Con motivo de celebrarse el próximo 7 de agosto la fiesta de San Cayetano, cuya devoción popular mueve multitudes en el pedido de “paz, pan y trabajo” la Comisión Ejecutiva de los obispos católicos argentinos emitió un comunicado señalando que esa plegaria al santo incluye también el deseo de vivir dignamente “del fruto de su trabajo” porque “el pan que se pide para todos, el que se logra con el propio trabajo, es un clamor de justicia”. En el breve texto los obispos advierten sobre la inflación que hace cada vez más “inalcanzable” el pan y “genera miseria” y reclaman “un ejercicio de amistad social” en estos tiempos en que “ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses”.
Estatutariamente la Comisión Ejecutiva es el organismo en el cual la asamblea plenaria delega la gestión cotidiana de la Conferencia Episcopal. El pronunciamiento conocida ahora lleva la firma del presidente del episcopado, obispo Oscar Ojea, de los dos vicepresidentes Marcelo Colombo y Carlos Azpiroz Costa, y del Secretario General Alberto Bochatey. La declaración aparece una semana antes de la anunciada concentración de los movimientos populares y organizaciones sociales convocada para el 7 de agosto en el santuario capitalino de San Cayetano, en Liniers, para iniciar desde allí una marcha hacia la Plaza de Mayo para reclamar mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores y los sectores populares.
Si bien cada 7 de agosto miles de feligreses se dan cita en el santuario para rogar al santo por “paz, pan y trabajo” el número de los asistentes se acrecienta sustancialmente en situaciones de crisis como la que en este momento atraviesa el país. Seis años atrás, 7 de agosto de 2016, un importante grupo de organizaciones sociales partió de San Cayetano y caminó hasta la casa de gobierno para protestar contra la política económica de Mauricio Macri, generando un hecho político significativo. Este año el gesto se repetirá y junto a los movimientos sociales estarán también distintas representaciones sindicales para protestar contra la inflación, exigir salarios dignos y cambios en la política económica del gobierno que conduce Alberto Fernández.
Acerca de esta movilización fue informado también el obispo Ojea el jueves último cuando en la propia sede de la Conferencia Episcopal en la calle Suipacha recibió a una delegación de dirigentes de organizaciones sociales encabezada por el Secretario General de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro, quienes también expusieron su preocupación por la detención de referentes sociales en todo el país
En esa ocasión el presidente del episcopado católico se mostró solidario con lo planteado por sus interlocutores y expresó su propia preocupación y la de los obispos por la situación social.
“Pedir por el trabajo es pedir que todos los trabajadores y trabajadoras tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra Patria”, afirma ahora el documento episcopal. Y se preguntan los obispos: “¿Cómo no pedir a San Cayetano que todos los varones y las mujeres de buena voluntad puedan vivir dignamente del fruto de su trabajo?”.
Dicen los obispos que el pan “se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria” y que ello obliga a pensar “en la cantidad creciente de hermanos y hermanas que se acercan cotidianamente a los comedores, en los adultos mayores que no pueden comprar sus medicamentos, en las familias cuyos ingresos son cada vez más insignificantes?”.
Señalan los obispos que también se necesita “el pan de la fraternidad” en una “sociedad agrietada y enfrentada donde no acabamos de entender que ‘nadie se salva solo’ y parece imposible generar proyectos comunes, donde la verdadera brecha se agiganta cada vez más en relación a los últimos, a los que padecen la pobreza y peor aún la indigencia!”
Según los obispos le haría bien a la sociedad argentina “dialogar y compartir el pan de las ideas y de las prácticas que construyan una fraternidad política, para pensar prioritariamente en quienes más sufren esta crisis y para buscar soluciones honestas y realistas que prescindan del uso clientelar de la necesidad de la gente”. Y en el mismo sentido afirman que “se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses” porque “así aparecerá en nuestro horizonte la paz y la amistad social, que también están incluidas en ese pedido sencillo y a la vez esencial de ‘paz, pan y trabajo’ ”.
Y ensayando una mirada también autocrítica, “en estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses” los obispos sostienen que “nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos – políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc.- dejarnos interpelar por las palabras del Papa Francisco: ‘La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos’ ”.
El documento culmina con una invitación “a todo el Pueblo de Dios” a unirse en oración por la Patria y con un pedido al Virgen de Luján para que “nos impulse a trabajar juntos para que el pan cotidiano no falte en nuestras mesas argentinas”.