, no se canse demasiado.
El viaje pondrá a prueba los problemas de movilidad de Francisco, aunque durante el vuelo, el pontífice quiso caminar por los estrechos pasillos del avión para saludar a los periodistas ayudándose de un bastón.
"Mejor que ayer, pero peor que mañana", bromeó Francisco sobre cómo se encontraba de su dolor de rodilla.
Cuando se le preguntó si no se cansaba demasiado al andar por el avión y si no hubiera sido mejor que estuviese sentado durante los saludos, el pontífice argentino respondió que podía hacerlo poco a poco.
La agenda en Canadá
El lunes 25, en su primer día de actividades, el Papa irá a Maskwacis, casi 100 kilómetros al sur de Edmonton, para tener un encuentro con representantes de los tres pueblos indígenas del país en la explanada de una de las más grandes escuelas que sirvieron de internado a los niños de esas poblaciones, Ermineskin, que funcionó entre 1895 y 1975.
Luego del encuentro, en el que se espera un fuerte pedido de perdón y un mea culpa en nombre de la Iglesia, Francisco regresará a Edmonton para tener otro encuentro con representantes indígenas y de las comunidades eclesiales locales.
El martes 26, el Papa celebrará su primera misa en suelo canadiense, con una ceremonia en el Estadio Commonwealth de Edmonton, con capacidad para cerca de 60.000 personas.
Tras la misa, Francisco viajará 50 kilómetros al oeste para participar de un peregrinaje en el Lago Santa Ana, una tradición de las comunidades cristianas locales desde 1889 que reunía a cerca de 40.000 personas cada año hasta antes de la pandemia.
El miércoles 27, el Papa cruzará Canadá y viajará 3.100 kilómetros al este para llegar a Québec, segunda etapa de su visita, en donde se quedará dos días para una agenda centrada en reuniones oficiales y una misa en el Santuario Nacional de Beaupré.
El viernes 29, en su último día en Canadá, Bergoglio se reunirá en Québec con la comunidad jesuita local, otra constante de sus viajes, y luego viajará hacia Iqaluit, en el norte canadiense, para reunirse con pueblos indígenas de la zona y partir por la tarde hacia Roma, donde aterrizará el sábado 30.
Abusos a indígenas
Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, en Canadá se fundaron 139 escuelas financiadas por el gobierno y administradas la mayor parte por la Iglesia Católica en la que se internaron a alrededor de 150.000 niños indígenas que fueron separados de sus familias, obligados a abandonar sus idiomas, tradiciones y cultura.
Muchos de ellos fueron abusados física y sexualmente por directores y maestros y hasta 6.000 murieron por enfermedad, desnutrición o negligencia.
Canadá está abriendo paulatinamente los ojos a este pasado calificado como "genocidio cultural" por una comisión nacional de investigación.