“Siento una mezcla de emociones muy profundas”, dice Natalia Oreiro. Lo confiesa a tan solo horas del estreno de Santa Evita, la serie basada en la novela homónima de Tomás Eloy Martínez. Allí, la actriz uruguaya encarna, ni más ni menos, que a la histórica dirigente, de la que hoy se cumplen 70 años de su muerte, un papel que “jamás imaginó poder interpretar”.
La miniserie, que sigue la historia del secuestro y profanación de los restos embalsamados de Eva Perón, se lanzó este martes 26 de julio por la plataforma Star+. Además de Oreiro, participan en el elenco Darío Grandinetti, Ernesto Alterio, Diego Velázquez y Francesc Orella, entre otros.
“Siento una emoción genuina de haber podido participar de un proyecto tan importante con el personaje que jamás imaginé poder interpretar. Ahora siento las repercusiones, pero son tantas las emociones que me pasan por el cuerpo que todavía no caigo en lo que pasa afuera”, dice la actriz en diálogo con AM750.
Oreiro cuenta que en Uruguay, donde vivió su infancia y parte de la adolescencia, sabían mucho de Evita. Pero dice que no tenía el nivel de conocimiento tan profundo como el que le dio la posibilidad de participar de la serie. Es que para poder interpretar el papel tuvo que hacer una gran investigación: “Tuve acceso a mucho material también. Estoy agradecida con el Museo Evita, con todas las personas que me brindaron cosas que quizás no están tan al alcance de la mano.”
“Siento una profunda admiración hacia ella y todo lo que hizo. Fue una mujer muy valiente en una época en la que no se podía. Los actores encarnamos a los personajes, pero con este personaje era muy difícil. No sentía que como mujer e intérprete tuviera las herramientas suficientes. Me daba mucho respeto y mucho miedo”, comenta la actriz.
Que añade: “Me embarqué en un viaje muy profundo de encuentro con mí Evita. Mi intención nunca fue imitarla, ella es inalcanzable. Sino tratar de transmitir una energía. En ese viaje me encontré con muchas Evas. Calculo que eso le pasó a quienes la interpretaron. Hay algo de ella que quiere que las actrices la interpreten, porque ella también lo era. Y es una manera de mantener vivas esas ideas”.
En este mundo donde hay muchas posibles Evitas que encarnar, Oreiro confiesa que se queda con aquella dirigente cuando estaba haciendo su trabajo en la Fundación Eva Perón. “Creo que me quedo con esa parte de ella. Con su sonrisa. Porque uno la recuerda rápidamente en sus discursos que eran tan potentes y fuertes. Se queda con esa imagen de mujer poderosa y valiente. Pero al mismo tiempo veo en las imágenes de la Fundación que ella no para de sonreír. Era una persona muy carismática”.
“Pero hay una escena que me impactó mucho hacer, que está en el último capítulo, que es el momento previo a salir al balcón cuando el pueblo la pide como vicepresidenta. Yo creo que a ella le pasaron muchas cosas. Me conmovió mucho. Y como intérprete me quedo con esa escena”, finaliza.