El disco Nave, que acaba de editar el sello Cucha! de La Plata, surgió mucho antes que hoy y muy lejos de acá. Sus orígenes se remontan a 2008, cuando el bajista Gastón Paganini comenzó a navegar por los mares del mundo como músico de una empresa de cruceros. Aceptó el trabajo como sesionista y un día se encontró “conviviendo con desconocidos en un buque, que es una caja de zapatos”, y con una idea aterradora: “Si quería renunciar, no tenía el dinero para pagarme el pasaje de vuelta a Argentina. Solo andaba con mi bajo, una compu y la valija”.
En su álbum abundan geotags musicales como el puerto israelí de Ashdod, el río irlandés Luffey que atraviesa a Dublin, o el tren regional francés RER. Paganini se animó a sacar Nave mucho después de aquellos cruceros, como trabajo solista, aunque el aporte de amigos músicos le dio al proyecto una dinámica colectiva. Eso sí: a la hora de las letras, se ciñó a experiencias personales que necesitaba exteriorizar. Y ahí aparecieron los cuadernos de viajes que también incluyeron la Antártida, Egipto o las Islas Malvinas entre los destinos ocasionales de sus vueltas al planeta como bajista de orquesta.
Estudió Composición en la Facultad de Bellas Artes de La Plata y en 2005 grabó en un estudio casero las canciones que tenía. Hizo él mismo las copias y las llamó Piezas para bajo presupuesto. Una década después, Nave se contrapone como un sucesor trabajado quirúrgicamente y con pretensiones de excelencia, . No se trató de hacer canciones, enchufarles letras y grabarlas para sacárselas de encima, sino de discutir sesudamente las texturas de un tema o el groove de otro.
El resultado, que está en Bandcamp y YouTube, es una interesante mezcla de jazz, pop y rock indie en la que intervinieron los cantantes Ignacio Martí, Mileth Iman, Sebastián Coronel, Natashua Fourie y Serhe Soulier, los tecladistas Leandro Giordano y Santiago Coria, los guitarristas Juan Puente, Matías Patinho y Rigo Quedada, el baterista Martín Lambert, el flautista Joaquín Pérez, el clarinetista José Flamenco y hasta Sebastián Piatti con un vibráfono. El círculo virtuoso lo cerró el productor artístico Fernando Taverna, quien trabajó con Diego Frenkel y Lisandro Aristimuño. Todos ellos talentos de La Plata, ciudad natal de Gastón Paganini, quien la reconoce como “un lugar zarpado en producción artística, con variedad pero a la vez identidad y, sobre todo, muy buen gusto”.
* Viernes 16/6 a las 22 en El Emergente, Gallo 333.