Las industrias manufactureras en Argentina, principalmente las Pequeñas y Medianas Empresas (pymes), son consideradas un motor decisivo en el desarrollo del país e importantes formadoras de puestos de trabajo. Muchas veces, el contacto de la industria con las casas de altos estudios queda en meros actos administrativos con firmas de convenios o visitas puntuales. Sin embargo, no llega a establecerse un vínculo real en pos de la producción y el aumento de la productividad, ya sea por la reticencia de los industriales hacia el sector universitario, o por los tiempos y burocracias de las propias universidades, ante demandas de las industrias.

Las universidades nacionales, primoldialmente las nuevas universidades del conurbano bonaerense, fueron creadas para garantizar el acceso a estudiantes que no hubiesen podido acceder a los estudios superiores y para favorecer el “desarrollo” (económico, social, cultural) de las regiones en las cuales están emplazadas las sedes. Considero que las Universidades Públicas deben buscar estrategias para fortalecer lazos con pymes en donde los estudiantes puedan colaborar con el desarrollo del sector y en donde los profesionales y “futuros” profesionales encuentren un nicho atractivo para desenvolverse y crecer.

Desde los organismos estatales deben desarrollarse ideas superadoras para fomentar la productividad de este tipo de industrias. El financiamiento no es la única opción de apoyo, ya que muchas veces ese aporte se ve licuado por las urgencias y por los vaivenes de la economía. Una buena medida de acompañamiento sería la vinculación entre pymes y universidades, para brindar capacitaciones, asesoría técnica, desarrollo tecnológico, implementación de sistemas de eficiencia energética y/o acompañando procesos productivos en los cuales se pueda mejorar la eficiencia.

Particularmente, he tenido una buena experiencia trabajando con una pyme de la ciudad de Quilmes, con la que se ha elaborado una línea de base de un sector de la empresa y se acercaron propuestas. Si bien esta empresa cuenta con una planta moderna, se han encontrado puntos para trabajar en eficiencia energética, y mejorar su productividad. Por otro lado, se han realizado encuestas a otras pymes del sector metalmecánico, que se han mostrado dispuestas a trabajar en conjunto con casas de altos estudios.

En la actualidad, somos testigos de cómo la energía juega un rol preponderante en todos los sectores de cadena de valor, en la vida de los ciudadanos y en las relaciones diplomáticas internacionales. Tenemos una gran oportunidad de convertirnos en un país energéticamente soberano, mediante el desarrollo y crecimiento de las energías alternativas, la explotación sustentable del Yacimiento Vaca Muerta, y el desarrollo de la eficiencia energética como una herramienta para cuidar la energía producida. Para eso, será fundamental el desarrollo de la industria nacional, acompañado por Instituciones gubernamentales, universidades, y la columna vertebral del pueblo argentino que son los trabajadores. Por último, y en términos más ortodoxos, económicamente hablando, las Universidades Públicas “asumen costos” al formar a un estudiante durante años, que eventualmente cuenta con el prestigio de esa institución para conseguir empleo en el exterior. Desde ya que esto no es una crítica a las personas, sino que es una falla en el sistema que debe sanearse, y que muchas veces no solo obedece al factor económico, sino a la falta de oportunidades.


*Licenciado en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), diplomado en Biotecnología, Industria y Negocios de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).