Tras la llegada al país del primer lote vacunas pediátricas de Moderna para menores entre los 6 meses y los 3 años, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) publicó un documento con recomendaciones para su aplicación y un diagnóstico de la eficacia y seguridad de la misma.
Se trata de 2.744.000 dosis disponibles en principio, y se estima que a fines de esta semana llegue una segunda tanda. La provincia de Buenos Aires ya abrió la inscripción para acceder a un turno, y espera vacunar a unos 500.000 niños de esa edad. La Ciudad anticipó que prevé hacerlo en breve.
En ese contexto, el texto enviado por la SAP a sus socios pediatras llama a que los pediatras recomienden a las familias iniciar la aplicación para inmunizar a la población de esa franja etaria, en concordancia con lo establecido por el Consejo Federal de Salud (COFESA).
Allí sostienen que aplicada en la dosis adecuada, los estudios demuestran que la vacuna de Moderna "presenta un adecuado perfil de seguridad en el grupo de 6 meses a 5 años", una inmunogenicidad "no inferior a la observada en mayores" y una eficacia frente a ómicron similar a la de la población adulta", por lo que consideran que contar con esta vacuna "es de especial importancia".
“Aunque los riesgos de Covid-19 para los niños y niñas siguen siendo significativamente menores que para los adultos, es importante destacar que es altamente probable que exista un sub registro en este grupo por la falta de acceso a diagnóstico y la dificultad para distinguir los cuadros respiratorios virales causados por Covid-19 y los de otros virus”, reza el comunicado.
Y destaca que “tanto las vacunas de Moderna como Pfizer cumplieron con los criterios de no inferioridad, es decir que los niveles de anticuerpos neutralizantes después de la vacunación en niños pequeños es similar a la obtenida en adultos jóvenes en los cuales ya se había demostrado eficacia”.
Evaluación y eficacia
El comunicado expresa que la única diferencia entre la vacuna general y la pediátrica radica en la "carga inmunológica" de cada dosis, mientras que la versión para adultos jóvenes de entre 18 y 25 años el esquema completo está compuesto por dos dosis de 100 microgramos (mcg) cada una; los niños de entre 6 y 23 meses deben recibir dos dosis de 25 mcg cada una.
Respecto a la evaluación de la vacuna pediátrica de Moderna, expresaron que un primer estudio demostró la eficacia de la misma para prevenir el covid tras comparar “las respuestas inmunitarias de un subconjunto de 230 niños de 6 a 23 meses y un subconjunto de 260 niños de 2 a 5 años que recibieron una serie primaria de dos dosis de 25 mcg de la vacuna de Moderna", con "las respuestas inmunitarias de 290 adultos de 18 a 25 años que recibieron dos dosis de 100 mcg de la vacuna".
También se evaluó cerca a 1.700 niños de 6 a 23 meses de edad que recibieron la vacuna y 600 que recibieron el placebo, y unos 3.000 de niños de 2 a 5 años que recibieron la vacuna y cerca de 1.000 un placebo; a quienes se les hicieron seguimientos durante al menos dos meses tras recibir las dos dosis.
De dicho seguimiento se concluyó que “en los participantes de ensayos clínicos de 6 meses a 5 años, los efectos secundarios informados con mayor frecuencia incluyeron dolor, enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección, fiebre, sensibilidad e hinchazón en las axilas o ingle por los ganglios linfáticos en el mismo brazo (o muslo) como la inyección", que fueron síntomas similares a los de la población adulta y de bajo riesgo.
En la población que va "de 6 a 36 meses, los efectos secundarios informados incluyeron irritabilidad/llanto, somnolencia y pérdida de apetito". Mientras que en los participantes de entre 3 y 5 años, "los efectos secundarios informados con mayor frecuencia incluyeron: fatiga, cefalea, dolor muscular, escalofríos, náuseas/vómitos y rigidez en las articulaciones”.
Por eso concluyen que aplicada en la dosis adecuada "presenta un adecuado perfil de seguridad" y una eficacia frente a ómicron similar a la de la población adulta".