Hay algunos datos que limitan cualquier intento de sacar conclusiones serias. a) Los rivales jugaron para evitar una goleada histórica y no parecieron quedar disconformes con el resultado final.  b) Nahuel Guzmán vio un pelota de cerca recién en el final del primer tiempo, en un centro que cayó detrás del arco. c) El supuesto esquema ofensivo de 2-3-4-1 se convirtió en el mismo momento en que empezó a rodar la pelota en todos arriba, porque Singapur marcó con una línea de nueve y medio. De hecho, el primer gol lo hizo un defensor en un equipo que en el pizarrón tenía ocho jugadores entre volantes y delanteros.

Sampaoli dijo al final del partido que con un poco más de contundencia se podría haber alcanzado una cifra inusual. Esto permite pensar que en su cabeza rondaba la fantasía de un 15 a 0, por ejemplo. No se llegó a tanto, pero sí se cumplió con el objetivo de ganar por goleada. Porque ante un rival tan débil, que dejó hacer con total ingenuidad, lo menos que se podía pedir era una victoria amplia. 

En esa clase de partidos los jugadores saben que si no se gana por goleada es casi un papelón y si se vence con comodidad les van (vamos) a decir “bueno, no jugaron contra nadie”. 

Hechas estas salvedades se pueden anotar algunos aspectos positivos: se corrió mucho. A nadie se le ocurrió pensar que “a estos se les gana caminando” (hay antecedentes en la historia del fútbol nacional) y en todo caso, si se le ocurrió a alguien, no se notó. Corrieron mucho los jugadores para recuperar la pelota y esa presión hizo que los contrarios no pudieran meter más de dos o tres pases seguidos. También hay que registrar como hecho positivo que Di María asumió su rol de experimentado y trazó algunas señales de juego asociado de las que venía careciendo. A una buena actuación le puso el broche con un taco/pisadita en el sexto gol. El DT lo dejó jugar todo el partido, acaso para permitirle que recuperara confianza en su potencial. También fue interesante ver que Leandro Paredes, con esa camiseta, le sigue pegando muy bien de media distancia (gol de derecha, tiro en el palo de zurda), que Alario casi rompe el arco en la oportunidad más clara que tuvo, que Banega entró muy bien en el segundo tiempo y que en el repaso individual no hubo ninguno que desentonara. 

Se cumplió con el compromiso (la AFA fue a buscar dólares a Singapur), se ganó por goleada después de haber vencido antes a Brasil y Sampaoli tomó nota de lo que pasa en la intimidad. La gira dejó saldo positivo.