Sábado soleado en la ciudad. La atención se reparte en dos lugares emblemáticos de Buenos Aires, con sectores antagonistas ocupando ambos espacios. En Palermo, la Sociedad Rural Argentina realiza la inauguración de la 134° Exposición en el tradicional predio de Palermo. En Balvanera, el movimiento Somos Barrios de Pie se manifiesta frente al Congreso de la Nación. En el palco de La Rural, las principales figuras de la oposición se hacen presentes y muestran todo su apoyo a los grupos más poderosos del sector agropecuario, a los que caracterizan como víctimas de un "Estado especulador". En el centro porteño, cientos de personas esperan su plato de comida en la olla popular y se suman al reclamo de las organizaciones sociales que demandan un cambio de actitud por parte de los sectores concentrados del agro.

"La derecha está desprestigiando a las organizaciones populares, y no podemos permitirlo. Pero también venimos a apoyar al Gobierno contra los especuladores", dice un referente de Somos Barrios de Pie. Detrás suyo, uno de los carteles reclama: “Primero la Patria. Basta de especular”. Ya pasaron 15 minutos de la hora pactada y con Los Charros sonando de fondo, algunos militantes colocan las últimas banderas en la reja del Congreso.

Mucho se dijo en los días previos. Se aseguraba que los manifestantes tenían pensado bloquear el ingreso a los asistentes a La Rural, también se dijo que su intención era cortar el acceso de las avenidas adyacentes. Hubo medios que sostuvieron, incluso, que podían llegar a ingresar de incógnito, luego de pagar la entrada, para realizar la protesta dentro del recinto. Nada de eso fue ratificado por los dirigentes que organizaron la marcha. La amenaza de un rígido operativo en las inmediaciones de La Rural se hizo más y más fuerte, y terminó por desplazar la protesta unas 50 cuadras, hasta el Congreso. El que intercedió con fuerza para disuadir a los manifestantes fue el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro. El interés del funcionario en impedir que los reclamos opaquen la fiesta de los sectores agropecuarios y ganaderos fue tal que solicitó una reunión con los dirigentes del movimiento encabezado por Daniel Menéndez.

Los manifestantes empezaron a concentrarse desde temprano sobre la avenida Entre Ríos. Junto a los bombos, banderas, globos y demás elementos de la liturgia militante, se dispusieron largas mesas con manteles violetas y sillas a los costados. Sobre la vereda del Congreso, algunas cocineras hierven las verduras para el guiso popular. Al grito de “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es La Rural”, jóvenes con pecheras celestes van calentando el ambiente.

A la convocatoria de Somos Barrios de Pie se sumaron, finalmente, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y el Movimiento Territorial de Liberación. “Hay un grupo de mil familias en la Argentina que son las que dirigen los destinos de la economía. Y en el marco de las dificultades por las que pasa el Estado nacional, estas familias especulan y presionan por una devaluación”, dice “Beto” Ibarra, dirigente del MTL. Para el referente social, no se trata de pensar al campo como un ente único, sino que diferencia a “los pequeños productores, que también son víctimas de esas mil familias y de los grandes pools de siembra”. Por eso, afirma que la protesta “no va contra los productores que trabajan día a día, que alquilan los campos con mucho esfuerzo”.

Ibarra está convencido de la importancia de manifestarse contra las maniobras de los sectores concentrados del campo, aun cuando hayan tenido que cambiar el lugar original del encuentro: “En el Congreso hay legisladores votados por el pueblo para que planteen que primero están los sectores más desprotegidos de la sociedad. Creo que diputados y senadores tienen que poner de manifiesto la distribución igualitaria de la riqueza en la Argentina. Y para eso tienen que atacar a los sectores concentrados de la economía que hoy plantean una devaluación para incrementar sus ganancias".

En una de las mesas, una referente de Barrios de pie escribe en un cuaderno. A su derecha, una compañera la imita. "Estamos haciendo la tarea", dice. Ambas militan en el partido de Escobar. Definen a la jornada de hoy como un “comedorazo”. Pero explican que la propuesta es aún más abarcativa: "Durante la pandemia muchos jóvenes de la organización salieron a reemplazar a maestros que no podían dar clase. Esta es una forma de mostrar todo el trabajo que se hizo y se sigue haciendo en los comedores, también desde la educación”.

Cerca del mediodía llegan los oradores del acto. Luego de leer la Carta Abierta a la Sociedad Rural Argentina que días atrás publicara el movimiento, toman la palabra los referentes sociales. En representación del MTE, Nicolás Caropresi culpa a la “ambición inagotable de un grupo reducido de los gremios de la tierra” por los momentos difíciles que está atravesando el país. En ese grupo destaca a “los Etchevehere” y “los Macri”, y dice que los primeros le “robaron la herencia a su hermana, imagínense qué pueden hacer con la herencia y la necesidad de nuestro pueblo”. También afirma que “necesitamos un Gobierno fuerte que enfrente esos intereses” y sostiene: “es el momento de discutir un salario universal”.

El secretario general de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro se suma al reclamo de recomposición de los ingresos de los sectores populares. Sostiene que el salario básico universal “no desestabiliza al Gobierno”, sino que lo hacen los sectores que plantean una devaluación, con la que “si ahora no llegamos a fin de mes, no llegaríamos a vivir una semana”. Por eso pide “caracterizar bien a los enemigos”, que son aquellos que “quieren hambrear al pueblo”. El dirigente señala que “los sectores más poderosos de la Argentina han decidido ir por nosotros y nosotras. Desde que presentamos la Ley General de Tierra, Techo y Trabajo, no ha parado la persecución a dirigentes populares, y hasta se metieron en comedores y merenderos”. Sin embargo, dice que “no podemos ponernos en víctimas, nos atacan porque construimos poder”. Por su parte, Norma Morales, secretaria adjunta de la UTEP, se refiere a la persecución que denuncia Castro y sostiene que “no vamos a responder a las provocaciones”.

El coordinador nacional de Somos Barrios de Pie, Daniel Menéndez, no participó del acto. En su lugar, decide brindar declaraciones a los diferentes medios que se acercan: “No hemos buscado los niveles de tensión que se generaron. Simplemente impugnamos la actitud desestabilizadora y especulativa que tienen los sectores concentrados del campo. Vemos con preocupación que no haya sido el mismo razonamiento del presidente de la SRA que se la pasó faltando el respeto a una dirigente como Cristina, que es la referente del principal espacio opositor, con una actitud antidemocrática, y no ha dicho una línea sobre la propuesta que hizo el Gobierno para que puedan liquidar con un 15 % más de rentabilidad”.

El dirigente hace referencia a las declaraciones de Nicolás Pino, que aprovechó el discurso inaugural de la 134° Exposición Rural para enviar un mensaje al Gobierno actual y poner en advertencia a los futuros candidatos. “Estamos del lado opuesto a los autócratas y los dictadores”, sentenció en uno de los pasajes más filosos.

“Nosotros vamos a estar en la calle, lo vamos a hacer con prudencia, pero yo les recomiendo que no tiren la cuerda”, advierte Menéndez. Y recuerda que “la Argentina no termina en los límites de su estancia”. Además, se muestra conforme con la designación de Sergio Massa, en lo que puede ser el relanzamiento de la coalición de gobierno: “El proceso de Sergio Massa al frente de la articulación económica de nuestro Gobierno tiene que servir para cohesionar al Frente de Todos y para llevar adelante medidas económicas firmes que equilibren la búsqueda de un punto de estabilidad macroeconómica con un proceso de recuperación del poder adquisitivo de los ingresos indispensable”.

El “comedorazo” va llegando a su fin. Entre aplausos, circulan las primeras bandejas de guiso por las mesas, mientras que algunos prefieren hacer fila frente a las ollas, táper en mano. La barra de militantes casi no ha parado de arengar todo este tiempo. A los cantos clásicos del movimiento, hoy se sumaron las consignas que apuntan hacia el sector agropecuario: “¡Las manos arriba! ¡Las manos arriba! El campo guarda la soja, pero en los barrios falta comida”.

Informe: Diego Castro Romero