Rostros perfectos, coreografías impecables, máxima disciplina: los idols coreanos entronizan el pico del fenómeno musical del momento. Y en medio del furor por el k-pop, el Centro Cultural Coreano organizó un concurso para conocer a los mejores representantes del género en Argentina y Latinoamérica. Allí, los 13 finalistas mostraron su nivel de baile delante de los mismísimos J-Hoon y Hee Do, miembros del grupo B.I.G., una de las bandas ascendentes más populares de Corea del Sur.
Por caso, con la audición de más de 150 grupos, este concurso se convirtió en uno de los más grandes en su especie, apenas debajo del K-Pop World Festival. Un montón, ¿no? Pero sí, es posta: Ar-gen-tina, Ar-gen-tina. "Fue muy divertido", comenta J-Hoon sobre el Concurso K-Pop Latinoamérica que se llevó adelante en Vorterix. "Quisimos enfocarnos en cuán bien bailan los argentinos", continúa.
Los pibes de B.I.G. andan hace unos días por el país y ya clavaron un par de tildes turísticos: Obelisco, Plaza de Mayo, Galerías Pacífico, y hasta comieron asadito. "Me encanta Argentina. Es un país bastante famoso en Corea. A los coreanos también nos gusta el fútbol. Conozco a Boca y soy súper fan de Paulo Dybala", comenta Hee Do mientras hace el gestito con los dedos en la cara que Paulo tira en sus festejos.
Están por acá porque les tocó evaluar a un convoy de bailarines (de nuestro país ganó Grupo Glowback y de América Latina, KNBC de Ecuador), pero… ¿ellos bailarán bien? "No sé si estoy en posición de juzgar a los demás, pero pasaron casi ocho años desde nuestro debut como banda. Así que vi la situación y la juzgué desde el punto de vista de un artista de k-pop", dice J-Hoon.
► Idols, la carne del k-pop
Desde 2014 que B.I.G. viene destacándose en el ecosistema k-pop y, por estos días, están presentando Flashback, su último single con el que ganaron un singular volumen de fans en los países árabes. "No me imaginaba que iba a ganar tanto amor de los fans de los países árabes. En una ocasión subimos un cover de una canción en idioma árabe y se hizo súper viral, obtuvo un montón de vistas en Arabia Saudita y Egipto", explica J-Hoon.
La historia de su grupo, un calco de la mayoría de bandas compuestas por idols, implica un entramado de "empresas", castings y talentos de todo tipo. Una fantasía industrial ungida en el esfuerzo, el sacrificio y la voluntad, tal y como lo muestra el documental Light Up the Sky, de la banda de chicas Blackpink, una de las más famosas de la movida.
En palabras de Hee Do: "Hay otros miembros en nuestro grupo. Incluso, después del término de su contrato, algunos se fueron. Había una empresa en la que estaban esos miembros y había otra en la que estaba J-Hoon. Esas dos empresas se fusionaron y formamos un nuevo grupo. Y él, por ejemplo, entró por una audición".
En el ambiente, las bandas de k-pop viven inmersas en un áspero sentido de la competencia. Incluso, esa tensión por mejorar y convertirse en súper estrellas también late hacia adentro. "Hay un sentimiento de competencia dentro de los miembros del grupo y entre los grupos que hicieron su debut el mismo año. No es una competencia mala leche, sino más una competencia que potencia y estimula al otro. Así vamos creciendo", devela J-Hoon.
Y la digitación del éxito comprime una serie de entrenamientos casi militares, con largas jornadas de prácticas de canto, coreografía, baile, rap y hasta idiomas. Ahora, los miembros de B.I.G. están aprendiendo japonés y árabe, dos mercados a conquistar. "Hay días en los que entrenamos solos y otros en los que nos vemos todos los miembros del grupo, practicamos las canciones y nos vamos preparando", Hee Do dixit.
► K-pop por el mundo
Por lo demás, con la explosión global de bandas como BTS, SuperM o EXO, el k-pop está viviendo uno de sus momentos más álgidos. "Estoy orgulloso de poder tener el mismo trabajo que BTS", asegura J-Hoon. Incluso, acá en Argentina, el boom no sucedió de forma intempestiva, sino que lleva tiempo construyéndose.
"Cuando comenzamos con la difusión del k-pop en Argentina, el trabajo era complicado porque había desconocimiento y desinterés en el fenómeno. Sin embargo, la política cultural sostenida que implementamos dio resultado, y hoy el pop coreano se instaló como parte de lo que escuchan los argentinos", analiza Gabriel Pressello, gestor cultural del Centro Cultural Coreano.
En ese sentido, las redes sociales y las plataformas de video colaboraron para la construcción de un fandom de dimensiones imposibles. "Las redes sociales nos ayudan un montón a que nos demos cuenta qué es lo que estamos viviendo. También lo vivimos cuando vamos a conciertos en otros países, donde hay muchos más fans internacionales que antes. Y en las redes sociales siempre vemos covers de k-pop, el algoritmo nos lleva hacia ahí. El k-pop está siendo cada vez más estructurado y ahora se está organizando mejor, ya que se está globalizando", observa Hee Do.
Para los jóvenes de Corea del Sur, el cosmos del k-pop impacta directamente en su cerebro casi desde su nacimiento: el monstruo siempre estuvo ahí. "Ya ni me acuerdo cómo empecé a relacionarme con el k-pop, pero prendía la tele y ahí estaba", reconoce J-Hoon. "Nunca nos imaginamos que un k-pop idol estaría saliendo tan seguido del país y viajando por tantos países", continúa.
No obstante, de chicos, ni Hee Do ni J-Hoon habían pensado en convertirse en idols. Y aquí están: juntando likes de árabes, vistiéndose increíble y hablando con un medio argentino. "Nunca pensé en ser idol. Yo era un bailarín que se enfocaba en el género street, poppin y b-boy. Pero fui scouteado por la empresa y dije: '¿Y si probamos?'", lanza Hee Do. Algo parecido le pasó a J-Hoon: "Admiraba mucho a algunos k-pop idol que eran populares cuando yo era más chico. Sin nada de práctica me mandé a audicionar en todas las empresas grandes que había".
En la actualidad, B.I.G. sigue presentando Flashback, acaban de abrir un canal en YouTube exclusivo para el público árabe (B.I.G. in Arab) y, por el momento, mientras surfean la ola gigante del k-pop, no planean sacar nuevas canciones. "El k-pop está siendo mundialmente muy popular. Llegamos hasta el Billboard de Estados Unidos. En Argentina, grupos como KARD están siendo muy populares. Y, también, está ocurriendo un fenómeno en toda América Latina. Ahora falta conquistar los próximos continentes, como África", sueña Hee Do. "Todavía hay lugar para evolucionar y crecer en otros géneros. Y, así, terminar de globalizar el k-pop", concluye J-Hoon.
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