De las declaraciones indagatorias que realizaron los cinco policías imputados por el crimen de la joven Daiana Abregú, mientras se encontraba detenida en la comisaría de Laprida, surgen cinco versiones diferentes que solo coinciden en asegurar que la víctima se suicidó. Y es precisamente el suicidio la parte más endeble de las declaraciones ya que la reautopsia, realizada por un equipo técnico especialmente preparado para cumplir con el protocolo de Minnesota requerido en casos de muerte violenta en encierro, lo descarta por completo. La Comisión Provincial por la Memoria distribuyó hoy un comunicado en el que señala las lagunas y grietas de las declaraciones, y además denuncia como un hecho de "enorme gravedad institucional que la defensa de los policías esté en manos de abogados del Ministerio de Seguridad bonaerense."
El martes, desde las 10 de la mañana y hasta última hora, los cinco imputados pasaron a su turno por la Fiscalía Especializada en Violencia Institucional de Azul, a cargo de José Calonje: así lo hicieron las tres policías mujeres -la oficial Vanesa Soledad Núñez, la sargenta Juliana Zelaya y la oficial subayudanta Pamela Di Bin-, y los dos varones, el oficial subinspector Adrián Osvaldo Núñez y el oficial Leandro Esteban Fuhr, todos imputados por homicidio triplemente agravado por su comisión con alevosía, en concurso premeditado de dos o más personas y por tratarse de miembros de la fuerza de seguridad policial en abuso de su función, en concurso real con falsedad ideológica de instrumento público.
La CPM sostiene que "reconocieron que es falsa la información del libro de guardias y hubo contradicciones respecto de las inspecciones realizadas en el calabozo."
Por otro lado, Vanesa Núñez, la policía que estaba de imaginaria junto a las celdas y que fue quien según la versión policial descubrió que Daiana "se había colgado" con la campera, hizo una descripción de como la encontró colgada muy precisa y esa misma precisión hace difícil comprender como se pudo haber comprimido el cuello si la campera no se lo rodeaba.
Según sostuvo Núñez, Daiana se había colgado con la campera, "las dos mangas estaban atadas entre sí a la reja, con dos nudos", "la parte de la espalda de la campera pasaba por la zona delantera de su cuello" y luego continúa diciendo que "la campera la envolvía por la parte de adelante de su cuello, y luego las mangas quedaban atadas a la reja, es decir entre su cabeza y la reja no había nada."
También, como señala la CPM, la confección del libro de guardias, que es un instrumento público que tiene fuerza documental, tenía trazos importantes de anomalías. Y ahora se aguardan los resultados de peritajes sobre los teléfonos, tanto de la víctima como de los imputados. También el análisis de las vestimentas que llevaba Daiana.
Durante el día, y a medida que se iban cerrando las indagatorias, comenzaban a circular versiones que dejaban a salvo a una/o de las/los acusadas/os y embarraban la pista a otras/os. Es llamativa la dispersión de versiones, cada una con su bandera de la verdad, en un ámbito en el que tratándose de indagatorias de policías, siempre cuaja el silencio, la falta de memoria y la monoversión del "nosé-nomedicuenta".
El terreno de las versiones también dio lugar a la del crimen por celos, en la que la pareja de una de las policías imputadas habría tenido algún encuentro con la víctima. Otra versión apuntaba a que uno de los policías hacía de dealer de Daiana. Todas esas versiones, cuya certidumbre habrá que determinar durante la investigación y que no figuran como hipótesis en el expediente, tienen curiosamente como la malvada de la serie a la joven que entró viva a la oficina del Estado y en un par de horas salió muerta.
Precisamente el Estado bonaerense, a través del Ministerio de Seguridad, es quien le brinda apoyo a las y los imputados con sus abogados del staff. "El Ministerio de Seguridad --denuncia la CPM-- debería iniciar investigaciones administrativas para delimitar la responsabilidad de los funcionarios policiales y resulta difícil de pensar que estas actuaciones sean objetivas cuando el propio Ministerio defiende penalmente a las y los policías que son el centro de esta investigación."