La pregunta por la relación que existe entre los sujetos y los objetos es la que transitan Nicolás Mannaseri y Fernanda Provenzano en El funeral de los objetos, la obra de teatro musical que bajo su idea y dirección, presenta su segunda temporada en cartel.
La idea de El funeral de los objetos nació hace unos años, cuando Mannaseri y Provenzano trabajaban en su espacio de creación escénica Phepandu. “Allí apareció la idea de indagar la relación entre las personas y sus objetos, y surgió el título de la obra, sin saber que nos acercábamos a un mundo lleno signos, símbolos y cotidianidades que lograrían una gran identificación con les espectadores”, cuenta Mannaseri.
“Trabajamos lo absurdo, la comedia, las tragedias, siempre bajo un código de activación bien definido y un potente texto que transita por la comedia absurda, el teatro musical y hasta un poco de psicología que nos encanta y atraviesa”, agrega Provenzano.
“¿Acaso los objetos nos constituyen? ¿Lo material se nos impone en nuestra subjetividad? ¿Podemos en este mundo capitalista y materialista ser situados como objetos?”, son algunos de los interrogantes planteados por la obra.
En El Funeral de los objetos, un grupo de personas bastante particulares y desconocidas entre sí, se dan cita para formar parte de un extraño funeral después de ver el anuncio en un folleto del subte. La escena transcurre en un consultorio de los años '80, pero con la ruptura de algunos elementos que sitúan al espectador en la actualidad.
El elenco de la obra lo conforman Nicolás Cucaro, Martina Alonso, Fernanda Provenzano, Eugenia Fernández, Ignacio Zabala, Matías Zajic y Rafael Escalante. Junto a ellos también se presentan Nahuel Tamargo y Luka Felipe Nicolau, dos músicos que completan la puesta.
“Si bien la obra atraviesa muchos tópicos, tal vez lo que más resuena es el hecho de desprenderse de las situaciones, de los objetos, de los vínculos; y sobre cómo las pérdidas también nos constituyen”, detalla Mannaseri.
-¿Qué les interesaba abordar de la relación entre los sujetos y los objetos?
Fernanda Provenzano: -El hecho de que un grupo de personas no pueda desprenderse de sus objetos nos generaba mucha empatía y hasta humor por lo absurdo. Pero a la vez no deja de reflejar una realidad: simbólicamente, todos estamos prendidos a nuestros objetos de deseo.
-¿Por qué decidieron trabajar sobre ese tema desde lo musical?
Nicolás Mannaseri: -Con Phepandu, que es nuestro colectivo de arte, abordamos muchas obras y creaciones teatrales que están dentro del género del teatro musical. En El funeral de los objetos la música es un elemento central que nos ayuda a transitar la dramaturgia de la obra. Las canciones forman parte de la terapia absurda a la cual estos personajes ingresan, que a la vez hace una una analogía con la concepción de que el arte sana.
F.P.: -Nos gusta la idea de generar una obra muy sólida desde el texto y que la música entre a irrumpir la escena para contar otra cosa o para acompañar. En este caso, la música acompaña de una manera diferente porque no solo entra como ruptura y quiebre escénico sino también como disparador dentro del absurdo.
-¿Fue un desafío fusionar lo musical con el humor?
F.P.: -Fue un desafío de mucho aprendizaje, con un poco de miedo por lanzarnos a semejante pileta de componer solos y sumarle el humor, pero con un gran resultado, ya que creemos que la música ayudó mucho a construir el mundo de la obra. Cabe destacar el gran trabajo de composición de los músicos Nahuel Tamargo y Facundo Cicciu, quienes hicieron los arreglos musicales y le dieron mucha belleza a toda la partitura.
El funeral de los objetos puede verse los sábados a las 21 en Ítaca Complejo Teatral (Humahuaca 4027).