Cuando el partido se encaminaba rumbo a un 0 a 0  inexpresivo como tantos, a los 44 minutos del segundo tiempo, Leguizamón se le fue a Torren por la derecha, sacó un centro atrás que el arquero Lanzillota no pudo cortar y el debutante Andrés Vombergar, que había ingresado tres minutos antes, con el arco libre anotó el 1 a 0 que decretó el tercer triunfo de San Lorenzo en el campeonato y, en paralelo, una derrota inesperada de Argentinos Juniors como local.

Su técnico Rubén Insúa pensó un partido en la semana y San Lorenzo lo jugó tal cual: esperó bien parado por detrás de la línea de la pelota y cuando pudo recuperar en la mitad de la cancha, atacó directo por la derecha a través de Cerutti. La idea fue no extenderse en posesiones largas y así lo demostraron las estadísticas finales del partido: sólo tuvo el balón durante el 36% del juego. 

De todos modos y en medio de una tarde en la que no abundaron las llegadas, San Lorenzo tuvo las situaciones más claras y en la más nítida de todas, ya en el segundo tiempo, Villalba sacó de cabeza sobre al línea, un tiro que el paraguayo Bareiro había colocado por encima de la salida de Lanzillota. Encontró el triunfo cuando el empate le cerraba por todos los costados y ahora quedó a cuatro puntos de la Copa Sudamericana. No está tan mal, dentro de todo. Si la idea es no perder, el Ciclón ya lleva cinco fechas sin hacerlo. 

Si San Lorenzo trabajó para asegurarse el cero en su arco y recién después salió a ver que pasaba, Argentinos no supo que hacer con la pelota y se diluyó en una tenencia improductiva. En el primer tiempo, no llegó nunca al arco rival y de vuelta para el segundo, el técnico Gabriel Milito metió tres cambios de golpe: salieron Verón, Leonel González y Luciano Gómez, entraron Herrera, Zalazar y Galarza, después reapareció el paraguayo Avalos e ingresó el colombiano Roa, pero no hubo caso. Dos remates desviados de Herrera y Zalazar fueron las únicas situaciones de un equipo que quiere pelear el campeonato, pero que nunca tuvo las ideas claras. Y que pareció extrañar demasiado a Fausto Vera, su volante central recientemente vendido al Corinthians de Brasil.

 "Casi ni bajé del avión y ya me tiraron a la cancha. Estoy contento por el gol. Vengo a sumar y los muchachos hicieron un enorme partido. Ojalá nos dé un envión anímico este resultado. Encontré un buen grupo de trabajo y esperamos se venga el momento de sumar ahora" declaró Vombergar a quien cuatro minutos en la cancha y un gol le bastaron para convertirse en la figura de un partido de vuelo bajo. San Lorenzo aprovechó una de las pocas oportunidades que pudo generar. Y tuvo en la victoria la recompensa de haber intentado hasta lo último quebrar la inercia del juego. El lunes, empató con Talleres a los 44 minutos del segundo tiempo. En el mismo instante, ahora le ganó a Argentinos.