Al cumplirse 70 años del fallecimiento de Eva Duarte de Perón, la Comisión de Homenajes del Partido Justicialista de Salta organizó un acto a los pies del busto que recuerda la figura de quien pasó a la historia como "La abanderada de los humildes", en la Plaza Evita, de la ciudad de Salta.

De ese acto, que reunió a militantes encumbrados y de base, participaron de manera destacada las mujeres peronistas, entre ellas Julia Pascual coordinadora, desde hace 25 años, de la Comisión de Homenajes.

Pascual tuvo un vuelco ideológico, en el cual tuvo mucho que ver la figura de Evita: “Yo vengo de cuna radical, porque mi padre era radical, y un día, yo con 22 años, escuché en una esquina a un hombre hablar de Eva Perón, y ese señor se llamaba Roberto Romero”, contó. 

"Me llegaron tanto al alma y al corazón esas palabras y ese mensaje, que me afilié al Partido Justicialista, y me inscribí en una escuela de formación política donde me empapé bien sobre la historia de Perón y de Evita”, recordó con emoción. 

Las consecuencias no tardaron en llegar en su hogar: “Cuando me hice peronista, mi papá al principio me decía que iban a volver los militares y me iban a matar, pero con el pasar del tiempo charlábamos y yo les contaba de historia, e inclusive mi mamá también a su vez me contó que una vez Eva le había hecho una donación de ropa cuando pasó en el tren por el pueblito donde vivíamos, que se llama El Sauzalito, en Colonia Santa Rosa, y al final afilié al peronismo a toda mi familia”.

A pesar de haber barajado la posibilidad de renunciar a su espacio por discrepancias con la conducción partidaria, en cada acto Julia Pascual se llena de energía para seguir adelante: “Hace 25 años que estoy coordinando la comisión de homenajes del Partido Justicialista con un grupo de mujeres de lucha que siempre están presentes cada vez que se las necesita para recordar las figuras de Perón y Evita”.

Como mensaje a la juventud que quiera conocer más sobre la obra de Eva Perón, recomendó "que lean el libro ‘La razón de mi vida’, porque ahí ella se explaya con todo su amor para convencer al que lo lea sobre la doctrina peronista”.

"La vi de niña y no me olvido más"

Nilda Ortiz, conocida como "Porota" entre los y las militantes peronistas, tuvo la oportunidad de ver con sus propios ojos como pasaba delante suyo un pedazo de la historia política argentina.

Lo recuerda así: “Cuando iba a cumplir 4 años, y vivía en mi pueblo, Pampa de los Guanacos, provincia de Santiago del Estero, y por ahí pasaba el Ferrocarril Belgrano, una vez pasó ella con el General Perón, y esa imagen de verla al final del vagón saludando a la gente la tengo grabada en mi mente por siempre”.

“Recuerdo que nos dejó máquinas de coser, cajas y cajas de mercadería, zapatillas y ropa, y es una historia que no me la contaron, sino que yo la viví y me marcó para siempre por eso tengo todos los libros de ella”, prosiguió.

Con nostalgia, dijo que “fue algo muy fuerte para mí siendo tan niña, pero siempre digo que hay cosas que los chicos nunca se olvidan después de grandes, al igual que si pasan cosas feas dentro del hogar porque hay algo en la mente de uno que guarda todo eso, al igual que con la muerte de Eva era todo llanto en mi casa, con gente que iba y venía con mucho dolor; yo seguía siendo una niña pero lo recuerdo como si fuera hoy”.

“Las mujeres nunca tenemos que olvidarnos que gracias a ella tenemos el voto femenino, y que gracias a eso pudimos demostrar que somos capaces, como ya pasó, de dar vuelta elecciones”, concluyó. 

La memoria de las mujeres 

El punto de encuentro del acto de ayer fue como siempre en la Plaza Evita, en la avenida Entre Ríos al 1700, lugar que también vió a una de las mujeres que más hizo por el peronismo en Salta, Hortensia Rodríguez de Porcel.

"Yo la conocí a comienzos de los '70, y ella siempre organizaba los actos, servía chocolate y estaba en todos los detalles, inclusive hasta en el cuidado de la plaza en plena dictadura militar", recordó ante Salta/12 Roberto Chuchuy, quien tuvo activa participación en el movimiento obrero formando parte de la CGT.

Hortensia hizo mucho por la Rama Femenina del peronismo, lo que le valió ser perseguida por su pensamiento político, inclusive con dos años de cárcel y represión, que también sufrió toda su familia. Dentro del justicialismo en los años 70 militó en la Lista Verde, que impulsó la candidatura del desaparecido ex gobernador Miguel Ragone, y en 1973 fue electa diputada provincial por la ciudad de Salta.

Su militancia política le originó una encarnizada persecución que incluyó 52 allanamientos. El 4 de noviembre de 1974 fue detenida, cuando se encontraba en su casa, preparando empanadas. Primero estuvo en una dependencia policial que no pudo identificar, luego fue llevada a la sede de la Policía Federal y al atardecer la trasladaron al Hogar Buen Pastor, donde permaneció en un calabozo sin luz y fue obligada a trabajar en la huerta y en la limpieza de los pisos y la vajilla.

Tras 12 días fue trasladada a la cárcel de Villa Devoto, en Buenos Aires, donde estuvo detenida por más de dos años. También su marido, José Porcel, que durante la gestión de Ragone fue director del Servicio Penitenciario de Salta, estuvo detenido entre 1974 y 1981.

El hijo de ambos, Eduardo José Porcel, estuvo detenido también entre 1975 y 1983; padre e hijo fueron torturados.

Una hija del matrimonio, Gladys Porcel de Puggioni, fue secuestrada en 1976, embarazada; en mayo de 2009, fue identificada, el Equipo Argentino de Antropología Forense permitió saber que había sido inhumada como NN entre el 31 de enero y el 3 de febrero de 1977 en el cementerio de San Martín, en la provincia de Buenos Aires. Aún se busca al niño que dio a luz en cautiverio, que debió haber nacido en febrero de 1977.

El esposo de Gladys, Hugo Aníbal Puggioni, fue asesinado en septiembre de 1974 en Buenos Aires.

Una de las últimas acciones públicas de Hortensia Rodríguez consistió en presentar una declaración en el Juicio por la Verdad, que tuvo que hacer por escrito, ya que su salud estaba bastante deteriorada. Entonces acusó al recientemente fallecido ex juez federal Ricardo Lona; a la intervención en Salta, encabezada por el justicialista Ferdinando Pedrini, y a la Iglesia Católica por el "atropello" que se cometió al mantenerla detenida por más de dos años.