“Él toma mucho de la historia, de eventos históricos reales, les agrega una capa de fantasía y el resultado es mágico, George es un gran escritor”, considera Matt Smith, a quien muchos espectadores conocen (y adoran) como el undécimo Dr. Who, pero que pronto asaltará las pantallas como el príncipe Daemon Targaryen, que se disputará con su hermana el Trono de Hierro en House of the Dragon. La serie se estrenará el 21 de agosto en HBO Max y, como parte de la gira promocional, Smith y su colega Fabien Frankel (quien interpreta a Ser Criston Cole) ofrecieron una conferencia de prensa para medios de América latina. Consultado también por el impacto del universo creado por George RR Martin, Frankel consideró la escala más humana e íntima del relato. “Casi todos tenemos familia, nos enamoramos, sentimos ira o ansiedad, y a estos personajes les pasa lo mismo. Pero si además los ponemos en un mundo mágico con pelucas y dragones, este tremendo vestuario...”

Cuidadosos al extremo de no soltar nada ni remotamente parecido a un spoiler, ambos actores centraron sus respuestas en los desafíos de la producción y de interpretación de sus personajes. “Daemon es un personaje muy ambiguo, con un área gris muy grande, porque aquí los personajes nunca son enteramente héroes o villanos, no son lineales en los libros, sino muy complejos”, consideró Smith. “Al mismo tiempo, la dinámica familiar de los Targaryen es muy complicada: por un lado hacen cosas muy extremas, ya vieron hasta dónde pueden llegar en los libros, pero en la misma medida son un familia normal... ¡Son una familia! Y en eso nos enfocamos, en su naturaleza doméstica. Quizás en Game of Thrones la atención saltaba de un mundo y de una familia a la otra; acá está todo concentrado”, plantea Smith ante la mirada de Frankel, que no puede contenerse. “Yo los describo desde afuera porque no interpreto a un Targaryen, ¡pero tienen problemas! ¡Muchos! Y deberían ir a terapia. Es más, me encantaría un capítulo de los Targaryen yendo juntos a terapia!”, comenta.

Smith reconoce el rasgo psicópata de la familia real de Westeros y recuerda el folklore del universo ficcional que asegura que con el nacimiento de cada Targaryen los dioses lanzan una moneda, que puede caer hacia la grandeza o la locura. “La moneda de Daemon jamás aterrizó (se ríe). Su padre tiene una grandeza en su modo de regir el reino, pero también se asoma su violencia, y eso se permea en toda la familia”. Por otro lado, ve a su personaje como caminando siempre en una cornisa o en el filo de un cuchillo. “Incluso puede caerse y cortarse las manos para volver a trepar, pero siempre está ahí en el límite”, asegura. “Creo que en el fondo es una persona muy frágil”.

Aunque habrá varias escenas donde los espectadores podrán ver a los protagonistas a lomos de un dragón (frente a cámara, confiesan, había una suerte de toro mecánico suspendido a seis metros de altura, movido a control remoto y con tecnicos arrojándoles agua o viento, “algo muy divertido”, asegura Smith), también habrá extensos parlamentos, por la naturaleza algo shakepereana del universo creado por Martin. “Para eso ayuda la formación teatral que tenemos casi todos los actores de la serie, porque incluso muchos de los actores jóvenes vienen de ahí también. Entonces tenemos un entendimiento rítmico de cómo dar esas escenas grupales”, reflexiona Frankel.

¿Qué puede esperar el público de este spin off? Smith lo define como “el segundo álbum de un grupo de rock” y asegura: “además de los hits, queremos ofrecer otros temas, incluso quizás hacer un mejor álbum que el primero”. En esa apuesta, entiende, se cifra también el éxito o fracaso de la serie, en cuánto pueda convencer a los espectadores de que es posible recuperar la magia de la saga original (compitiendo, además, con otras ofertas en el mismo rubro, como Rings of Power). “Intentamos algo a escala y original. Estarán los hits, porque habrá dragones, violencia, amor, pérdidas, dolor; todo lo que los espectadores disfrutaron en Game of Thrones, pero desde otra perspectiva”.