Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Eva Perón y ministra de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, destacó este martes el rol de la histórica dirigente peronista a 70 años de su muerte. En diálogo con AM750, consideró que “su lucha y los valores por los que entregó la vida son hoy más necesarios que nunca”.
Álvarez Rodríguez viene de una familia muy metida en el mundo político. Su abuela paterna fue la hermana mayor de Evita, mientras que su abuelo materno fue compañero de Jauretche en FORJA. Eso le dio un inicio muy temprano en el peronismo, dice. En un reportaje a Página/12 contestó que esa admiración que le generó desde pequeña Evita se la volvió a despertar Cristina Kirchner.
“Evita es una lideresa política única. Construyó en un territorio de hombres no sólo un espacio para ella, sino para todas nosotras. En una época muy difícil y siendo ella una mujer muy joven. A mí me gusta pensar en esa Evita de 26 años llegando a la primera magistratura del país, que se convierte en esa Eva Duarte de Perón. Quizás hasta le hubiese sido cómodo ser una primera dama más. Pero fue Evita, el puente entre los trabajadores y Perón”, comentó la funcionaria por AM750.
Y enumeró: “Fue la mujer que logró que 4 millones de mujeres votaran y tuvieran documento en argentina, la que creó un partido político de mujeres, y también la de la Fundación, la de la justicia social urgente en un mundo en el que no había organizaciones sociales”.
“Esa mujer sobre la que se generaron miles de mitos alrededor. El mito blanco, el negro, el rojo. Evita es mito y realidad, realidad y mito, pero por sobre todas las cosas hoy es presente. Su lucha y los valores por los que entregó la vida hoy son más necesarios que nunca”, añadió Álvarez Rodríguez.
Entre otras cosas, la ministra de Gobierno destacó su “indignación frente a la injusticia” y la “rebeldía frente al status quo”.
En este sentido, consideró que “Evita no es alguien con unos colores tenues”. En cambio “es en blanco y negro”: “Sabe de qué lado está parada. Sigue generando disputa ideológica. No es neutral. Eso marca su identidad. Fue una mujer extraordinaria. Aún hoy es bandera”.
“Por eso continúa inspirando a millones de personas aquí y en el mundo. El odio que generó es porque tuvo tremendos detractores, violentos agresores. No la querían viva. Secuestraron, profanaron y enterraron con un nombre falso su cuerpo. Sin embargo, hoy también hay muchos que la nombran, que todavía tienen una dificultad para comprenderla y saber quién fue”, finalizó.