El presidente de Perú, Pedro Castillo, defendió este jueves su primer año de gestión con un discurso ante el Congreso en el que rechazó de plano las acusaciones de corrupción que le endilgan la oposición y los medios de comunicación y aseguró que no lo harán retroceder "pese a las amenazas". Castillo dijo que se someterá a la justicia y, aunque llamó a la unidad para construir "un país mejor", recibió el rechazo de las bancadas opositoras que lo despidieron con gritos y pedidos de renuncia.
"Este primer año he recibido una bofetada en una mejilla de aquellos que no aceptaron perder legitimamente en las elecciones presidenciales", empezó diciendo Castillo, quien aseguró que en este segundo año no pondrá la otra mejilla sino que tenderá la "mano para trabajar juntos". De inmediato, el mandatario reconoció que cometió "errores en algunas designaciones".
En sus primeros doce meses de gestión, Castillo nombró a 59 ministros. Fueron varios los miembros del gabinete los que tuvieron que renunciar, algunos por añejos vínculos políticos y otros por declaraciones controvertidas que fueron potenciadas por la prensa En el fragor de las denuncias y por el desgaste de gobernar, la popularidad del mandatario se ubica en torno a un 20 por ciento.
Las cinco denuncias que lo persiguen
Castillo también se refirió a las denuncias que hay en su contra. "Reclaman la vacancia no por falta de resultados o por inexistentes imputaciones, sino por intereses privados y por evitar los cambios que mi gobierno se empeña en cumplir", dijo Castillo ante el Congreso, dominado por los tres partidos de la derecha y la ultraderecha peruanas: Fuerza Popular (FP), Avanza País y Renovación Popular (RP).
"Los medios de comunicación difunden mentiras y noticias falsas, se van a cansar de buscar las pruebas porque no las van a encontrar", agregó el presidente, un maestro rural y dirigente sindical de Cajamarca de 52 años que apareció en la escena política como independiente pero llegó al gobierno de la mano del izquierdista partido Perú Libre, al que luego renunció.
El mandatario cumplía este jueves, en coincidencia con el 201 aniversario de la independencia de Perú, el primero de sus cinco años de mandato con un récord de cinco investigaciones fiscales por presunta corrupción y el obstinado asedio del Congreso, que busca su renuncia a cualquier precio.
La reciente decisión de la fiscal de la nación, Patricia Benavides, de abrirle una nueva investigación por "obstrucción a la justicia" al proteger a tres miembros de su entorno prófugos no hizo más que avivar las brasas para un tercer pedido de destitución en doce meses.
Mientras tanto, las investigaciones en curso que apuntan al mandatario contemplan un presunto tráfico de influencias en la compra de combustible por la estatal Petroperú en 2021 y la supuesta obstrucción a la justicia en la destitución de un ministro de Interior. También se lo acusa de tráfico de influencias en un expediente de ascensos militares; de corrupción y colusión agravada en un proyecto de obra pública; y, finalmente, de plagio en su tesis universitaria.
Castillo niega enfáticamente todos los cargos. Además el Ministerio Público no puede llevar al presidente ante los tribunales porque tiene inmunidad hasta el fin de su mandato en 2026.
Crecimiento económico con redistribución
A la hora de destacar su gestión, Castillo expresó que la economía peruana creció un 3,5 por ciento en lo que va del año, por encima de la proyección del 2,5 por ciento, y que más de un millón de habitantes pudieron salir de la pobreza. Además aseguró que se recuperaron los niveles de empleo prepandemia, con 5,5 millones de puestos de trabajo activos, lo que incluye 352 mil nuevos.
El mandatario dijo que la inversión privada nacional y extranjera está garantizada con "justicia redistributiva". Realizó un balance sobre los programas sociales emprendidos por diversos sectores del Ejecutivo, entre los cuales anunció el incremento del presupuesto para la alimentación en escuelas, de las ollas comunes en zonas vulnerables, y de los bonos económicos para familias pobres.
"Los convoco a construir juntos un país mejor, más próspero, democrático, inclusivo y solidario; sin discriminación de ninguna índole, con igualdad de derechos y oportunidades para todos", afirmó Castillo apuntando a la oposición, y agregó: "Solo unidos lo podremos lograr, por eso queremos una transformación que les conviene incluso a los que se oponen".
Voces a favor y en contra
La tensión planeó durante varios pasajes del discurso de Castillo, como cuando una veintena de los 130 congresistas se retiró en protesta y otro grupo le dió la espalda sentado desde su curul.
"¡Corrupto!", exclamó a viva voz en el hemiciclo la legisladora conservadora Patricia Chirinos, interrumpiendo las palabras de Castillo. "¡Fujimori nunca más!", replicó la minoritaria bancada de la coalición izquierdista que apoya a Castillo.
Afuera del Congreso, cientos de manifestantes marcharon reclamando su renuncia. En paralelo, una menos nutrida movilización de colectivos y sindicatos se movilizó en apoyo al presidente también hacia la sede legislativa.