El VAR y el malhumor deportivo que provoca su uso doméstico desplazaron al fútbol como tema de conversación. Hay quienes lo ven como un arma para desmoralizar al rival y no como un aporte de la tecnología a la ecuanimidad. El polémico partido entre Barracas Central y Patronato hizo evidente una serie de irregularidades y conductas extrañas que rodean al mundo arbitral. La fiscal Celsa Ramírez investiga cómo el custodio de un funcionario porteño que portaba un arma de fuego ingresó al campo de juego de All Boys cuando está prohibido por ley. Un comisario de la Policía de la Ciudad detuvo a cuatro jugadores del club entrerriano al azar y no al plantel completo como le pidió la autoridad judicial. Ellos y un integrante del cuerpo técnico pasaron la madrugada entre viajes y esperas sobre un camión celular y la Comisaría Comunal 10 A de Floresta. Acusados por presuntas agresiones a efectivos policiales, de manera insólita ni siquiera fueron informados por el árbitro Jorge Baliño. Pero sí los asistió por zoom desde San Diego, en Estados Unidos, el abogado Mariano Lizardo, secretario de Actas de Vélez, a instancias del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia. En Futbolistas Agremiados se enteraron al día siguiente de esa defensa que ahora podría tomar su propio letrado, José Confalonieri. El entrenador Facundo Sava, psicólogo social y practicante de yoga habitual, se llamó a silencio y todo podría finalizar en una probation para los implicados. Así se vivió un capítulo más del fútbol nuestro de cada día.
Imputados por los delitos de lesiones leves y atentado y resistencia a la autoridad, los jugadores Matías Pardo, Axel Rodríguez, Juan Barinaga y Justo Giani, más el entrenador de arqueros, Damián González, recuperaron su libertad la mañana del jueves después del partido que perdieron 2 a 1 la noche de miércoles 27. El cuestionado arbitraje de Baliño y sus asistentes del VAR, Diego Abal y Diego Ceballos, más la reacción vehemente del equipo visitante contra las decisiones contradictorias entre los tres, provocaron un escándalo que potenció la intervención policial con una muralla de escudos para proteger al juez principal.
Fuentes vinculadas a la investigación consultadas por Página/12 señalan que hubo cuatro efectivos con heridas leves. Incluso agregan que González, el colaborador de Sava, agredió al propio Baliño dándole patadas. Las imágenes producidas por la TV no llevan a conclusiones certeras. El único que parece tenerlas es Federico Beligoy, el director nacional de Arbitraje. Desafió al sentido común y volvió a designar a Baliño, Aval y Ceballos para los partidos de este fin de semana. El primero ya había tenido un mal desempeño en Barracas-San Lorenzo, en la misma cancha, por un par de fallos polémicos que perjudicaron al club de Boedo.
Para Beligoy, también dirigente sindical de los referís en la Triple A (Asociación Argentina de Árbitros) la culpa de los incidentes en Barracas-Patronato fue de los cronistas presentes en el estadio: “Yo lo que digo es que hay desinformaciones periodísticas que contribuyen para que todo un contexto generalizado exógeno, sea periodismo, sea fan, redes sociales, obviamente nos juegue en contra a la hora de dirigir un partido. La diferencia que tenemos nosotros es que estamos curtidos porque somos árbitros de fútbol y tenemos coraje. Tenemos coraje para tomar decisiones. Nosotros entendemos que las cuatro decisiones estuvieron bien tomadas”.
La fiscal Ramírez actuó porque recibió una denuncia del responsable del operativo de seguridad y le pidió que pusiera a su disposición a todos los jugadores de Patronato. El jefe policial le habría respondido que no podía hacerlo y solo retuvo a los cuatro que quedaron bajo proceso junto al entrenador de arqueros. Los cinco fueron acompañados por el vicepresidente de la AFA, Marcelo Achile, en todo el recorrido y esperas que hicieron entre la cancha de All Boys, la comisaría y dependencias del Ministerio Público Fiscal en Congreso. La noche se hizo demasiado larga para Pardo, Rodríguez, Barinaga, Giani y González. Recién cuando a la mañana del jueves se presentó el médico legista para completar un trámite pudieron volver a Entre Ríos.
El abogado Lizardo asistió a los cinco detenidos desde San Diego, EE.UU, donde se encontraba. Lo hizo por zoom después de recibir un llamado. El grupo se negó a declarar y el letrado que además es dirigente de Vélez explicó horas después en D-Sports Radio: “Hay evidencias fílmicas sobre el accionar de los jugadores y ante eso deben atenerse al proceso judicial”. También dijo que la situación de los futbolistas era “complicada”. Lizardo tiene experiencia previa en la defensa de personas involucradas en hechos de violencia en el fútbol. En 2013 patrocinó a Maximiliano Levy, integrante de la facción oficial de la barra brava de Boca que lideraba por entonces Mauro Martín.
El viernes visitó al plantel el gobernador peronista de la provincia, Gustavo Bordet. Reconocido hincha de Tigre y hombre cercano a Sergio Massa, sorprendió a los jugadores durante su entrenamiento en Paraná, previo al partido con Boca de este domingo. “Me solidarizo con el plantel de Patronato, todo su cuerpo técnico y el presidente Lenzi porque duele mucho cuando hay un despojo como el que ocurrió en la última fecha. En el fútbol se puede ganar o perder, pero a veces hay cosas que traspasan lo futbolístico…”, declaró. Como para que no quedaran dudas sobre qué motivó su visita, agregó: “Brindamos nuestro apoyo para poder sobreponerse a esta situación y seguir adelante. Para los entrerrianos es un orgullo tener a este equipo representándonos en la máxima división del fútbol argentino”.
Un ingrediente extra que arrojó el escándalo al final del partido, fue la comprobación de que el custodio de un funcionario de la seguridad deportiva en CABA ingresó armado al campo de juego. Se lo individualizó en las imágenes del tumulto y la fiscal especializada en Eventos Masivos estudiaría la posibilidad de su procesamiento. Desde 2013 está prohibido que efectivos de seguridad de cualquier fuerza ingresen a los estadios con armas de fuego.
Mariano Bergés, exjuez de instrucción y referente de la ONG Salvemos al Fútbol, le dijo a este diario sobre lo ocurrido en All Boys: “Los reglamentos están para ser cumplidos. Desde el primer día se cuestiona al VAR y eso es un tema bien nuestro. No digo que el sistema no sea mejorable, pero no se puede pensar que a cada rato hay conspiraciones por todos lados”. En el fútbol argentino las suspicacias aumentan a medida que se acerca el final de los diferentes torneos y sobre todo entre los clubes que ven de reojo la tabla de los promedios. Lo curioso es que las sospechas sobre los arbitrajes germinan más en la Superliga - donde se utiliza el VAR desde el 31 de marzo pasado - que en las categorías del Ascenso que no cuentan con ese recurso hoy bastardeado. Aún con la tecnología a disposición, también se puede cometer mala praxis.