"El parque se va destruyendo poco a poco, no hay mantenimiento y el gobierno porteño ni asiste a las mesas de trabajo", señalaron a Página 12 integrantes de la Mesa de Trabajo y Consenso (MTC) del Parque de la Estación, que alertaron sobre la situación actual del parque del barrio de Balvanera inaugurado hace apenas tres años. Falta de cuidado de la vegetación y de los galpones patrimoniados, fallos en el sistema de luz y agua, y edificios que no se utilizan para el fin con que fueron proyectados, son algunos de los puntos denunciados por los vecinos y vecinas. La Legislatura ya aprobó un pedido de informes presentado por el bloque del Frente de Todos (FdT), en el que también se pide explicaciones por la segunda etapa del parque, que está prevista por ley pero nunca se inició. El Parque de la Estación es el resultado de una larga lucha de los vecinos y vecinas de Balvanera y Almagro. Ubicado en el límite de los dos barrios, entre Díaz Vélez, Perón, Anchorena y las vías del tren Sarmiento, a pocos metros de la Estación Once, se levanta sobre los terrenos que alguna vez fueron del ferrocarril y que para el año 1999 los vecinos y vecinas eligieron como objetivo para darles un parque a dos de los barrios con menos espacios verdes por habitantes de la ciudad. Recién en 2016 la Legislatura tomó el reclamo y por unanimidad aprobó la Ley 5.734 que creó oficialmente el parque que el GCBA inauguraría en 2019. Tres años después, Elisabet, integrante del Grupo Patrimonio e Historia de la mesa de trabajo, indicó a este diario que "el parque se va destruyendo poco a poco, se está cayendo, y el GCBA ni asiste en las mesas".
Además de los beneficios ecosistémicos del espacio verde, el parque tiene otra particularidad. Resultado de la lucha, los vecinos y vecinas fueron parte de la elaboración de la ley que estableció un mecanismo participativo para el Plan de Manejo del parque, a través de la creación de la MTC, que debería reunirse periódicamente con representantes del gobierno y de los vecinos y vecinas. "A veces viene una comunera y una administradora designada, pero no funcionarios. El problema más grande que tenemos es que no se están usando los mecanismos de participación", señaló Elisabet. Los vecinos y vecinas se organizan en grupos de trabajo, como Cultura y Deporte, Ambiente y Ecología, Patrimonio e Historia, y Comunicaciones, pero del otro lado no reciben respuesta.
"No
hay mantenimiento de la flora, no se riega ni se poda y es un parque que tiene mucho uso. Los galpones que están patrimoniados por ley están llenos de graffitis y no los limpian. También hay problemas con las luces externas de los edificios, a la noche está todo oscuro y el anfiteatro tampoco tiene luz desde el verano", enumeró la vecina sobre los problemas que vienen denunciando sin respuesta. Otro de los cuestionamientos es el uso que se les da a los espacios construidos dentro de los galpones, que las propias agrupaciones pidieron preservar para crear espacios donde realizar actividades. En este sentido, Elisabet explicó que el parque está dividido en cuatro espacios y solo la biblioteca responde al fin con que fue planificado originalmente.
"Está previsto que haya un vivero, está toda la instalación hecha pero no se pudo hacer. En lo que iba a ser el Salón de Usos Múltiples en este momento está el vacunatorio y hay otro espacio en el que entran cuatro canchas de básquet que se diseñó para que fuera un gimnasio para escuelas. Lo administra el Ministerio de Educación y está la gente de Escuela Abierta, pero no se abre a otras escuelas, que era el objetivo inicial", detalló la integrante del Grupo Patrimonio e Historia.
Los reclamos de los vecinos y vecinas fueron tomados por legisladores y legisladoras del FdT que en las últimas semanas visitaron el parque para conocer la situación y elaboraron un pedido de informes a través de la Comisión de Protección y Uso del Espacio Público. Con la firma de la legisladora Berenice Iañez, el bloque consiguió que se aprobara el proyecto en la última sesión y ahora el GCBA deberá responder ante la Legislatura.
Entre otros puntos, el pedido de informes consulta cómo "se lleva adelante el mantenimiento destinado al parque" y pide que se detallen "días y horarios de limpieza, de poda, riego y mantenimiento de la vegetación nativa y mantenimiento de dichas plantas". Además, solicita que se informe por qué "aún no se han quitado los grafittis de las paredes, puertas y portones del galpón que es un edificio con valores patrimoniales" y las acciones de mantenimiento "a concretar en bancos, mesas, juegos para niñas y niños". Otro de las problemáticas planteadas por el pedido de informes es la del sistema de bebederos, "que se encuentran hace más de dos años inutilizables".
Pero el parque previsto por la Ley 5.734 ni siquiera está completo. Esa norma preveía una segunda etapa a realizarse del otro lado de las vías, en la parcela comprendida entre las calles Anchorena, Bartolomé Mitre y Sánchez de Bustamante. Las dos partes se conectarían a través de dos nuevos puentes peatonales sobre las vías para unificar el parque. En este sentido, el pedido de informes también reclama que se detalle "el estado de diseño e implementación de la obra pautada para el sector". "Se insiste con la solicitud de los planos de diseño de la segunda parte del Parque, que da a la calle Bartolomé Mitre, ya que al momento se realizó sólo la mitad de lo diseñado en su primer momento", concluye el pedido.