Los fiscales penales Gonzalo Vega y Gabriel González, a cargo de la investigación de la muerte de Franco Centurión (29 años) luego de haber sido detenido en la Comisaría 45 Tartagal, imputaron a 10 efectivos de esa dependencia por "vejaciones" y "severidades". En la causa ya se encuentran imputados quienes se desempeñaban como jefe y segundo jefe, por incumplimiento a sus deberes de funcionarios públicos. 

El padre del joven fallecido, Santos Centurión, no está conforme con esas acusaciones y responsabiliza a la policía de golpear a su hijo hasta dejarlo en una condición grave de salud. El joven perdió la vida días posteriores a salir de la comisaría. 

Santos Centurión dijo a Salta/12 que a la Fiscalía le falta imputar a los policías del 911 que intervinieron en la detención de su hijo y del amigo que lo acompañaba. Además, consideró que el fiscal Pablo Cabot y el juez de Garantías Fernando Mariscal Astigueta, quienes intervinieron en la detención, tienen responsabilidades en la posterior muerte. 

Franco había sido detenido por portación de arma. El padre explicó que el joven había ido con un amigo a recoger algarroba y encontraron entre estos frutos un arma cargada que levantaron y guardaron en la mochila. La Policía los detuvo al encontrarla cuando los requisaron en la vía pública. Sin embargo, Santos Centurión aseguró que ya pasados más de 7 meses, y pese a los reiterados pedidos que hizo a Cabot no consigue que le muestre el arma o una foto, y su acta de secuestro. 

El padre también manifestó que los fiscales Vega y González, quienes están a cargo de investigar la muerte de Franco, no lo atienden. Dijo que le pidió también a la secretaria del primero que le muestre las fotografías de la autopsia realizada a su hijo y tampoco le han permitido verlas, ni se las pusieron a disposición, lo cual le genera dudas sobre el procedimiento forense. 

Ahora, ante las nuevas imputaciones, Santos Centurión explicó que no sabe quienes son los acusados porque no le informaron.

Con anterioridad, la Unidad Fiscal ya había imputado al jefe de la Comisaría 45 de Tartagal y al segundo jefe, por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Centurión padre había cuestionado que en esa acusación no estuviera incluída la violencia policial.  

El Ministerio Público Fiscal de Salta informó que se amplió la imputación a dos suboficiales por el delito de vejaciones, "en consideración a que habrían dispensado un trato denigrante contra Franco Centurión al momento de ser alojado en la dependencia policial, haciendo que se quitara la ropa y realizando acciones humillantes y de burla por su aspecto físico".

Además, ocho suboficiales fueron imputados provisionalmente como autores de los delitos de severidades en concurso ideal con omisión de los deberes de funcionario público "toda vez que los acusados no habrían provisto a Centurión de la atención médica que requería y que solicitó expresamente en un contexto de encierro".

La fiscalía sostuvo que los policías "no consideraron la altísima vulnerabilidad del detenido, privándolo del derecho de la salud, del que ellos eran garantes en su carácter de personal policial".

Además, la fiscalía señaló que los policías omitieron cumplir con las obligaciones funcionales que dispone la resolución 052/99 de la Secretaría de Seguridad, que dispone en el Capítulo II Sección IV Del Celador, que debe: "velar por la seguridad física y moral de cada uno de los detenidos alojados en la dependencia", así como "Registrar en el libro de guardia todas la novedades surgidas en el turno en relación a los detenidos, tales como enfermedades, atenciones médicas recibidas, visitas". Con esto, "se verifica el incumplimiento funcional doloso", informó el MPF que entendió la fiscalía.

Centurión padre se manifestó descreído de la justicia, y volvió a denunciar que la policía, además de haberle provocado la muerte a Franco, sigue hostigando a su familia. En este sentido, comentó que le dieron una paliza a su otro hijo, que quedó con problemas en el hombro y eso le impide hacer trabajos de fuerza que solía realizar. Además recordó que también su sobrino fue agredido por efectivos policiales y le quebraron dos costillas. 

Santos Centurión se encuentra con custodia de la Policía Federal, ante el hostigamiento de efectivos de la Policía de la provincia de Tartagal que viene denunciando.