“No es de una indocilidad demasiado grande de los individuos de donde vendrán los peligros del porvenir humano”. Esta compleja frase fue pronunciada por Jacques Lacan en 1945 a su regreso a Francia de un viaje a Inglaterra. Hablaba con sus colegas psiquiatras de cómo el ejército británico había utilizado el psicoanálisis para convertir a los ciudadanos recalcitrantes en soldados eficaces y dispuestos.

Después de las manifestaciones de mayo de 1968, dijo a los no muy indóciles estudiantes de París: “A lo que ustedes aspiran como revolucionarios, es a un amo”. Esta advertencia se basaba en sus formulaciones sobre la estructura del discurso, que le permitían predecir que este discurso en particular podría hacer advenir un amo que sería aún peor.

Estas dos frases enmarcaron mi visionado de la película de 2021 Rebellion, un documental sobre el desarrollo y el impacto de Extinction Rebellion (XR) en Gran Bretaña, y dieron forma a mi intervención en una mesa redonda.

La película sigue el recorrido de un miembro fundador que ha sido agricultor durante veinte años. Cuando sus cosechas fracasan debido al cambio climático, despide a su plantilla. Tras perder su negocio, se lanza a crear XR, utilizando sus conocimientos sobre las sufragistas, Gandhi y Martin Luther King Jr. Centra la protesta en infringir la ley y ser detenido.

Su hija adolescente se une a la lucha. Tras la declaración del Gobierno, se da cuenta de que le ocurre algo que no puede sostener: el agotamiento. No puede mantener el ritmo que su padre se impone a él y al grupo. En una escena crucial, ella y los demás hablan de su malestar, pidiéndole que vaya más despacio y escuche. Más tarde, ella dice que esto es un ejemplo de la crisis climática que se desarrolla en el microcosmos del movimiento. Pero su padre no puede detenerse: dice que la acción es imperativa si quiere salvarse él mismo de la depresión.

Algo invisible, que se mueve en una especie de nivel subatómico, se da a conocer. Deja un rastro de destrucción. Es silencioso, pero de alguna manera hace eco. El montaje lo rastrea a través del tiempo y de los cuerpos. Primero para la mujer, luego para la organización, cuyos miembros deciden expulsar a su padre del grupo. En las calles, las nuevas formas de aplicación de la ley despliegan estrategias más brutales. Finalmente, en el Parlamento, se presenta un proyecto de ley para dificultar la protesta. Un nuevo y más desagradable maestro entra en escena.

“No es de una indocilidad demasiado grande...", dijo Lacan justo después de que su país viviera las humillaciones de la ocupación nazi. Demasiada docilidad tiene sus peligros: el abandono cobarde de la conciencia dejó un vacío que fue llenado por la pulsión de muerte. También podemos aprender de los recalcitrantes reclutas del ejército británico, de los rebeldes de 1968 y de la experiencia de XR: hay modos de indocilidad que se benefician de un manejo cuidadoso.

*Psicoanalista miembro de la AMP (NLS). Versión completa online. Traducido por Amparo Tomás.