Dos protestas de organizaciones sociales coparon el centro porteño mientras por Casa Rosada pasaba Silvina Batakis, renunciaba Gustavo Béliz y se definía como superministro de Economía a Sergio Massa. En reclamo por un salario básico universal, los movimientos que se referencian con Juan Grabois, junto con La Poderosa y la CTA Autónoma se concentraron en el Obelisco. Al mismo tiempo, la Unidad Piquetera cortó la 9 de Julio con una marcha netamente opositora que, repartida en dos brazos, finalizó en la Plaza de Mayo.
Fueron movilizaciones con demandas distintas, y posicionamientos frente al Gobierno también diferenciados, pero que se coordinaron en el día y hora para salir a la calle. Así apostaron a conseguir el mayor ruido posible.
¿Quiénes marcharon? El modo más fácil de explicarlo es que salieron todos los movimientos, con excepción de los más albertistas, como Somos Barrios de Pie y el Evita.
Aunque Esteban Castro, “el gringo”, la figura de mayor peso en la construcción territorial del Evita y titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), sí fue al Obelisco y mostró su apoyo a las protestas
-¿Cómo hay que entender que las organizaciones de la izquierda trotskista, o guevarista coincidan en salir el mismo día que un sector de la UTEP, que es parte del Frente de Todos? ¿Y cómo es que cada una sale con consignas diferentes? -le preguntó Página/12.
-Porque esto es puja distributiva- contestó el-: Hay un problema de distribución de la riqueza y es eso lo que nos ubica acá. Que la mitad de los trabajadores sean informales, que de los trabajadores conveniados la mitad sea pobre y que los sectores concentrados sigan acumulando poder.
Castro se fue rápido rumbo a una reunión de las organizaciones de la UTEP con monseñor Ojea, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, al que denunciaron la ofensiva judicial sobre los movimientos sociales. El tema se retomará mas adelante.
Las medidas de fuerza se concretaron a pesar de que el gobierno dió esta semana un bono de 11 mil pesos a los beneficiarios del Plan Potenciar. Y es que por la fuerte presión inflacionaria, el monto de un plan, que hoy es de 22 mil 770 pesos, alcanza para menos de la mitad de canasta alimentaria de una familia tipo; está muy abajo de la línea de indigencia.
Los referentes sociales señalan, por otra parte, que en la Argentina hay 7,5 millones de trabajadores informales y sólo un millón 300 mil reciben un plan. Pese a que la frazada es grande, en este mercado laboral precarizado queda corta.
Por el salario básico universal
“Hay que avanzar. Aunque no sea en todo lo que se necesita, por lo menos avanzar en algún tipo de ingreso”, opinaba al mediodía en la plaza de la Républica Dina Sánchez.
La vocera del Frente Popular Darío Santillán viene siendo parte de la campaña por el salario básico universal, una propuesta a la que Cristina Kirchner dió un espaldarazo, aunque introduciéndole varios cambios. De hecho, el proyecto kirchnerista, que hoy redacta la senadora Juliana Di Tullio, no habla de salario sino de ingreso y achica su universo prácticamente a la mitad: llegaría a 4 millones de personas en lugar de los 7,5 millones del proyecto impulsado por Juan Grabois.
La medialuna de la plaza de la República ya estaba cubierta por manifestantes: trabajadores de cooperativas de construcción y textiles, de comedores populares, vendedores ambulantes organizados, cuidacoches. Al costado, sobre un carril de la 9 de Julio, comenzó a concentrar uno de los brazos de la marcha de la Unidad Piquetera para ir a la plaza de Mayo.
-Yo creo que no es imposible, aunque ya estemos cerca del comienzo de las campañas políticas- contestó sobre el salario universal Leo Larraburu, de la Federación de Cartoneros, aunque sobre la marcha se corrigió: -sobre todo es una solución, es algo necesario. Los trabajadores de la economía popular que ya estamos organizados tenemos un ingreso, pero hay muchos compañeros que no están organizados y la están pasando muy mal.
En torno al Obelisco hubo banderas del MTE, el Frente Darío Santillán, La Poderosa, Organizaciones Libres del Pueblo, Nuestramérica, Fenat, el Partido Piquetero. La actividad de protesta consistió en una asamblea . La cerró el titular de la CTA Autónoma, Hugo Godoy, luego de una votación que aprobó que este sector participará de la marcha de San Cayetano el próximo 7 de agosto, con la UTEP.
Contra los formadores de precios
Luego de votar, los manifestantes marcharon hasta la Avenida de Mayo y 9 de Julio. Ahí estaba el segundo brazo de la marcha de la Unidad Piquetera y, como parte de ellos, un grupo de organizaciones que el martes y miércoles hicieron dos días de acampes frente a las sedes de 20 grandes empresas de la alimentación como Molinos Río de La Plata, La Serenísma, Molinos Cañuelas, Ledesma.
Melisa Gargarello, del FOL, fue una de las que acampó en la 197 y Panamericana, frente a un edificio de Arcor. “Nuestra intención es señalar a los formadores de precios que monopolizan la canasta alimentaria; hacerlos visibles a otros sectores de la sociedad que también están afectados como nosotros por la inflación”, explicó.
Contó además que el acampe fue pasado por agua porque los agarró la tormenta. Y el clima social no estuvo menos picado: “hubo una cosa mixta, gente que pasaba y nos daba su apoyo pero también gente hostil. Eso es bien zona norte; la televisión estaba dándole aire a esa persona que dijo que le gustaba vivir de subsidios, y en ese clima nos gritaron de todo, como ‘negros de mierda’ o ‘vayan a trabajar’”.
La entrevistada no esconde que le dolió escucharlo: “¡Nosotros trabajamos! Hoy estamos haciendo veredas en el barrio y sostenemos emprendimientos productivos para ganar un mango más. Nuestra pelea, además, es por recuperar el trabajo. En nuestro FOL tenemos esa regla interna: el que quiera sumarse es a trabajar ”.
En esta esquina de avenida de Mayo y 9 de Julio hubo un segundo acto, de esas organizaciones de la izquierda apartidaria (FOL, MTD Aníbal Verón, Frente Popular Darío Santillán, Resistencia Popular, entre otras) que finalmente marcharon a la secretaria de Comercio para reclamar un efectivo control de precios.
En la plaza de Mayo
Frente a la Casa Rosada se hizo la concentración más numerosa. La Unidad Piquetera llegó hasta el lugar con una movilización de dos brazos: una columna salió del ministerio de Trabajo, pasó por el Obelisco para llegar a la Casa Rosada. Y otra salió del ministerio de Desarrollo Social para recorrer la 9 de julio en sentido contrario antes de desembocar en la plaza.
“Hay que centrar los reclamos al Gobierno porque es el responsable de esta situación por acción u omisión”, sostuvo desde el escenario del acto Eduardo Belliboni, titular del Polo Obrero. El dirigente llamó al resto de las organizaciones a “romper con el gobierno” porque -dijo. en la Casa Rosada “lo único que se debate es cómo hacer el ajuste”.
Silvia Saravia, de Barrios de Pie -Libres del Sur coincidió con él: “Nosotros creemos que el mayor responsable de la crisis es el gobierno. Comprendemos que hay sectores económicos muy poderosos que siempre van a intentar sacar los mayores beneficios, pero cuando uno se postula para gobernar sabe que esto va a suceder y lo importante es cómo se plante. Hoy la mayoría del país está sufriendo: no sólo los trabajadores informales y los jubilados, sino incluso parte de los trabajadores que están en blanco y esto es porque el gobierno no está pensando en tomar medidas en favor del conjunto del pueblo”.
La Unidad Piquetera tiene un pliego de reivindicaciones por trabajo genuino, reapertura del Potenciar Trabajo, el aumento del salario mínimo a 105 mil pesos, aumento para los jubilados de la mínima y un bono de emergencia de 20.000 pesos para los trabajadores de bajos ingresos.
El punto de unidad con todo el arco las organizaciones está en el rechazo a la judicialización de quienes se organizan: la situación de Milagro Sala, que permanece detenida desde enero de 2016; los más de 40 allanamientos recientes a comedores populares y domicilios de integrantes de las organizaciones -en causas por "averiguación de delito", es decir que fueron armadas para "ir a la pesca" de evidencia- y, en la última semana , la presentación de nueve denuncias penales contra Juan Grabois, todas realizadas en un solo día.