El juez federal de Mar del Plata Santiago Inchausti ordenó realizar una inspección ocular al centro clandestino conocido como “La Cueva” --que funcionó dentro de la Base Aérea de la ciudad balnearia-- y dispuso una medida para que no se puedan hacer modificaciones al lugar después de una denuncia inicial sobre posibles alteraciones que presentaron organismos de derechos humanos locales.
“Cabe resaltar la importancia de los sitios y documentos históricos de los lugares donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, como parte de la lucha contra la impunidad y la recuperación de la memoria; sobresaliendo aquí la necesidad de conservar todo material probatorio que pueda contribuir al conocimiento de la verdad”, escribió el juez Inchausti al momento de adoptar la resolución.
A 600 metros de la entrada principal de la Base Aérea de Mar del Plata sobre la Ruta 2 y a pocos metros del aeropuerto de esa ciudad está emplazado el Viejo Radar, donde funcionó el centro clandestino conocido como “La Cueva”. El lugar le debe su nombre al hecho de que está instalado en un montículo de tierra y se accede a su interior por una puerta que está casi al ras del suelo. Para entrar, hay que bajar una escalera.
“La Cueva” estuvo operativo entre 1975 y 1976 y, según se pudo reconstruir gracias a las investigaciones judiciales, es una dependencia que la Fuerza Aérea le cedió a la Agrupación de Artillería de Defensa Aérea (AADA) 601. Se estima que más de 200 personas estuvieron detenidas en ese campo de concentración. Entre otros pasaron por allí los abogados secuestrados en lo que se conoció como la “Noche de las corbatas”.
La existencia del centro clandestino quedó acreditada tempranamente con el trabajo de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y después con distintas inspecciones oculares que hicieron los tribunales. La primera fue en 2002 en el marco de los Juicios por la Verdad, que se llevaban adelante en la ciudad. La última, en 2020.
Sin embargo, hasta ahora no se había dictado una medida de no innovar que impidiera que se hagan modificaciones en el lugar. Un grupo de organizaciones marplatenses advirtió que podrían estar alterando el lugar y lo denunció ante el fiscal Daniel Adler el 8 de marzo pasado. Días antes, mientras limpiaban la señalización de “La Cueva” como centro clandestino, efectivos de la Fuerza Aérea les dijeron que ahí hacían actividades del ROE –sin especificar qué era–. Preocupados, miembros de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Abuelas de Plaza de Mayo- Mar del Plata, el Colectivo Faro de la Memoria, la Comisión Abierta Memoria, Universidad y Sociedad (CAMUS) y la Asociación de Ex Detenidos de Mar del Plata pidieron a la fiscalía que intervenga.
La fiscala federal Laura Mazzaferri inició una investigación preliminar para determinar si había alguna medida de no innovar dispuesta sobre ese terreno, pero, al no hallarla, junto con su colega Santiago Eyherabide le solicitaron al juez Inchausti que la dicte y que disponga la realización de una inspección ocular con víctimas y familiares para verificar si se hicieron modificaciones.
Inchausti habilitó la feria porque los tribunales están en receso invernal y dictó la medida cautelar para que no se pueda alterar el lugar donde funcionó “La Cueva”. El magistrado también accedió a que se haga una inspección ocular y le encomendó a la División Unidad Operativa Federal que se ocupe de la seguridad y que haga los registros fotográficos y audiovisuales. Según pudo saber Página/12, aún no está estipulado cuándo será la visita, ya que la Secretaría de Derechos Humanos debe contactarse con las víctimas para preguntarles si están en condiciones de volver al lugar.