El viernes último, al mediodía, en el pueblo de Aguas Blancas, un hombre abandonó una bolsa con 93 kilos de cocaína y huyó hacia Bolivia, separada solo por el río Bermejo. A la tarde, la misma escena se repitió en Salvador Mazza, aunque en este caso, el traficante dejó 11 kilos dentro de un auto y escapó.
Es así que entre las 12.30 y las 18, Gendarmería Nacional secuestró más de 104 kilos de cocaína, en Aguas Blancas y Salvador Mazza, ambas colindantes con el vecino país. En ambos casos, la droga fue abandonada por los traficantes luego de verse descubiertos por gendarmes.
La fuerza informó que dada la cercanía con la frontera, los transportistas lograron traspasar el límite y refugiarse en el Estado Plurinacional de Bolivia. En ambos casos, interviene la Sede Fiscal Descentralizada de Tartagal, a cargo del fiscal Marcos Romero.
En el primer procedimiento gendarmes de la subunidad de Aguas Blancas, en el departamento Orán, reportó la presencia de un hombre que caminaba por la zona denominada “La Terminal”, muy cerca del río Bermejo, que divide ambos países.
Se trata de un lugar donde es frecuente el paso de personas por puntos no habilitados. Los gendarmes advirtieron que un hombre transitaba con dificultad debido al peso de la mochila de lona que cargaba en su espalda. Cando se acercaron para interceptarlo, el hombre abandonó la carga y corrió hacia el territorio boliviano.
Una vez incautada la mochila, los gendarmes encontraron 85 paquetes que contenían 93 kilos de cocaína. El auxiliar fiscal Rafael Lamas dispuso que la droga quedara secuestrada y otras diligencias para tratar de ubicar y detener al traficante que huyó.
A las 18 hubo otro hecho similar, pero en este caso fue en Salvador Mazza, y en este caso intervinieron gendarmes del Escuadrón 61 que detectaron un vehículo Toyota Corolla que era conducido por la ruta nacional 34, a la altura del cementerio municipal. Cuando vio a los gendarmes el conductor hizo un brusco giro en “U”, dirigiéndose hacia el ejido urbano mientras los gendarmes lo perseguían.
La fuerza incluso coordinó la participación de otras patrullas y de personal de la policía provincial para ejecutar un operativo “cerrojo”. Entonces el conductor, que circulaba a máxima velocidad, se dirigió hasta la zona conocida como “La bajada de la Federal”, donde abandonó el rodado y escapó también hacia Bolivia.
En el auto los gendarmes encontraron poco más de 11 kilos de cocaína que estaba en una caja y cubierta con grasa, modalidad utilizada para disfrazar el olor y evitar ser detectados por los perros.
Gendamería indicó que los más de 104 kilos de droga fueron valuados en una suma superior a los 214 millones de pesos.