Tres baldosas y doce nombres escritos en ellas señalan el impacto que provocó el terrorismo de Estado en Las Heras, una ciudad ubicada a 70 kilómetros de Buenos Aires. En 1980, cuando los grupos de tareas se llevaron a la última militante, en aquel partido bonaerense vivían 9.371 personas. La proporción de desapariciones por habitante interpela sobre qué pasó en ese municipio ubicado a la vera de la ruta 40, donde también se levanta Hornos, un pueblito vecino en el que se secuestró a cuatro militantes populares de los doce que fueron homenajeados en la plaza principal del distrito.
Memoria Las Heras y Barrios por la Memoria colocaron las baldosas en un emotivo acto donde se los recordó. María Rosa Clementi de Cancere es la única desaparecida cuyos restos descansan en el cementerio de la ciudad. Tres de las víctimas estaban embarazadas: María Eloísa Castellini, Silvia Martínez y Silvia Paolucci. Dos mujeres más completan la lista de desaparecidas, Rita Eroles y Graciela Alberti.
Teodoro, alías Rony, era hermano de Rita. La tarde del domingo 21 de junio de 1978 en que los secuestraron de la casa familiar en Hornos, también desaparecieron el esposo de ella, Daniel Bidón Chanal, y su amigo, el uruguayo Luis Alberto Carvalho. Hilda, la menor de la familia Eroles, es una militante a tiempo completo por la memoria de todo lo que pasó en Las Heras. Jorge Fraga –el compañero de Paolucci–, Juan Carlos García y Santiago Jimmy Murphy también están en esa plaza que hoy los contiene para siempre.
Al acto asistieron familiares, amigos y compañeros, además de integrantes de las agrupaciones que lo promovieron y de Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte. No es la primera vez que en la zona se hace un homenaje semejante. La biblioteca municipal es un espacio vital para estas evocaciones. Ricardo Robledo hizo un documental sobre las historias de los desaparecidos de Las Heras. Y en Hornos, las calles de tierra llevan el nombre de cada uno de los desaparecidos. En una esquina se cruzan los de Rita y Rony Eroles.