El desembarco de Sergio Massa en el Gabinete nacional genera otro hueco complicado de llenar en la estructura parlamentaria del Frente de Todos. La salida del actual presidente de la Cámara de Diputados abre una sucesión por el sillón que conducirá el cuerpo legislativo, que el oficialismo debería retener frente a la siempre latente amenaza de los halcones de Juntos por el Cambio que aspiran a quedarse con ese lugar en medio de la paridad de fuerzas que existe en esa Cámara. Una vacante que obligará a las principales vertientes del FdT a buscar un candidato o una candidata de consenso para sostener el delicado equilibrio en la coalición de Gobierno. Al cierre de esta edición, la elección del o la sucesora aún no había sido definida. A la cabeza aparecía la vicepresidente de la bancada oficialista, Cecilia Moreau, una diputada que tributa al Frente Renovador y con buena relación con el resto de las fuerzas que integran el oficialismo. Había otros nombres en danza como el veterano José Luis Gioja o Carlos Heller.

Massa estuvo cinco minutos con los periodistas acreditados en el Congreso. Tenía una sonrisa exultante. Estuvo parado, no se sentó. Habló poco. Pidió cautela y paciencia. Se había reunido con Cristina Fernández en el Senado y en Diputados luego estuvo con Alexis Guerrera de Transportes y Julián Domínguez el ahora exministro de Agricultura.
A los periodistas les dijo lo que inmediatamente salió publicado en todos lados: que asumiría como ministro, unificando las áreas de Economía, Producción y Agricultura. También que el lunes difundirá los nombres de su equipo. Y que convocará a sesión para el próximo martes en la Cámara baja para aprobar su renuncia y votar al nuevo presidente de la Cámara. Ante la consulta por la sucesión, evitó confirmarlo.




La sucesión no parecería ser una tarea fácil para el oficialismo, que espera las decisiones que tomará el presidente Alberto Fernández sobre la reestructuración de su Gabinete. El hermetismo en el que sumió la Casa Rosada por esas horas también se extendía al Congreso. Ninguno de los consultados por PáginaI12 dentro del oficialismo quiso emitir opinión ni abrir el juego sobre candidatos.

En términos formales, tras la salida de Massa la presidencia de la Cámara debería quedar en manos del vicepresidente primero: un sillón que hoy ocupa el macrista mendocino Omar De Marchi y que ostentaría el lugar de la presidencia hasta que el cuerpo elija un nuevo titular. La vicepresidencia segunda, en tanto, es del oficialista sanjuanino José Luis Gioja, uno de los muchos nombres que circulan por lo bajo en la lista de posibles sucesores de Massa en medio de diferentes especulaciones. La vicepresidencia tercera la ocupa el radical mendocino Julio Cobos.

Otro tema a resolver, será los términos en los que Massa deje su lugar en la Cámara. Podría renunciar a su banca o recurrir al uso de licencia. Esta última opción sería la más complicada: una decisión que debe tomar el cuerpo por votación y donde el grueso de la oposición podría abroquelarse para imponer si la acepta o no.

El último, y aparentemente único, antecedente político de una situación similar sucedió durante el gobierno de Raúl Alfonsín. En 1989, el entonces titular del cuerpo Juan Carlos Pugliese presentó la renuncia para jurar como ministro de Economía de Raúl Alfonsín durante la crisis económica-social del final de su mandato. Como un gesto político, frente a la situación, la Cámara rechazó la renuncia y le otorgó licencia sin goce de sueldo. El sucesor fue el entonces radical oficialista Leopoldo Moreau.

Pero ahora las decisiones del interbloque opositor de JxC están atadas a la estrategia electoral con miras a 2023. No fueron pocos los dirigentes de la alianza macrista que amenazaron en ir por la presidencia de la Cámara de Diputados si ganaban las elecciones legislativas de 2021. JxC se impuso en gran parte del país, pero la idea de quedarse con un puesto clave en la línea sucesoria presidencial se desactivó luego que parte de la alianza opositora se negara a asumir responsabilidades institucionales que los “pegara” a decisiones del gobierno del FdT.

Si Massa renuncia a su banca, sería reemplazado por uno de los candidatos en la lista que el tigrense encabezó en la provincia de Buenos Aires en 2019, por la cual ingresaron 19 diputados del FdT. La primera suplente en esa lista es Jimena López y le sigue Lucio Yapor, que juró en reemplazo de Facundo Moyano. Luego continúa Carolina Arricau y Juan Marino, que aparece como el seguro reemplazante por la Ley de Paridad de Género. Marino es dirigente del Partido Piquetero y ahora es funcionario del ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense Andrés Larroque.

La otra dificultad que deberá sortear el FdT es el perfil de quien propondrá para la presidencia de la Cámara. Massa había logrado sostener el delicado equilibrio de fuerzas entre oficialismo y oposición dentro de la paridad numérica del cuerpo legislativo. Algunos de los consultados por este diario sostuvieron que el sucesor o sucesora debería tener los mismos atributos. No es sólo una cuestión de carisma o no tanto, sino muñeca política para la negociación con todos los actores.

Las expectativas de última hora del jueves estaban puestas en la vicepresidenta de la bancada, Cecilia Moreau. La diputada del Frente Renovador que acompañó la gestión de Máximo Kirchner al frente del bloque oficialista y que también fue ratificada para acompañar la tarea que ahora encabeza el santafesino Germán Martínez.